Poco después de que un avión de EgyptAir se estrellara en el Atlántico minutos después del despegue en Nueva York en Octubre de 1999, matando a 217 personas, el copiloto del avión cayó bajo sospecha de haber estrellado el avión intencionadamente.
A lo que la reacción Egipcia fue terminante: de ninguna manera - los egipcios no se suicidan. "Cometer suicidio no es algo por lo que los Egipcios y Musulmanes son conocidos" comentó el principal responsable de la asociación de pilotos.
Los líderes Islamistas (o Musulmanes fundamentalistas) en los Estados Unidos enfatizaron que, siendo el copiloto un Musulmán practicante religioso, el copiloto nunca cometería suicidio. "El suicidio es un pecado capital en el Islam", explicó M. Hathout, imán del Islamic Center de Los Angeles. Ibrahim Hooper del Council on American-Islamic Relations, declaró que el suicidio "no estaría en consonancia con las creencias y prácticas del Islam".
Bueno, relativamente. El Corán sí dice a los Musulmanes, "No os matéis a vosotros mismos" y avisa a aquellos que desobedecen que serán "arrojados al fuego". Se dice que el Profeta Mahoma dijo que un suicida no puede ir al paraíso. Las leyes Islámicas se oponen a esta práctica.
Esta prohibición religiosa tuvo el efecto deseado. Deacuerdo con Franz Rosenthal, un erudito en la materia, "el suicidio era una ocurrencia relativamente rara" en la sociedad Musulmana tradicional. En el Egipto contemporáneo, las estadísticas indican que el suicidio es muy inusual.
Pero esos portavoces no cuentan la historia entera, los Islamistas no sólo consideran que el suicidio es legítimo sino altamente recomendable cuando se lleve a cabo con motivo de jihad (guerra santa). Ir a la guerra sabiendo con certeza que uno morirá, argumentan, no es suicidio (intihar) sino martirio (ishtihad), una forma muy alabada de auto sacrificio dentro del camino de Dios, un modo de ganarse el afecto eterno de las houríes en el paraíso.
Una autoridad Islamista líder, el jeque Yusuf al Qaradawi, explicó recientemente la diferencia de la siguiente forma: los ataques contra enemigos no son operaciones suicidas sino "operaciones de martirio heroico" en las que los kamikazes actúan "lejos de la desesperación y la desesperanza sino movidos por un desbordante deseo de verter miedo y terror en los corazones de los opresores".
En otras palabras, los Islamistas encuentran abominable el suicidio por razones personales, admirable por la jihad. Si el copiloto de Egyptair hubiera estrellado el avión porque estaba deprimido por la enfermedad de su hija, se habría quemado eternamente en el Infierno. Si lo hizo para matar Americanos en los suburbios de Long Island, habrían con seguridad aprobado su acto.
EL SUICIDIO DE JIHAD ha estado por ahí durante mil años. Los Asesinos, una secta religiosa fanática que floreció en el siglo XII, convirtió el suicidio de la jihad en un arma de guerra poderosa que tuvo éxito en matar a docenas de líderes y proyectar una sombra alargada sobre la política de la región durante décadas.
La misión de los "soldados suicida" Asesinos, como explica el historiador Bernard Lewis, un sabor familiar de alto honor: "al vencer a opresores y usurpadores, daban la última prueba de su fe y lealtad, y se ganaban el gozo inmediato y eterno".
En los últimos tiempos, el revival de la jihad suicida comenzó como un proyecto Iraní, que comenzó con la voladura de la Embajada Iraquí en Beirut en 1981, asesinando a 27 personas, y continuó con una larga secuencia de ataques contra instalaciones de los Estados Unidos por todo Oriente Medio, matando sucesivamente a 19, 63 y 241 Americanos. Durante su guerra de 8 años contra Iraq, Teherán envió a soldados jóvenes a detonar minas terrestres, para conmemorar después sus muertes como mártires.
Los Iraníes también patrocinaron una campaña suicida contra tropas Israelíes al sur del Líbano entre 1983 - 85 que hizo bastante por empujar aquellas tropas fuera del Líbano. Teherán persistió después también. La Jihad Islámica, su principal aliado Palestino anti-Israel, ya se quejó en 1995 de tener un sólo problema: "Tenemos demasiados candidatos para el martirio y recursos insuficientes para preparar a todos".
La Autoridad Palestina (AP) eventualmente notó la efectividad de este instrumento bélico Iraní y recientemente lo adoptó, instando a todos desde escolares hasta criminales curtidos a sacrificar sus vidas contra Israel, logrando muchos adeptos. Sus acciones han entristecido a los Israelíes al tiempo que generan apoyo apasionado por todo Oriente Medio.
El peligro aquí es considerable. La Autoridad Palestina de Yasser Arafat ha adoptado con éxito lo que fue la herramienta singular del régimen Islamista de Khomeini, sugiriendo que la jihad suicida es un arma flexible potencialmente disponible para un amplio abanico de siniestros estados Musulmanes no Islamistas (tales como Siria, Iraq o Libia) y tal vez hasta para algunas organizaciones terroristas.
Este es otro de los peligros de Oriente Medio que debe preocuparnos.