¿Qué intereses tiene Estados Unidos en el conflicto de la antigua Yugoslavia? ¿Y cómo debe de intervenir Estados Unidos en este conflicto a la hora de proteger estos intereses, caso de hacerlo? El Policy Review planteó estas cuestiones a varios especialistas conservadores de la política exterior de referencia a principios de septiembre.
Otros países tienen intereses, Estados Unidos tiene intereses y a la vez imperativos morales. Los políticos estadounidenses que advierten solamente intereses (pongamos Henry Kissinger) o el humanitarismo en exclusiva (Jimmy Carter) acaban invariablemente cometiendo errores de juicio al valorar el humor del electorado. Ese humor es muy volátil, dependiendo de la situación de nuestra confianza y de la economía, el alcance y la naturaleza de nuestra cobertura mediática y nuestras posturas hacia quienes tienen problemas en el extranjero. En otras palabras, los estadounidenses son muy inconsistentes en su enfoque de las crisis extranjeras.
En la antigua Yugoslavia, nuestros intereses son modestos, sobre todo comparados con los de Europa Occidental. Las relaciones económicas no ascienden a gran cosa, no somos amenazados militarmente y contados refugiados irán a parar a nuestro país.
Pero Yugoslavia ha captado nuestra atención humanitaria. La cultura europea de las víctimas tiene algo que ver con ello, como la antigüedad y la belleza de sus ciudades; pero el comportamiento bélico serbio - "limpieza étnica", tiroteos contra autobuses de huérfanos, campos de concentración - es la clave. La actuación serbia recuerda cada vez más a los Nazis, y eso despierta nuestra pasión humanitaria. En resumen, nuestro interés es moral, no práctico. No es menos real por ser abstracto. En consecuencia, deberíamos implicarnos.
¿Pero cómo? Dos consideraciones - la enorme complejidad de las hostilidades en el seno de la antigua Yugoslavia y la tónica introspectiva que impera en Estados Unidos - me llevan a proponer un uso limitado de la fuerza contra Serbia. Podría consistir en la imposición de sanciones, colaboración con fuerzas anti-Serbia y ataques selectivos contra objetivos importantes.