En un suceso casi desapercibido, el 14 de Diciembre la Asamblea General de las Naciones Unidas rompió con décadas de ataques implacables contra Israel. Ese día, votó abrumadoramente 155 a 3, con una abstención y 25 estados sin votar, para expresar "su apoyo total a los logros del proceso de paz hasta el momento". La resolución elogia específicamente el acuerdo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El embajador de Israel alabó esta votación como "un momento crucial en la actitud de las Naciones Unidas hacia Oriente Medio e Israel".
¿Exactamente cuáles fueron esos tres retrógrados estados que votaron contra la resolución y cuál se abstuvo?. Irán, Siria, y el Líbano votaron no; Libia se abstuvo; Iraq fue el único estado Árabe que no participó.
¿Siria y el Líbano?. Un momento, ¿no nos habían asegurado los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos repetidamente que Damasco había pasado página?. O, como un funcionario veterano de la administración en relación con Oriente Medio me dijo recientemente, "Asad ha tomado una decisión estratégica para hacer las paces con Israel. Sus acciones indican esto. Las palabras que salen de Damasco señalan esto". Si eso es así, entonces ¿a qué juega?.
Contra el acuerdo de Israel - OLP
De hecho el voto de Siria en las Naciones Unidas contra el acuerdo Israel - OLP es completamente consistente con las declaraciones recientes del Presidente Hafiz al - Asad. Él desprecia el acuerdo como algo carente de consecuencias. A la pregunta sin tapujos de un reportero Americano acerca de si sintió "que la tierra se moviera" cuando Rabin y Arafat se dieron la mano, Asad contestó: "no, no sentímos que la tierra se moviera. Ni lo consideramos un acontecimiento significativo. Ni pensé que tuviera gran repercusión".
Asad no escatima detalles de su aversión al acuerdo. "Lo que sucedió fue deplorable. Nadie se lo esperaba", declaró a un periódico Egipcio, refiriéndose al acuerdo. En otra ocasión observó que "no hay nada bueno en él". Asad no es el único en quejarse; todos los grupos Palestinos que patrocina - sobre una docena de grupos en total incluyendo a figuras tan notorias como George Habash, Ahmad Jibril, y Abu Nidal - están intentando activamente sabotear el acuerdo.
Además, Asad cree con seguridad poder echar abajo el acuerdo en cuanto amenace sus intereses. Él lo ha indicado así de explícitamente. El acuerdo "no puede plantear ningún peligro para nosotros. Su hubiéramos querido atascarlo, lo habríamos echado abajo. Si se hace patente para nosotros que su precio es grande, lo haremos". Es decir Asad todavía no ha hecho un esfuerzo serio de cercenar el acuerdo; él hará eso solamente cuando lo necesite.
Antes de despachar la amenaza de Asad como palabras huecas, vale la pena recordar que este hombre tiene un largo historial de logros afines. Por ejemplo, cuando no le gustó un acuerdo gestionado por los Estados Unidos entre Israel y el Líbano en 1983-84, él lo echó a perder en menos de un año. Tampoco se jacta ociosamente. Como uno de sus ayudantes lo expresa acertadamente, Asad "sopesa cuidadosamente cada palabra y declaración que hace. Sólo dice lo necesario; no se va de la lengua".
También es muy interesante, que desde el 13 de Septiembre, Asad ha dejado de hablar de los derechos de los Palestinos. En su lugar él ahora destaca la importancia de que Siria consiga los Altos del Golán de Israel. En un comentario revelador, digno de citar completo, trajo a colación declaraciones de Israelíes, incluyendo al Ministro de Exteriores Shimon Peres, diciendo en efecto, "¿Por qué ahora vosotros Árabes nos boicoteáis?. Habéis estado diciendo que Palestina es la base del conflicto. Aquí estamos ahora, hemos alcanzado un acuerdo". A ellos, Asad respondió con impaciencia, acusando a Peres de insultar su inteligencia.
Por supuesto, hemos dicho, y todavía decimos, que la cuestión de Palestina es la base del conflicto. Es el núcleo del conflicto en cuanto a que era el punto de partida de la hostilidad. Por lo tanto lo llamamos la base del conflicto, pero no es el conflicto.... Los Israelíes saben que han luchado contra estados. Todas las guerras luchadas entre los Árabes e Israel fueron guerras con los estados que confinaban Palestina. Como resultado de estas guerras, la base del conflicto que comenzó en Palestina se amplió para significar que cada territorio ocupado Árabe se ha convertido en la base del conflicto.
Esta admisión franca rasga el velo de la hipocresía de un cuarto de siglo y señala las preocupaciones verdaderas de Asad - no el nacionalismo Palestino sino conseguir de vuelta el territorio que él ayudó personalmente a perder frente a Israel en 1967. También sirve de aviso a Yasir Arafat de que Asad se siente libre para oponerse a su acuerdo con Israel.
La Política de los Estados Unidos
Arafat, a propósito, entiende completamente la cólera de Asad - siente el calor mientras los líderes Palestinos rivales imitan sus esfuerzos y sus partidarios son asesinados. En protesta, se queja de la "interferencia intolerable en asuntos Palestinos" de Asad, pero con poco efecto.
Los funcionarios Americanos, por otra parte, insisten en ver a Siria como ayuda a los esfuerzos de llegar a un acuerdo Israel - OLP. El mismo funcionario mayor de la administración citado arriba observó que "los Iraníes son los únicos, a excepción de los Libios, que se oponen activamente al acuerdo Israel - OLP". Era la incapacidad de ver la oposición de Damasco al acuerdo lo que subyace a la decisión del gobierno de los Estados Unidos, meramente ocho días antes de la votación en las Naciones Unidas, de hacer una excepción en la política de muchos años y permitir que Siria adquiera tres aviones Boeing de Kuwait. La misma ceguera también está detrás de la decisión del Presidente Clinton de reunirse frente a frente con Hafiz al-Asad el 16 de Enero.
Esa reunión es una idea terrible. Ignora el hecho de que Asad responde a las concesiones de los Estados Unidos metiéndonos su nariz en el ojo. Le recompensa por patrocinar una docena de grupos Palestinos que intentan sabotear el acuerdo Israel - OLP. Y señala que toleramos su amenaza de echar a pique una de nuestras prioridades principales de política exterior.
¿Pero qué hacer ahora?. Después de todo, la reunión de Clinton-Asad está ya en marcha. Tengo una idea. El 16 de Enero sería una gran fecha para que el Presidente Clinton sufriera un ataque repentino de fiebre diplomática.