En un "inventario de cómo les ha ido hasta la fecha, y lo que el futuro depara, a los musulmanes estadounidenses", Haque y sus veintiséis autores de diversa procedencia cubren una selección de materias imponentemente amplia, desde el potencial del sector alimentario halal hasta el diseño de un posible plan musulmán de estudios en los institutos. El abanico de estos temas - y la categoría de los autores para escribir acerca de ellos - señala los muchos avances de las actividades musulmanas en los últimos años.
Dos autores destacan lo que resulta ser un debate notorio: cómo les va a los musulmanes en el ámbito público. M.A. Muqtedar Jan contrasta los considerables logros de los musulmanes en el ámbito privado (construcción de mezquitas, por ejemplo) con "el fracaso de los musulmanes estadounidenses a la hora de acaparar influencia política". Los fondos para lo primero son relativamente abundantes, sugiere, porque esto reúne de forma incontestable a los musulmanes y difunde lo que tienen en común - su confesión. La financiación de las organizaciones públicas se queda atrás a causa de las profundas discrepancias y el exceso de apego a las causas de sus países de origen. En contraste, Louay M. Safi sostiene que las organizaciones islámicas han hecho "considerables avances en lo convencional" de la vida americana en un tiempo relativamente corto. Pero hasta él reconoce que su impacto sobre la opinión pública en general "apenas se nota". Si hay discrepancias en torno a lo lejos que han llegado los musulmanes, hay un acuerdo casi unánime en que no es sino una fracción de la distancia que tienen todavía por recorrer.
El argumento más sorprendente quizá es el defendido por Shamim A. Siddiqi, que considera a Estados Unidos un país de mayor éxito que cualquiera de mayoría musulmana, pero también que carece de una ideología de orientación, y que por eso se encontraría en decadencia. Él insinúa que reunir a lo más granado del país y "una ideología soberbia" sería una solución idónea. Maridar estos dos factores de victoria puede alumbrar resultados fabulosos; de hecho, Siddiqi considera que el clima en América es "mejor y más propicio" para el islamismo que el de ninguna parte. Esto sitúa un enorme lastre sobre los musulmanes estadounidenses, dado que "el éxito del mundo musulmán depende hoy de la celeridad con la que los musulmanes de América puedan levantar su propio movimiento natural".