¿Quién puede resistirse al estudio serio de la cultura popular, sobre todo de algo tan seductor como las tiras cómicas? Durante el último cuarto de siglo, los arabeparlantes han desarrollado un amplio abanico de tiras, empezando con un sucedáneo Miki (Mickey Mouse) que celebra el ramadán y acabando por personajes originales como Zakiya adh-Dhakiya, la pequeña sabelotodo de Abú Djabi. Tan raro como suena, los musulmanes fundamentalistas diseñan tiras cómicas (rematadas con aves que llevan prendas de modestia de corte fundamentalista). Menos sorprendente es que Saddam Hussein protagonice un tebeo de héroes como homenaje al intento de asesinato del presidente de Irak en 1959. Tampoco sorprende que las tiras diseñadas por los árabes hijos de inmigrantes en Francia (los Beurs) sean mucho más abiertas, en cuestiones sexuales sobre todo, que las diseñadas en países carentes de libertad de expresión.
Los autores, un matrimonio, realizan una labor excelente a la hora de interpretar el tebeo, prescindiendo de sus adornos y sacando a la luz sus mensajes subyacentes (por ejemplo, que la ausencia de padres en los tebeos sirios señala que la figura es reemplazada por Hafiz al-Asad). Por desgracia, los autores se limitan casi exclusivamente al escrito y por eso no proporcionan información del lugar del género en la sociedad - como Frederik L. Schodt en ¡Manga! ¡Manga! El mundo del tebeo nipón (Tokio: Kodansha International, 1983). ¿Quién los adquiere? ¿Qué impacto tienen?