La célebre intervención de Chuck Hagel en 2008 a tenor del American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), principal institución del grupo pro-Israel, afirmaba que "el grupo judío intimida a muchos aquí [en el Congreso]. Soy senador de los Estados Unidos. No soy senador israelí".
El logo del AIPAC. |
Entonces sucedió algo raro: tan pronto como Barack Obama anunció que elegía a Hagel para ocupar el puesto de secretario de defensa el 7 de enero, el AIPAC anunció que no se opondría a la elección del antiguo senador Republicano de Nebraska. Tan neutral de hecho quiso parecer en esta cuestión delicada que su portavoz llegó a evitar mencionar el nombre de Hagel, anunciando solamente que "AIPAC no adopta posturas en las elecciones presidenciales". El AIPAC guardó a continuación un silencio sepulcral durante las vistas de confirmación de Hagel el 26 de febrero. Lo que es más relevante, no movió un dedo para influenciar la votación.
La lógica inicial del AIPAC guarda algún sentido: Obama, que acababa de protagonizar una impresionante iniciativa de reelección, había elegido a su hombre y los Republicanos opondrían probablemente una resistencia testimonial, de manera que ¿por qué ponerse en contra a una figura que pronto sería poderosa y jugador relevante de la relación entre Estados Unidos e Israel? Como explicaba por entonces mi colega Steven J. Rosen, "el AIPAC tiene que trabajar con el secretario de defensa". Tampoco quería ponerse en contra a unos Demócratas cada vez más puntillosos.
Posteriormente, una búsqueda exhaustiva de la trayectoria de Hagel sacaría a la luz más pronunciamientos desagradables acerca de Israel. Se refirió en 2006 a la defensa de Israel contra Hezbolá como "una enfermiza carnicería". En 2007, afirmó que "El Departamento de Estado ha pasado a ser adjunto de la oficina del ministro israelí de exteriores". Y en 2010 fue citado advirtiendo que Israel se exponía a "convertirse en un estado apartheid".
Aun así, el senador que habló de un intimidante "grupo judío" recibió una carta absolutamente blanca de ese mismo grupo. Lo que hace dudar de lo intimidante que sea exactamente.
Otras organizaciones pro-Israel adoptaron un enfoque distinto. La Organización Sionista de América difundió 14 declaraciones en contra de la elección de Hagel entre el 17 de diciembre (instando a Obama a no elegir al "apologista de Irán y de los terroristas y obseso de Israel Chuck Hagel") y el 22 de febrero (una lista de "Diez razones importantes para oponerse a Chuck Hagel"). Sin ser principalmente una organización de presión política, los cálculos de ZOA no estaban tan relacionados con la perspectiva de ganar como con adoptar una postura moral y consecuente.
El congresista Republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham abrió el combate. |
Hagel superó por los pelos el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado el 12 de febrero en una votación 14-11 por disciplina de partido. La votación encaminada a poner fin al debate en torno a la nominación no obtuvo los 60 votos necesarios el 14 de febrero. Por fin se hizo con la confirmación en una votación 58 a 41, enfrentándose al mayor número de "noes" contabilizados nunca contra cualquier secretario de defensa (George C. Marshall en 1950 ocupa un lejano segundo puesto con 11 noes). Y así, la figura marginal que llegó a oponerse incluso a las sanciones a Irán, el candidato pomposo que confundió prevención con contención, el político caracterizado por el senador Republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham como "el secretario de defensa más opuesto al Estado de Israel de la historia de nuestro país" -- bueno, fue investido el 27 de febrero.
El enorme Centro de Convenciones Walter E. Washington, donde se celebran las conferencias políticas del AIPAC. |