A las 11 y 20 de la mañana del 5 de febrero, Lars Hedegaard abrió su puerta a lo que en apariencia era el cartero. En lugar de recibir un paquete, sin embargo, el historiador y periodista de 70 años de edad se encontró cara a cara con un aspirante a asesino de un tercio de su edad. El atacante le disparó una vez, errando el tiro a la cabeza por los pelos. El arma se encasquilló, Hedegaard peleó con él, y el joven se dio a la fuga.
La policía registra los aledaños a la residencia de Lars Hedegaard tras el ataque. |
Cuando el New York Times se dignó a informar a sus lectores con retraso del intento de asesinato el día 28 de febrero, no informó del acontecimiento propiamente sino acerca de un presunto apoyo musulmán a que Hedegaard se manifestara. Como insinuaba el titular de la crónica del redactor Andrew Higgins, "Detractor danés del islam atacado, musulmanes defienden su libertad de expresión", principalmente distingue al islam danés: "Grupos musulmanes del país, criticados a menudo durante la histeria de las viñetas por no pronunciarse en contra de la violencia y hasta por alimentar deliberadamente la indignación, manifestaron su condena al ataque contra Hedegaard y su apoyo a que manifieste sus opiniones, por repugnantes que sean [énfasis añadido]". Esta intención impregna el artículo; por ejemplo, Karen Haekkerup, ministra de asuntos sociales e integración, es citada afirmando que "la comunidad musulmana es hoy activa en el debate".
Andrew Higgins, redactor de la crónica del "New York Times" sobre Lars Hedegaard. |
En segundo lugar Higgins deslegitima a Hedegaard, el tema de mi trabajo. Además de la sarcástica coletilla del "por repugnantes que sean", Higgins resta importancia a las "opiniones" de Hedegaard por ser "una mezcla de bilis y pronósticos de una inminente guerra civil compuestos de conspiraciones" y acusaciones de que los daneses "han alimentado teorías conspirativas desaforadas que a veces lindan con la calumnia".
Esta caracterización del trabajo de Hedegaard es una aberración virulenta. Algunos detalles:
1. Lo que Higgins desprecia airadamente como "opiniones" de Hedegaard constituye en la práctica una obra sustancial de varios libros y artículos académicos rebosantes de datos y referencias que tratan la ideología islámica, la historia musulmana y la inmigración musulmana a Dinamarca. Estas obras incluyen:
I krigens hus: Islams kolonisering af Vesten [En la Casa de la Guerra: la colonización de Occidente por parte del islam] (con Helle Merete Brix y Torben Hansen). Aarhus, Hovedland, 2003
1400 års krigen: Islams strategi, EU og frihedens endeligt [La guerra de los 1.400 años: la estrategia del islam, la Unión Europea y la derrota de la libertad] (con Mogens Camre). Odense, Trykkefrihedsselskabets Bibliotek, 2009
Muhammeds piger: Vold, mord og voldtægter i Islams Hus. [Las niñas de Mahoma: violencia, crímenes y violaciones en la Casa del Islam] Odense, Trykkefrihedsselskabets Bibliotek, 2011
Los principales trabajos de Hedegaard incluyen:
"Den 11. september som historie" [El 11 de Septiembre como crónica] en Helle Merete Brix y Torben Hansen (eds.), Islam i Vesten: På Koranens vej? Copenhague, Tiderne Skifter, 2002.
"La proliferación del islam en Dinamarca y el futuro del secularismo" en Kurt Almqvist (ed.), El Estado secular y el islam en Europa. Estocolmo, Fundación Axel y Margaret Ax:son Johnson, 2007
"La libertad de expresión: sus beneficios y limitaciones" en Süheyla Kirca y LuEtt Hanson (eds.), Libertad y prejuicios: enfoques en los medios y la cultura. Estambul, Bahcesehir University Press, 2008
"De cartoon-jihad en de opkomst van parallelle samenlevingen" [La yihad de las viñetas y la aparición de las sociedades paralelas] en Hans Jansen y Bert Snel (eds.), Eindstrijd: De finale clash tussen het liberale Westen en een traditionele islam. Ámsterdam, Uitgiverij Van Praag, 2009
Lars Hedegaard con Daniel Pipes, Copenhage, marzo de 2007. |
Y, como alguien que ha escrito dos libros acerca de teorías conspirativas, considero los escritos de Hedegaard inocentes de ese pecado intelectual.
2. Higgins le adjudica "pronósticos de una inminente guerra civil"; pero los pronósticos no son suyos, suya solamente es la crónica de lo que los textos y los portavoces islamistas predicen y defienden.
3. Higgins afirma que Hedegaard "editor durante varios años de un periódico danés de referencia, el Information, es una figura relevante dentro de lo que un grupo británico, Hope Not Hate, identificó el año pasado como un movimiento global de escritores, activistas y blogueros 'islamófobos' cuya 'retórica antimusulmana envenena el discurso político, con efecto letal en ocasiones".
La "islamofobia" es un neologismo importado encaminado a vilificar a cualquiera que critique al islam o incluso al islamismo.
En cuanto al "con efecto letal en ocasiones": se aplica al grupo entero de 100 organizaciones y particulares incluidos en la lista de Hate not Hope, no a Hedegaard por separado. Higgins insinúa de forma rastrera que Hedegaard es responsable de unos mortales ataques a los musulmanes cuando en la práctica, él es la víctima, no el autor material. (Hope not Hate, a propósito, incluye tanto al Middle East Forum como a mí en su Counter-Jihad Report; me elogia como "el motor detrás del movimiento internacional contra-yihadista").
En conclusión, no se trata de "una mezcla de bilis y pronósticos antimusulmanes compuestos con conspiraciones" sino de "un cóctel de críticas y análisis desconcertantes y sensatos". Higgins firma un torrente de difamaciones baratas de un escritor valiente, distinguido y consumado con el que firmo un artículo "¿Hay algo podrido en Dinamarca?" en 2002 y que en la actualidad es colega en el Middle East Forum.
Una vergüenza este artículo de Higgins y del New York Times por publicarlo.