Mientras los servicios israelíes de Inteligencia alertan de la posibilidad de que grupos radicales judíos ataquen las mezquitas ubicadas sobre el Monte del Templo, una polémica curiosamente parecida de probables lecciones e implicaciones para Israel surge simultáneamente en la India.
Según la leyenda, el monarca-dios Lord Ram, una de las principales deidades del hinduismo, nació en Ayodhya, a unos 540 kilómetros al sureste de Nueva Deli. Los conquistadores musulmanes de la India destruyeron hace siglos el templo que recordaba en lugar de su nacimiento y levantaron sobre las ruinas una mezquita, conocida como la Babri Masjid.
No fue en absoluto un relevo extraordinario.
Nacionalistas hindúes demolían la mezquita Babri en 1992 usando apenas sus manos y pequeñas cantidades de explosivos. |
Esto condujo al peor estallido de disturbios entre comunidades registrado en la India desde la partición en 1947 de la India y Pakistán, haciendo que de 2.000 a 3.000 personas perdieran sus vidas y que la violencia se contagiara a diversos países extranjeros (Gran Bretaña incluida).
A pesar de su desproporcionado drama, este episodio no resolvió nada. Donde en tiempos estuvieron una mezquita y un templo, ahora hay un solar (y muchos policías). Algunos hindúes insisten en reconstruir el templo en honor a Ram; ciertos musulmanes exigen que se reconstruya la mezquita Babri Masjid. Una demanda judicial que cuestiona la propiedad del suelo lleva saltando de una instancia a otra del apático sistema hindú de justicia desde 1949, sin final a la vista.
Desde que llegó al poder en 1998, el Primer Ministro Atal Bijari Vajpayi y la formación BJP han restado importancia a sus objetivos en Ayodhya. En octubre de 2000 nada menos, el secretario del BJP aseguraba a los hindúes que la reconstrucción del templo no estaba en el programa de su formación.
Pero la cuestión se ha abierto paso de todas formas y en poco tiempo podría producirse una detonación. En las inmediaciones del disputado solar de Ayodhya, la formación nacionalista hindú Vishwa Hindu Parishad (VHP) está levantando un templo prefabricado que planea montar dentro de poco en el lugar en forma de edificio de tres plantas. La primera planta, anunció en julio, está "prácticamente preparada".
Ignorando al premier Vajpayi, el VHP planea comenzar dentro de poco la construcción del templo en el lugar, quizá ya en marzo. Grupos musulmanes han amenazado con parar esto, por la fuerza si es necesario.
Ayodhya plantea varias ideas en relación al Monte del Templo.
- Demuestra que la disputa por el Monte del Templo dista mucho de no tener precedentes. Los musulmanes han avalado de forma habitual la supremacía del islam a través de la arquitectura, construyendo sobre los monumentos de las demás confesiones (como en Jerusalén y Ayodhya) o apropiándose de ellos (la Ka'ba de La Meca por ejemplo, o la Hagia Sofía de Constantinopla)
- Este patrón se prolonga - el caso más reciente en octubre, cuando se produjo en la Tumba de José en Nablús.
- Estas situaciones no inducen al compromiso; en general, una parte gana y la otra pierde. Lograr otra cosa en Jerusalén sería una hazaña notable.
- Los radicales religiosos pueden imponerse a los gobiernos (incendio de al-Aksa en 1969, destrucción de Ayodhya en 1992), poniendo de relieve el carácter totalmente volátil de los lugares sagrados y la elevada prioridad de controlarlos para los gobiernos.
- El curso de los acontecimientos es notablemente parecido: Las conspiraciones judías para vengar la muerte de Binyamin Kahane destruyendo lugares sagrados islámicos de Jerusalén recuerdan a los planes del VHP de construir un templo hindú.
- Aunque la Babri Masjid tiene un carácter islámico sagrado mucho menos relevante que el monte Haram al-Sharif de Jerusalén, si los planes de reconstruir el templo hindú siguen adelante, podrían desviar la atención islámica que durante meses viene centrándose fuertemente en Jerusalén.
Añadido 7 de mayo de 2010: Una junta municipal del bajo Manhattan ha aprobado a través de la Iniciativa Córdoba la construcción de la Cordoba House valorada en 100 millones de dólares a dos manzanas de la Zona Cero, enclave del antiguo World Trade Center. Esto recuerda mucho al mismo triunfalismo destacado en el primer punto arriba.