¿Por qué acaba de dedicar desproporcionadamente su apenas quinta visita desde febrero a las negociaciones palestino israelíes en el papel de mediador el Secretario de Estado John Kerry, con Siria pasto de las llamas y Egipto asomándose al abismo?
En parte porque los demás progres y él piensan que la guerra iraní y árabe (¿y ahora turca?) contra Israel se reduce a un conflicto palestino israelí, y por tanto hacen un énfasis desmesurado en esta faceta; en parte también porque él suscribe el espejismo progre de que las cuestiones relacionadas con Israel constituyen "el epicentro" de la región (en palabras de James L. Jones, asesor de Interior de Obama por entonces, en una ocasión), de manera que su resolución tiene que preceder al abordaje de los demás problemas de Oriente Próximo.
John Kerry pone en un brete a Binyamin Netanyahu. |
Esta es la tesis, de cualquier manera, de David M. Weinberg, de la Universidad Bar-Ilán, en Israel Hayom: "Netanyahu viene realizando intervenciones inusualmente apasionadas acerca del proceso diplomático; intervenciones que van más allá del discurso superficial establecido acerca del deseo israelí de dialogar con los palestinos y negociar una solución de dos estados". Weinberg juzga a Netanyahu "desesperado por ver movimientos diplomáticos, habiéndose tragado el argumento izquierdista de que el estatus quo es insostenible". Weinberg percibe preparativos ya en marcha de "una iniciativa israelí unilateral que renunciará a regiones significativas de Judea y Samaria".
¿Por qué prepararía planes de esa naturaleza Netanyahu, que de forma expresa no hizo campaña por esta plataforma? Weinberg examina principalmente la política nacional:
Netanyahu no tiene otro programa nacional para sostener su primera cartera. Precisa de un mensaje que le vuelva a situar líder en la mente de la opinión pública, y la cuestión palestina reúne todo con lo que trabajar. La iniciativa en los terrenos económico y social ha sido acaparada por [los rivales políticos Yair] Lapid y [Naftalí] Bennett. No hay mucho que Netanyahu pueda hacer a tenor de la volátil situación de Siria o Irán. Su labor consiste en reaccionar con inteligencia y cautela a los acontecimientos en estos frentes, no meter a Israel en la confrontación.
David Ben-Gurión (1886-1973), el palo por el que se miden los primeros ministros israelíes que han venido después. Revista Time, 16 de agosto de 1948. |
Esta explicación no me convence: Irán plantea una amenaza potencialmente existencial para Israel y plantarle cara basta más que de sobras para "sostener su primera cartera". La opinión pública israelí pone el acento en Teherán, no en Ramala, y a Netanyahu, que presume de destinar el 70 por ciento de su tiempo a cuestiones de Interior, no le hace ninguna falta la diplomacia con Mahmoud Abbás para avalar su liderazgo.
Sus motivos residirían más bien en otra parte: como los demás primeros ministros de Israel, Netanyahu sufre lo que he venido en llamar "el complejo Ben-Gurión", el deseo de pasar a la historia judía como líder reconocido. (David Ben-Gurión supervisó la fundación del Israel moderno). En su tercera legislatura y siendo (tras Ben-Gurión en persona) el segundo primer ministro más veterano del país, Netanyahu queda todavía más expuesto a esta aspiración.
Post-1948, el complejo Ben-Gurión se traduce en poner fin a las amenazas externas a Israel. Por desgracia, esta digna ambición ha suscitado reiteradas distorsiones y actos de mala fe. Según describía el fenómeno en 2004, " Primero, cada primer ministro electo [desde 1992, Yitzhak Rabin, Ehud Barak, Ariel Sharón y Netanyahu] ha roto su palabra acerca de cómo negociaría con los Árabes. En segundo lugar, cada uno de ellos ha adoptado un acercamiento inesperadamente flexible".
Netanyahu hizo la promesa electoral en 1996 de que, si salía elegido, Israel "nunca bajará del Golán"; pero apenas dos años más tarde él intentó ofrecer a Damasco el territorio del Golán entero a cambio de un simple trozo de papel. (Si Netanyahu hubiera triunfado por entonces, imagine las consecuencias hoy, con Siria en llamas y agentes de Al-Qaeda acercándose las fronteras de Israel). Por suerte, sus colegas de gabinete le impidieron poner en práctica esta locura a base de obstáculos.
Gracias a importantes miembros del gabinete, Israel conserva el control de los Altos del Golán, asomándose al territorio de Siria aquí. |
Estos días, un consenso de centro-izquierda entona la cantinela de que poner fin a las amenazas externas a Israel significa alcanzar un acuerdo de dos estados con los palestinos. (Yo discrepo). ¿Virará Netanyahu a la izquierda, desafiando a su electorado y aprobando un acuerdo así para hacerse con la reelección? Tanto el patrón de comportamiento establecido de los primeros ministros caprichosos como la propia biografía de Netanyahu me hacen preocuparme desde 2009 por una traición así a su mandato.
Pero quizá nos ahorremos descubrir la respuesta: La intransigencia palestina está molestando a Kerry y, una vez más, podría aliviar la presión diplomática sobre Israel.