El terrorismo es el idioma diplomático cotidiano de Oriente Próximo.
-Josette AliaOtros países de Oriente Medio exportan dátiles, alfombras o petróleo; Siria exporta problemas
- Embajador estadounidense en Siria
La operación Hindawi
La mejor introducción a la práctica siria del conflicto clandestino es la crónica de un único incidente, la destrucción frustrada por poco de un aparato comercial de la compañía El Al en abril de 1986. La tentativa de Nizar Hindawi saca a la luz mucha información de los métodos del gobierno sirio; también dice bastante de sus objetivos.
Nizar al-Hindawi (también Nezar al-Hindawi) |
Buscando asilo, llegó a Londres en 1979. Al principio, esperaba escribir para la prensa en árabe. Esto no funcionó, en parte a causa de un problema de alcoholismo. Sin lograr estabilizarse, Hindawi desempeñaba labores no especializadas. Por ejemplo, en 1982 trabajó durante dos meses como mensajero del periódico en árabe radicado en Londres Al-'Arab. Pero fue despedido por su comportamiento errático (cerró con llave la estancia del cañón de las agencias y se llevó a casa la llave en pleno arrebato). Hindawi también tuvo otros problemas. Se casó con una polaca y la pareja tuvo una hija; pero su mujer le abandonó y se volvió a Polonia con la niña.
Desesperado, Hindawi se ofreció al gobierno sirio para hacer dinero a principios de la década de los 80. Según las autoridades británicas, el embajador sirio oficial en Gran Bretaña, Loutuf Alaj Haydar, intervino personalmente en el reclutamiento de Hindawi. La relación comenzó de forma bastante inocente, con Hindawi redactando tribunas lisonjeras acerca de Siria. Más tarde una cosa llevó a la otra, y a finales de 1985 más o menos - alrededor de la misma época en que el gobierno jordano le denegó la renovación de su pasaporte - se fue a Siria a realizar maniobras militares durante dos meses. Hindawi se entrenó en un campamento a cargo de Abú Nidal en las inmediaciones de Dahir, un municipio de 15.000 habitantes al este de Damasco.
En enero de 1986 Hindawi va a Damasco, donde conoce al brigadier general Mohammed al-Juli, responsable de Inteligencia de las fuerzas aéreas, director de la Oficina de Seguridad Nacional y un caballero conocido de forma generalizada como el más próximo a Assad de sus asesores. (La cartera de Juli también incluía labores con invitados extranjeros, las aerolíneas sirias, operaciones clandestinas y la protección personal de Assad). Además, Hindawi conoció a tres asistentes de Juli: los teniente coroneles Haydam Sa'id, Mufid Ajur y Samir Kukash. Se llegó a un acuerdo: Hindawi atentaría contra una aeronave comercial de El Al y a cambio, los sirios le ayudarían en sus iniciativas contra el gobierno jordano. Sa'id, responsable en funciones de la Inteligencia de las fuerzas aéreas, fue elegido contacto de Hindawi.
En un encuentro posterior mantenido el 9 de febrero de 1986, Sa'id realizó un primer pago de 12.000 dólares (el coste total de una operación con éxito se valoró en 250.000) y un pasaporte "de servicio" sirio (una credencial oficial sólo válida por desplazamientos) expendido a nombre de 'Isam Shar'. Hindawi utilizó su pasaporte jordano para recorrer ampliamente el bloque soviético, pero en dos ocasiones echó mano de su pasaporte sirio para desplazarse al Reino Unido.
Solicitó el primer visado al día siguiente mismo, el 10 de febrero. En cada viaje, el Ministerio sirio de Exteriores respaldó las solicitudes de visado de Hindawi al gobierno británico con una nota oficial de aprobación. Según una crónica, los visados se expendieron en parte con la connivencia de un agente sirio destacado en la embajada británica en Damasco. Hindawi hizo una escapada a Londres en febrero, haciéndose pasar por un preboste que viajaba para comprar repuestos de vehículos British Leyland Range Rover. Como parte de su tapadera de diplomático, llegó a ingresar en un club londinense.
De vuelta a Damasco volvió a reunirse con Haytham Sa'id, que le enseñó a preparar un portafolios explosivo colocando el detonador cerca de la carga principal en un doble fondo; el explosivo se consumía así de forma idónea. No harían falta ni cables ni habilidades técnicas, en otras palabras. Si era sorprendido, le dijo Sa'id, Hindawi no debía mencionar la conexión siria bajo ninguna circunstancia. Se haría pasar en lugar de eso por camello. La vulneración de estas instrucciones conduciría a la eliminación de la cuarta parte de los 500 parientes de Hindawi afincados en Siria al día siguiente. Por último, Sa'id dio a Hindawi su teléfono, 336-068 Damasco.
Antes de cerrar su visita londinense, Hindawi habría demostrado sus habilidades organizando el atentado del 29 de marzo de 1986 contra la Sociedad de Amistad Germano-Árabe de Berlín, operación perpetrada principalmente por su hermano Ahmed Nawwaf al-Mansur al-Hasi.
Hindawi solicitó un segundo visado británico el 2 de abril, volviendo a utilizar su pasaporte falso. Esta vez se hizo pasar por el contable del ministerio sirio de exteriores de vacaciones en Gran Bretaña. El visado fue expendido al día siguiente, y el 5 de abril voló a Londres una segunda vez como 'Isam Shar'. El hermano de Haytham Sa'id, Ghasim, le acompañaba y los dos se hicieron pasar por miembros de la tripulación de las aerolíneas sirias árabes. Hindawi se hospedó sus dos primeras noches con la tripulación en el hotel Royal Garden, gastos pagados por la aerolínea. El 6 de abril recogió el detonador y la bolsa de viaje que iba a utilizar. La bolsa se quedó con su padre, Nawwaf Mansur, que también residía en Londres.
Ann-Marie Doreen Murphy. |
Hindawi la dejó embarazada en dos ocasiones. El primer embarazo, que se produjo a principios de 1985, acabó en aborto espontáneo. Entre abril y septiembre de 1985 él desaparece. Ella se queda embarazada una segunda vez en noviembre de 1985. Pero antes de descubrir su estado ella, Hindawi había vuelto a abandonar el país. Cuando en enero de 1986 la llama desde Berlín y tiene conocimiento de lo sucedido, se desentiende. Hindawi la presiona para abortar. Según Murphy, "Él no quería saber nada. Quería que yo me deshiciera del paquete". Cosa que ella se niega a hacer. Empieza mejor a hacer planes de volver a Irlanda por su cuenta.
Entonces, para su sorpresa, Hindawi se presenta el 7 de abril de 1986. Lleno de entusiasmo, le declara su amor. En un local de comida basura de Oxford Street al día siguiente, él insiste en casarse inmediatamente e irse de viaje de novios. Tiene planes de visitar "Tierra Santa" y luego pasar a Jordania donde, tres días más tarde, tendría lugar la ceremonia. Pero Hindawi insiste en viajar por separado, diciendo que su jefe le paga un vuelo posterior. Murphy, profana en la política de Oriente Próximo, acepta todos estos planes sin poner pegas (ni siquiera a un jordano que vuelve a casa pasando por Israel).
Hindawi exige que no comparta con nadie sus planes y se enfada irracionalmente al saber que ella había informado a dos hermanas suyas, a una amiga y al marido de la amiga. Además, quiere ocultar su historia a la aerolínea y al personal aduanero israelí. Con esto presente, le proporciona respuestas a las preguntas estándar que ella daría al desplazarse a Israel. Luego la interroga e instruye en las respuestas correctas.
Hindawi también ayuda a preparar el viaje de otras formas. Le dice que se encontrará con una mujer en el aeropuerto, de nombre Ángela. Paga su pasaporte, compra ropa nueva y le da dinero para comprar un billete a Israel en el vuelo 017 de El Al el 17 de abril. (La fecha habría sido seleccionada a causa de su cercanía con la Pascua judía y la mayor probabilidad de tener completo el vuelo). El 15 de abril aguarda fuera de la agencia de viajes Superstar en Regent mientras Murphy compra el billete en el interior. La noche del 16, le entrega una maleta con ruedas (un "Samso" en lengua vernácula), cortesía de la embajada siria. Aduciendo que sus maletas eran muy grandes, Hindawi la convence de utilizar mejor esta bolsa.
Además de ropa de caballero, la maleta contenía un doble fondo con relleno de Semtex, el fuerte explosivo plástico de fabricación checoslovaca que posteriormente volaría por los aires un jumbo de la Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, y un aparato de la UTA sobre África Occidental. Al no necesitar casi de cableado, el Semtex es prácticamente indetectable por los rayos X del aeropuerto. El kilo y medio de Semtex queda sujeto con cinta al fondo de la Bolsa; las pruebas de la policía revelan que algún cabello de Hindawi queda atrapado en la cinta adhesiva. (Este insignificante extremo refuta de forma concluyente la acusación siria de que el espionaje israelí había cambiado la bolsa de Murphy para incriminar a un inocente).
Mientras ayuda a Murphy a hacer el equipaje, Hindawi desliza una calculadora científica Commodore en la maleta, diciéndole a ella que era un regalo para un amigo en Israel. En realidad, si bien su mecanismo era el de una calculadora normal, se habían añadido un circuito temporizador y 50 gramos de Semtex. La calculadora, cargada con una pila, haría las veces de detonador de la maleta explosiva. Pero el dispositivo se había montado de forma tan inteligente que la calculadora podía ser comprobada por un agente de seguridad y funcionaría. Según Scotland Yard, la sofisticación del explosivo casi seguro avalaría la tesis de que se habría montado en Damasco, aunque ciertas versiones sugieren que el dispositivo se había montado en la embajada siria en Londres.
A la mañana siguiente, el 17 de abril, Hindawi se levanta temprano y, vestido de traje gris, zapatos negros y corbata beige, coge un taxi hasta el apartamento de Murphy en Kilburn, al que llega alrededor de las 7:30 de la mañana. Exactamente a las 8:03, camino del Aeropuerto de Heathrow, un Hindawi visiblemente nervioso pone pilas a la calculadora, armando el detonador para su deflagración cinco horas y un minuto más tarde, a las 13:04 GMT. El vuelo tenía previsto su salida a las 9:50; con toda probabilidad, el aparato estaría a 12 kilómetros sobre Austria cuando la bomba explotara; los 375 pasajeros morirían seguro. Hindawi desplaza la calculadora al fondo de la bolsa, donde estaría lo más cerca posible de la principal carga explosiva, detonándola seguro ahí.
Cuando la pareja llega al aeropuerto, alrededor de las 8:30, Hindawi paga al taxista y sube la maleta a un carro. La pareja pasa un rato charlando en la terminal antes de que Hindawi bese a la mujer en estado de buena esperanza en ambas mejillas, despidiéndose después de manera informal - "Nos vemos". Luego él vuelve al hotel Royal Garden, con intención de volver a hacerse pasar por miembro de la tripulación del vuelo de las 14:00 de la aerolínea esa tarde con destino a Siria.
No fue casualidad que Murphy fuera sorprendida, y sobre todo a causa de que sus acciones despertaron sospechas. Para empezar, su billete había sido vuelto a reservar, acción que automáticamente suscita el escrutinio detenido en El Al. La entrevista de seguridad en la puerta B23 después fue una catástrofe. Murphy superó el examen de rayos X sin problemas y llegó a la puerta con la bolsa todavía en el carro de equipajes. Allí esperó tranquilamente hasta las 9:10 más o menos, cuando un empleado de El Al le hizo las preguntas de rigor en la casa. En primer lugar, pregunta si ella se había hecho el equipaje, responde de forma negativa, despertando las alarmas. Reconstruido por Neil C. Livingstone y David Halevy, el intercambio se produce de esta forma aproximada:
"¿Cuál es el fin de su visita a Israel?"
Recordando lo que había sido adiestrada para responder, ella contesta "Vacaciones".
"¿Está casada, doña Murphy?"
"No".
Dado que las madres irlandesas solteras no se van a menudo de vacaciones a Israel, el empleado indaga más. "¿Viaja sola?"
"Sí".
"¿Es su primer viaje al extranjero?"
"Sí".
"¿Tiene parientes en Israel?"
Dudando, Murphy responde "no".
Cada respuesta incrementa lo irregular de la pasajera. "¿Viaja para encontrarse con alguien en Israel?"
"No.
"¿Planeó sus vacaciones hace mucho?"
"No".
Indagando ya con cierta intensidad, pregunta: "¿Dónde se hospedará durante su estancia en Israel?"
"El Tel Aviv Hilton".
"¿Cuánto dinero lleva encima?"
"50 libras [unos 70 dólares]".
"¿Sabe cuánto cuesta una habitación del Hilton?" Entonces, sin esperar una respuesta (pernoctar cuesta un mínimo de 100 dólares), preguntó "¿Tiene tarjeta de crédito?"
"Ah, sí", respondió ella, y procedió a sacar de su bolso un carné de identidad para comprobación del titular.
Fue el colmo. Convencido de que algo no encajaba, el agente vació la bolsa y le pareció "muy pesada", con "una especie de doble fondo". Mandó cachear a Murphy y se llevó su bolso a una salita. Aunque no llevaba nada encima, la inspección de la Bolsa descubrió un envoltorio de plástico en el fondo lleno de sustancia oleosa amarillenta - Semtex. Un vistazo más detenido descubrió después el detonador dentro de la calculadora Commodore.
Si el atentado hubiera tenido éxito, Hindawi habría abandonado Gran Bretaña esa tarde. Pero Murphy salió ilesa para denunciar a Hindawi, y la noticia del atentado frustrado vio la luz durante la mañana. Hindawi tuvo conocimiento de ello mientras aguardaba a ser trasladado a Heathrow en un autobús de las aerolíneas sirias. En lugar de salir adelante con la fuga planeada, el contacto del espionaje de Hindawi le acompañó a la embajada siria, donde el embajador Loutuf Alaj Haydar se reunió con él y elogió "su buena obra". Hindawi entregó un escrito el embajador, que llamó a Damasco pidiendo instrucciones. Haydar hizo sacar entonces a Hindawi por la puerta de atrás con destino a un apartamento privado en el número 19 de Stonor Road, en West Kensington. En el apartamento, un vigilante de la embajada le cortó y tiñó el pelo; Hindawi pernoctaría después allí. Al día siguiente, llegaron dos caballeros a recogerle a las 5:30 para volver a trasladarle a la embajada siria. Se dio a la fuga antes de que le metieran en el coche - optando por desconfiar de la amabilidad del régimen de Damasco.
Huyó al London Visitors de la zona de Holland Park, establecimiento en el que se registró para pasar una noche, abonó 24 libras y se le adjudicó la habitación 18. El gerente reconoció a Hindawi en su fotografía publicada en toda la prensa y avisó al propietario del establecimiento, el jordano Na'im 'Awran. 'Awran era el agregado comercial del hermano mayor de Nizar, Mahmud, contable homologado empleado de la embajada de Qatar en Londres. 'Awran llamó a Mahmud e insistió en que fuera al hotel. Juntos, los dos convencieron a Nizar de entregarse a la policía. Siguiendo sus consejos, Nizar volvió a su habitación y esperó tranquilo a que se personaran las autoridades. Se presentaron dos policías de paisano, que se lo llevaron.
Tras tratar de engañar a la policía inicialmente con una historia de implicación en el tráfico de drogas con destino a Israel nada menos, Hindawi acabó proporcionando una confesión completa, rememorando los detalles de su encuentro en febrero con Juli y demostrando su intención de colaborar proporcionando el número privado de Juli. Según un relato, también prestó testimonio diciendo que Hafiz al-Asad había ordenado personalmente el atentado contra el aparato de El Al. Hindawi pasó a contar que sabía de tripulaciones de las aerolíneas sirias que introducen explosivos, armas de fuego y estupefacientes en el Reino Unido.
Aunque Hindawi se retractó posteriormente de su testimonio, recordando tal vez las amenazas vertidas por Sa'id contra su familia, la información contenida en su confesión fue confirmada más tarde. Además, su detención implicaba a su hermano Ajmed y a su primo 'Awni. La policía halló el número berlinés de Ahmed en el apartamento de Hindawi. Un tribunal de la Alemania Occidental declaró culpable a Hasi el 29 de marzo de 1986 de la explosión en la Asociación de Amistad de Berlín Occidental que costó la vida a dos personas. También estuvo implicado en el atentado de la discoteca berlinesa La Belle una semana más tarde. Hasi también trabajaba para los sirios: admitió haber recogido explosivos en las cocinas de la embajada siria de Berlín Oriental. Luego la policía interceptó un escrito de Hindawi enviado desde la cárcel a su primo de Genoa, 'Awni al-Hindawi, pidiéndole hacer que "los sirios hagan rehenes que me saquen de la cárcel". 'Awni fue detenido como cómplice del atentado de Berlín.
Habría que reseñar que el régimen Asad estuvo implicado en todos los pasos de la operación, al haber entrenado a Hindawi en Siria, haberle proporcionado un pasaporte, apoyado sus solicitudes de visado, haberle encubierto como piloto de las aerolíneas sirias, haberle proporcionado explosivos y una maleta con doble fondo y haberle prestado ayuda después de ser frustrada la trama. Hindawi implicó además al gobierno al pedirle que capturara rehenes británicos en su nombre. La participación directa de Damasco es algo inusual, pero el caso Hindawi ejemplifica en otros sentidos el uso del terror por parte de Siria - uso de un nacional que no es sirio; explotación flagrante de la inmunidad diplomática; uso de explosivos de alta tecnología; seducción de una mujer local; y temor a sus protectores por parte del agente. El juez de Old Bailey lo expresó correctamente al condenar a Hindawi: "Esto es un delito premeditado y bien organizado que implica a muchos otros aparte de ti mismo, en altos cargos algunos de ellos".
El magistrado tenía razón, aunque hubo muchas especulaciones en torno a que la trama de Hindawi formaba parte de una operación clandestina o "iniciativa privada de funcionarios intermedios del espionaje sirio". Un redactor consideró seguro que Asad "y el resto de su gobierno no sabían nada de la operación hasta que tuvieron noticias a través de la radio".
En la práctica, hay varias razones para pensar que Hafiz al-Asad supervisó personalmente la operación londinense. En primer lugar, Hindawi prestó testimonio inicial en este sentido. En segundo, parece inconcebible que Asad vaya a dejar que los secuaces adopten medidas que bien podrían haber precipitado una guerra con Israel. En tercero, Mohammed al-Juli era uno de los asesores más íntimos de Asad - muy lejos de ser un burócrata de régimen intermedio. En cuarto lugar, si el atentado hubiera sido una operación clandestina, Juli y los suyos habrían pagado algún precio, pero no parecen haber sido castigados en absoluto. Por último, Asad supervisa en persona todas las operaciones de nivel, de forma que es inconcebible que algo de esta magnitud tuviera lugar sin su conocimiento. En palabras de un antiguo afiliado del Partido Ba'z sirio: "Si realmente fue Siria, entonces por fuerza fue Assad en persona. En cuestiones cruciales de seguridad se ocupa personalmente de cada detalle".
En conclusión, el gobierno británico parece haber participado en parte del engaño por su cuenta. Si bien Scotland Yard anunció que Murphy había sido sorprendida como resultado de "una comprobación rutinaria", existen motivos de peso para creer que tras el suceso hay mucho más. En particular, parece casi seguro que los británicos interceptaron en marzo de 1986 una petición de ayuda de la embajada siria solicitando apoyo a la operación proyectada por Hindawi. Hindawi había sido por tanto objeto de vigilancia 24 horas desde que llegara al Reino Unido el 5 de abril. Asimismo, aparatos estadounidenses destacados en Gran Bretaña había bombardeado Libia apenas dos días antes, y los temores a la represalia hicieron que el aeropuerto estuviera en máxima alerta. En palabras de un especialista anónimo del gobierno estadounidense: "Los israelíes esperaban a doña Murphy. No fue ninguna sorpresa cuando aparecieron ella y su equipaje. Era seguro que la buscaban todo el tiempo".
El terrorismo en el contexto de una política exterior
¿Por qué auspicia actividades como las de Hindawi el gobierno sirio? ¿Cómo impulsan los intereses del estado las operaciones de esta naturaleza? ¿Cómo se puede inducir a Damasco a no apoyar el terrorismo?
Son preguntas complejas, pero el lugar del que partir es la descripción del régimen Asad y de sus prioridades. Desde que llegó al poder en noviembre de 1970, el principal objetivo de Asad viene siendo conservarlo. Es un reto constante, para el cual los cargos altos del régimen están ocupados principalmente por alauitas, los miembros de una minoría religiosa minúscula y despreciada cuya presencia acusa la mayoría musulmana sunita. Dado que se benefician de forma desproporcionada del gobierno de Asad, los alauitas temen lo que sucedería en caso de perder el control en favor de los sunitas. Este temor explica en gran medida la naturaleza belicosa de la política exterior siria. La iniciativa encaminada a eliminar a Israel apela a los descontentos sunitas y les da algo en común con el régimen. Los intentos de Damasco de controlar la región conocida como la Gran Siria (que abarca el Líbano, Palestina y Jordania) también son enormemente populares. Y el alineamiento con la Unión Soviética ha facilitado enormemente la represión de los sunitas en cuanto se salen de tiesto.
Cada una de estas políticas también implica la necesidad de mantener conflictos encubiertos. Los israelíes son demasiado fuertes para ser atacados con medios convencionales, de forma que los métodos irregulares ocupan su lugar. La Gran Siria exige de iniciativas territoriales contra el Líbano y Jordania, además de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). La conexión soviética conduce a campañas de sabotaje contra Turquía y Occidente. Teniendo en cuenta esta agresividad, el terrorismo - en lugar de las formas convencionales de violencia militar - se convierte en un instrumento útil de administración. Es asequible; permite intervenciones de una clase que un estado no podría emprender de forma abierta probablemente; e intimida a los rivales.
En manos de Asad, el terrorismo ha influenciado las acciones de países extranjeros con frecuencia. Del Líbano expulsó a los efectivos occidentales y los israelíes en 1982-84, y ayudó a que Damasco ganara y conservara el control territorial de gran parte del país. En el conflicto árabe-israelí, es un accesorio a la hora de impedir que los estados árabes adopten políticas más abiertas hacia Israel; en concreto, bloqueó la entrada en las negociaciones de paz con Israel del rey al-Husayn de Jordania. En el Golfo Pérsico, conserva en movimiento el dinero. Con Libia e Irán, impulsa una alianza por lo demás frágil. Con respecto a la Unión Soviética, eleva el poder sirio y amplía la utilidad de Asad.
El terror también cumple objetivos más selectivos. En una ocasión, en septiembre de 1986, funcionarios sirios ofrecieron hacer lo posible para combatir el terrorismo en Francia - pero solamente a cambio de ayuda económica. La oleada de incidentes de respaldo sirio entre abril y septiembre, según el analista israelí Moshe Zak, había satisfecho dos objetivos: impedir un diálogo egipcio-jordano-israelí, y eliminar la influencia israelí sobre el sur del Líbano. Además, aduce, las dos cosas están relacionadas: "El espionaje sirio parece convencido de que las explosiones de París son un buen acicate para relajar la postura de Francia en el Líbano, y para hacer que el Palacio del Elíseo presione a Israel" para que abandone el Líbano.
Asad empezó a patrocinar el terror antes incluso de ser dictador de Siria en 1970. Su respaldo a los grupos palestinos de mediados de los 60, por ejemplo, contribuyó directamente al estallido de la guerra árabe-israelí de junio de 1967. Desde que Asad se convirtiera en el dictador de Siria, su confianza en esta herramienta se puede dividir según cuatro eras características.
Principios de los 70-1982. Nacionales sirios participan en las operaciones de Damasco, la mayoría de las cuales son contra objetivos israelíes y judíos o bien contra árabes. Los segundos incluyen enemigos del estado sirio tales como los disidentes sirios o los palestinos pro-Arafat; también incluyen a las autoridades de los estados que Damasco quiso intimidar (como Jordania, Arabia Saudí o Kuwait).
1983-85. Los dos grandes cambios del modus operandi se producen en 1983, relacionados ambos con la guerra del Líbano de 1982. En primer lugar, el gobierno sirio se convierte en el puntal internacional del terrorismo, habiendo arrebatado este papel a la OLP. En total, alrededor de 3.500 proscritos se mudan a Damasco a partir de finales de 1983. En segundo, las autoridades indias empiezan a esforzarse por no utilizar nacionales sirios en sus campañas de terrorismo; los sirios actúan exclusivamente como supervisores, al tiempo que los que no son sirios hacen el trabajo sucio.
1986. Durante un breve periodo, en especial durante la primavera de 1986, Asad involucra directamente a sus propios servicios de espionaje de confianza. En un extremo, uno de los funcionarios de Inteligencia de más alto nivel, el Coronel Haytham Sa'id, llega a desplazarse a Berlín para supervisar una operación. A pesar de una red tupida y elaborada, la implicación siria es descubierta repetidamente - en un momento a finales de aquel año, había juicios abiertos al terror de patrocinio sirio en Londres, Madrid, París, Berlín Occidental, Genoa, Viena, Estambul y Karachi. El régimen se hace famoso internacionalmente y con el tiempo parece haber considerado la factura demasiado elevada. Las bombas en Beirut son una cosa; en París, otra muy distinta. Acosado por la polémica, Asad se retira a Oriente Próximo.
1987 hasta la fecha. Las actividades sirias vuelven a una mezcla entre los periodos primero y segundo. Al igual que durante el primer periodo, el terror se despliega principalmente en Oriente Medio (contra israelíes y palestinos en Turquía y el Líbano); esto aleja de los titulares a Damasco y abarata la factura política. Como en el segundo periodo, el régimen se apoya sobre todo en tentáculos. Tras la ambiciosa experimentación de 1983-86, este maridaje parece ofrecer un enfoque estable del terrorismo.
Patronos y socios
Asad hizo de Siria un miembro del bloque soviético prácticamente; esto explica no sólo un comportamiento tan genérico como la postura virulentamente antioccidental del gobierno Asad sino también actividades terroristas sirias concretas que de otra forma son difíciles de justificar. Las más importantes son los denodados esfuerzos sirios por desestabilizar a Turquía, que se beneficia del Kremlin mucho más que Asad.
A cambio, el bloque soviético proporciona un abanico de ayudas al terrorismo de respaldo sirio. Esto abarca el propio armamento (sobre todo el Semtex, un explosivo muy maleable) y el entrenamiento en su uso. Hasta hace poco, había "asesores de seguridad" de Bulgaria y Alemania Oriental trabajando en campamentos sirios, mientras los miembros de algunas organizaciones terroristas acudían a la Unión Soviética y Europa Oriental para recibir formación especializada; algunos de ellos llegaron a aprender ruso u otros idiomas del bloque Oriental.
Pero los vínculos entre los estados soviéticos y el sirio han ido mucho más allá de la ayuda material. A pesar de lo que Harvey Sicherman ha bautizado "un historial de traiciones sutiles" entre Siria y la URSS, muchas pruebas sugieren que la URSS y sus satélites han jugado un papel relevante, si bien no concreto, a la hora de alentar el uso sirio del terrorismo. Proporcionan un respaldo que le da su confianza a la hora de correr riesgos. No sólo es consciente de que sus enemigos se lo pensarán largo y tendido antes de enfrentarse a las baterías balísticas de Damasco con la indignación soviética, tiene el respaldo político y psicológico de una red mundial de estados y movimientos. A diferencia de otros líderes belicosos aficionados al riesgo de Oriente Próximo (Jomeini, Gadafi, Arafat), nunca ha ido en solitario. Pueden haber tensiones en torno a las polémicas del momento, pero la relación ha demostrado ser profunda y persistente.
En el seno de Oriente Próximo, Damasco se vincula principalmente a los gobiernos libio e iraní. La conexión iraní tiene relevancia particular en el Líbano. Los Boeing 747 de las fuerzas aéreas iraníes sobrevuelan Damasco transportando efectivos, armamento y fondos destinados a las operaciones iraníes en el Líbano. Luego son cargados en caravanas de camiones, que utilizan vías militares para evitar aduanas y registros fronterizos, hasta el Valle de la Biqa' en el Líbano. Grupos musulmanes fundamentalistas radicales como la Yihad islámica, el Amal islámico o Hezbolá dependen de este concierto para recibir casi todos sus suministros. A cambio de permitir este acceso, además de aportar ayuda propia, el gobierno sirio ejerce un enorme control sobre los aliados libaneses de Irán.
De esta forma, en octubre de 1983, unas tres semanas antes de que el cuartel de los Marines estadounidenses en Beirut volara por los aires, un vuelo especial habría llegado al parecer a Damasco procedente de Teherán con 50 agentes iraníes a bordo. Inmediatamente fueron trasladados a la región libanesa bajo control sirio de Baalbek y desde allí alcanzaron Beirut. La planificación real del atentado implicó agentes iraníes y sirios en la misma medida. El Secretario de Defensa Caspar W. Weinberger resumía la alianza destacando que los responsables de la deflagración del cuartel de los Marines eran "básicamente iraníes, con patrocinio y conocimiento y autoridad del gobierno sirio".
En cuanto a la cooperación a tres bandas, parece que Damasco coopera con los gobiernos tanto iraní como libio en el respaldo a la organización de Abú Nidal. Según un palestino pro-sirio, los tres estados consideran ventajoso ayudar conjuntamente a este grupo porque "ello les proporciona una fuerza árabe que les distancia de cualquier responsabilidad pública". Según un experto israelí en terrorismo: "Libia compra, almacena y distribuye armamento de su bolsillo; Siria proporciona el espionaje logístico y la formación imprescindibles para un ataque así; Irán aporta parte de la financiación y los comandos suicida".
La cooperación puede ser todavía más extendida; algunos importantes terroristas tienen un misterioso sello en la sexta página de su pasaporte; muestra un avión, la fecha "30 de noviembre de 1984" y la palabra "Casa-Nouasseur". Según un informe, esto les concede acceso, sin preguntas, a muchos estados del norte de África y Oriente Próximo.
Si bien tales ejemplos de cooperación sí tienen lugar, el del terrorismo sigue siendo un mundo muy hermético al que los estados entran normalmente en solitario, sobre todo a nivel operativo. Un funcionario del contraespionaje galo utilizaba una analogía para explicar la cooperación entre los grupos terroristas: recuerdan a empresas que fabricando el mismo inventario normalmente competirían pero a veces hacen piña para cooperar como miembros de alguna patronal de empresarios.
En suma, Asad prefiere las alianzas con grupos pequeños que pueda dominar, y éstos interpretan un papel mucho más relevante dentro de su guerra clandestina que otros estados.
Organizaciones
La mayor parte de los actos de terrorismo de patrocinio sirio registrados desde 1983 han sido perpetrados por miembros de organizaciones afincados en el Líbano que son influenciadas, por no decir controladas, por el gobierno sirio. Un ayudante de Husayn Musawi, del Amal islámico, explicaba el alcance del control sirio en 1984: "No tenemos libertad de acción. Nuestras operaciones no se aprueban si no satisfacen los intereses de Damasco". Un despacho del Departamento de Estado de diciembre de 1986 explica las ventajas de este mecanismo:
Las pruebas facilitadas indican que Siria prefiere apoyar a los grupos cuyas actividades se encuadran generalmente en los objetivos sirios, en lugar de elegir objetivos u operaciones de control en sí mismo. Damasco se vale de estos grupos para atacar o intimidar a enemigos y rivales y para ejercer su influencia en la región. Pero al mismo tiempo, puede desmentir el conocimiento de sus operaciones.
De esta forma, Asad ejerce un control práctico al tiempo que puede negar simultáneamente la autoría - una combinación idónea.
Además de la negación plausible, el patrocinio directo posibilita añadir efectivos y conocimientos. Los tentáculos pueden movilizar a muchos más seguidores dedicados que los dictadores militares de Damasco. El patrocinio indirecto también permite a Asad interpretar un papel de intermediario. Una y otra vez, es investido como estatista, hablando con líderes extranjeros de formas de lograr la liberación de sus rehenes o detener el terrorismo en sus fronteras, imagen de cara a la galería que no solamente distancia a Asad de los grupos terroristas, sino que le protege de las iras de los extranjeros. Ningún estado se atreve a castigarle, porque nadie quiere alienar a este intermediario clave. Asad mantiene de esta forma buenas relaciones con muchos líderes - hasta los de los ciudadanos que sufren sus acometidas.
Asad se apoya en tres clases de organización:
Organizaciones palestinas. Tras ser expulsados del Líbano en 1982, muchas facciones de la OLP se refugian en Siria, donde Asad las incorpora al paraguas del Frente de Salvación Nacional Palestino (PNSF). El Frente de Salvación Nacional Palestino incluye al As-Sa'iqa, al Frente Popular para la Liberación de Palestina (dirigido por George Habash), al Frente Popular para la Liberación de Palestina-Mando General (de Ajmed Jibril), al Frente Popular Democrático para la Liberación de Palestina (de Na'if Hawatma) y a los disidentes del Fataj de Abú Musa. Otros grupos incluidos son la Organización Árabe del 15 de Mayo para la Liberación de Palestina (Naji 'Alush) y el Fataj - Mando Revolucionario (Abú Nidal). Los sirios arrebataron a Abú Nidal a sus patronos iraquíes a finales de 1979 o principios de 1980, momento desde el cual viene siendo uno de los agentes más activos de Asad y llevando a cabo operaciones en casi todos los países de Europa Occidental y muchos de Oriente Medio. Se habría mudado a Libia a principios de 1987.
Organizaciones árabes. El Partido Social Nacionalista Sirio (SSNP), fundado en 1932, apoya con entusiasmo a Asad porque sus objetivos coinciden con sus planes de crear un único estado sirio que abarque el actual territorio de Siria, el Líbano, Israel y Jordania. El respaldo sirio permite al SSNP controlar una porción del territorio libanés hasta el sur de Trípoli. Junto al Partido Ba'z del Líbano y al Partido Comunista libanés, perpetró la práctica totalidad de los 15 atentados suicida contra efectivos israelíes y el sur del Líbano registrados en 1985.
Otros grupos incluyen al (druso) Partido Socialista Progresista, el (chiíta) Amal, los (sunitas) Nasiristas, las Brigadas Revolucionarias Libanesas, la Facción Libanesa Armada Revolucionaria (FARL), el Egipto árabe, el Comité para la Defensa de las Libertades Democráticas en Jordania, el Frente Democrático para la Liberación de Somalia, el Frente de Liberación de Eritrea y el Polisario. Los medios iraquíes han retratado a la Organización de la Yihad Islámica en el Líbano como "una tapadera de los crímenes políticos [de Siria]", y esto es parcialmente cierto como poco.
Organizaciones no árabes. Desde 1980 más o menos, el Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia (ASALA) ha recibido apoyo sirio - bases de entrenamiento, apoyo logístico y un centro de operaciones. Cuando el grupo tuvo que abandonar Beirut en 1982, encontró nuevo emplazamiento en el Líbano bajo control sirio. La Inteligencia francesa está convencida al parecer de que Damasco controla el ASALA bajo supervisión soviética como forma de desestabilizar a Turquía y debilitar a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). El Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) ha servido de instrumento sirio de referencia contra el gobierno turco. El PKK, que durante mucho tiempo fue el único sospechoso probable del asesinato en febrero de 1986 del Primer Ministro sueco Olof Palme, ha sido calificado de "estado dentro de un estado en Europa Occidental". Mehmet Alí Agca, el agresor del Papa, testificó haber recibido formación en Siria como miembro de los Lobos grises turcos.
En las operaciones de Europa Occidental, los agentes sirios han trabajado con la Facción del Ejército Rojo de Alemania Occidental, el Acción Directa francés, las Brigadas Rojas italianas, el vasco ETA y las Células Comunistas Combatientes de Bélgica. Más repartida, también se destina ayuda al Zulfikar paquistaní, al tailandés Organización para la Liberación del Pattani Unificado y los Tigres de Liberación de Tamil Eelam en Sri Lanka. El portavoz del japonés Ejército Rojo reside en Damasco.
Si un terrorista convicto es puesto en libertad, tiene muchas probabilidades de dirigirse a territorio bajo control sirio. Magdelena Kopp, del grupo criminal Baader-Meinhof, salió de una cárcel francesa y fue directa a Damasco vía Atenas. En menos de un mes desde su liberación en mayo de 1985, Kozo Okamoto, del Ejército Rojo japonés aparecía en el Valle de la Biqa'. A su puesta en libertad, Bruno Breguet, vinculado a "Carlos", voló directo Damasco, donde a su llegada se encontró con las autoridades sirias y desapareció rápidamente. En abril de 1986, Frédéric Oriach, del Acción Directa (y se rumorea que "creador" de la Facción Libanesa Armada Revolucionaria FARL) también fue directo a Siria. "Cuando toda esta gente se presenta a la vez", escribe G. Jefferson Price, "el vestíbulo del hotel [Sheraton] que les gusta adquiere los aires de una reunión del hampa".
En total, según Abdalá Öcalan, líder del PKK residente en Damasco, habría alrededor de 73 organizaciones de esta naturaleza que el gobierno sirio apoya.
¿Qué sacan las organizaciones? ¿Por qué realizan el trabajo sucio de Damasco? Porque el estado sirio (como cualquier otro) puede proporcionar enorme ayuda a los grupos que se prestan. Los beneficios incluyen: acceso internacional, fondos, tecnología punta y terroristas suicida.
La inmunidad diplomática permite el transporte de armamento, explosivos, herramientas especiales y dinero a través de fronteras internacionales de forma prácticamente desapercibida. Las embajadas se pluriemplean como casas francas y, en momentos de crisis, hacen las veces de santuarios inviolables. A diferencia de los grupos revolucionarios, los estados disponen de recursos monetarios que destinar al terrorismo prácticamente inagotables. Desde el punto de vista de un estado, es una forma muy asequible de emprender la guerra. Las remuneraciones destinadas a los agentes parecen ser buenas pero no generosas.
Los estados tienen acceso a equipo caro, frágil y limitado que los grupos privados no pueden esperar adquirir. Agentes sirios han sido sorprendidos con sustancias explosivas tan punteras como el Semtex H de fabricación checoslovaca, la pentrita o el tritil. También disponen de armas automáticas ligeras, gases comprimidos y un amplio abanico de mecanismos de control remoto. Se rumorea que existe un taller en Damasco que se especializaría en la fabricación de maletas Samsonite manipuladas (que serían después intercambiadas por las de los pasajeros descuidados). Los estados manipulan los pasaportes de otros países con especial habilidad; de ahí que Georges Ibrahim 'Abdalaj, de la Facción Libanesa Armada Revolucionaria, llevara la friolera de cinco pasaportes (dos marroquíes, un argelino, uno maltés y uno yemení del Sur).
Los países pueden proporcionar a las organizaciones agentes dispuestos a la inmolación. Los terroristas suicida tienen grandes ventajas: tienden a causar el mayor de los daños, y normalmente no sobreviven para ser capturados (y revelar lo que saben). Pero hay menos fanáticos voluntarios para renunciar a sus vidas, y es aquí donde el estado juega un papel. La relación entre la autoridad del estado y el suicida puede no ser evidente, pero puede ser muy directa. Los gobiernos pueden utilizar su poder de coacción para elegir a alguien y ofrecerle una elección: "O tienes una muerte dolorosa, segura y prolongada en la cárcel y tu familia es acosada o asesinada y tu nombre arrojado al barro. O llevas a cabo esta operación, en cuyo caso tienes alguna posibilidad de sobrevivir. Y si mueres, lo hace rápidamente, tu familia será compensada y nosotros te convertiremos en un héroe nacional". Bajo tales circunstancias, el atentado suicida es la elección prudente y racional.
Operaciones
Existen alrededor de 25 campamentos de entrenamiento en conflictos asimétricos en territorio sirio, cinco próximos a Damasco. El campamento de Yarmuk es al parecer el más especializado a la hora de refinar las actividades terroristas. Otras bases, incluyendo la de Abú Nidal en Hammara, funcionan abiertamente en el valle libanés de la Biqa', zona bajo control sirio completo. Los campamentos de entrenamiento están supervisados por el ejército sirio y los parientes reciben en los campamentos palestinos de Damasco. Un antiguo miembro del grupo de Abú Nidal prestó testimonio apuntando que en las maniobras en Irak (que presumiblemente se parecería a lo que hay en Siria), el entrenamiento estándar dura seis meses. Una jornada típica consiste en una carrera de diez kilómetros, cuatro horas de entrenamiento y prácticas con armas como el kalashnikov o el subfusil W.Z. 63, acompañadas de horas lectivas de adoctrinamiento. En la formación avanzada, "aprendemos a matar gente con un amplio abanico de métodos, cómo se entra discretamente en los edificios, se sigue a personas por la calle y luego se escapa".
El gobierno sirio normalmente organiza el paso del Líbano o Siria al enclave de operaciones. Proporciona un falso pasaporte (o dos). En algunos casos, un funcionario del servicio sirio de Inteligencia (mujabarat) acompaña a la gente. La ruta tiende a no ser directa: los agentes que se desplazan a Roma, pongamos, viajarán vía Yugoslavia o Grecia.
Para ganar la máxima flexibilidad, las autoridades sirias confían mucho en "las células durmientes", agentes destacados con vistas a una operación. Las células durmientes normalmente se apuntan a escuelas de idiomas o la universidad, una vía fácil de lograr la regularización en un país extranjero, y luego reúnen información relativa a los objetivos y atraviesan fronteras con libertad. Explotan las enormes poblaciones temporales y las flexibles leyes de asilo político de lugares como Berlín Occidental. La célula montó residencias, una para la vida cotidiana y la otra como casa franca, encontrándose la segunda a menudo cerca de un aeropuerto. Las viviendas a veces se multiplican; la policía contabilizó cinco apartamentos pertenecientes a la Facción Libanesa Armada Revolucionaria en tres países de Europa Occidental. Las cuentas bancarias numeradas en Suiza son de rigeur. Presumiblemente, los tres integrantes del Partido Social Nacionalista Sirio sorprendidos introduciendo explosivos de contrabando desde Canadá en Estados Unidos en octubre de 1987 estaban dotando a a célula durmiente; y lo mismo se aplica a Yu Kikumura, el agente del Ejército Rojo nipón sorprendido transportando tres fuertes explosivos por la autovía New Jersey Turnpike en abril de 1988. Más en general, según Pierre Marion, responsable de la Sección General francesa de Seguridad Exterior durante principios de la década de los 80, "Existen en Occidente, en Europa Occidental y en Francia en particular infraestructuras logísticas permanentes y durmientes" que "se activan para tal o cual operación en concreto".
Los sirios son muy escrupulosos a la hora de asegurarse de no dejar huellas. En algunos casos, movilizan a los agentes el mismo día de una operación o confían en "intermediarios", particulares encargados de una única tarea sin conocimiento de nada más de la operación. También prefieren confiar en miembros de una única familia, imaginando que serán opacas de cara a las fuerzas del orden público. Familias destacadas del servicio sirio son los 'Abdalaj libaneses y el clan jordano de los Hindawi-Hasi. Marion explicaba el método sirio de funcionamiento: "Las armas y los explosivos llegan al país mediante valija diplomática. El terrorista llega al país en tren o avión, manos en los bolsillos [léase sin nada]. Se encuentra con su contacto, que le proporcionará sus objetivos y los medios para lograr la misión".
Hafiz al-Asad se ocupa de su parrilla de agentes terroristas a través de socios próximos. Los campamentos y las operaciones están bajo la supervisión del brigadier general Mohammed al-Juli. En una ocasión, un agente recibió instrucciones de Juli firmadas personalmente. El control se mantiene además obligando a los agentes a llamar a figuras clave en Damasco en momentos críticos, incluso desde países extranjeros.
El gobierno sirio se apoya en escuadrones suicida para llevar a cabo algunas de sus operaciones más delicadas. Asad pronunció un notable discurso en mayo de 1985, informando a una audiencia estudiantil:
Me he convencido de la grandeza del martirio y la importancia del autosacrificio desde mi juventud. Mi intuición y convicciones decían que la pesada carga sobre nuestro pueblo y nuestra nación… sólo podía retirarse y extirparse a través del martirio y el autosacrificio… Tales ataques pueden causar grandes pérdidas humanas al enemigo. Garantizan resultados en términos de asestar un golpe directo, extendiendo el terror entre las filas enemigas, elevando la moral de la gente y concienciando a la ciudadanía de la importancia del espíritu del martirio. A partir de ahí, se producirán sucesivamente oleadas de martirio popular y el enemigo no podrá soportarlas… Espero que mi vida acabe solamente en el martirio… Mi convicción es que el martirio no es ni temporal ni casual. Los años han asentado esta convicción.
Asad casi nunca presume; puede estar seguro de que un anuncio así reviste un punto de vista operativo. De hecho, parece que, a partir de marzo de 1985, Asad y Juli supervisaron el entrenamiento de los escuadrones suicida especialmente seleccionados. Los pilotos seleccionados entre los efectivos regulares recibían formación en el Líbano y la base aérea de Minaj, próxima a la frontera turca. Un buen número de terroristas capturados han dicho haber deseado abandonar pero no haberse atrevido por temor a la recriminación de Damasco.
Algunos detalles de los suicidas de patrocinio sirio afloraron en agosto de 1987 cuando el egipcio 'Alí 'Abd ar-Rajmán Wajaba se entregó al Ejército del Sur del Líbano, fuerza militar de respaldo israelí. Wajaba contó la siguiente historia: acudió al Líbano a principios de los 80 en busca de empleo; bajo tortura reiterada, fue obligado a ingresar en un grupo respaldado por el mujabarat, Egipto Árabe, en 1984. En 1986 realizó unas maniobras de dos semanas en armamento y explosivos en un campamento dirigido por el sargento mayor de la Inteligencia siria en el valle de la Biqa'. En enero de 1987, Wajaba "fue trasladado a los estudios de la televisión siria en Damasco, donde le fue entregado un libreto. Fue grabado diciendo que iba a suicidarse por voluntad propia en un ataque al enemigo sionista". 'Abdalaj Ajmar, segundo al mando de la formación Ba'z siria, supervisó la grabación; más tarde el General Ghazi Kan'an, responsable del mujabarat en el Líbano, le envió personalmente a una misión y dio el visto bueno a su objetivo. Al final, Wajaba no detonó los 11 kilos de TNT ocultos en su americana, sino que se entregó al Ejército del Sur del Líbano.
Tan asequibles como son, los campamentos de entrenamiento, las armas especiales, las células durmientes y los espías sí agotan los castigados recursos del gobierno sirio, así que hace falta financiación extraordinaria. Los sirios practican un amplio abanico de formas de financiación creativa: comercio de armas, tráfico de estupefacientes, robo de vehículos, cobro de extorsiones, robos a entidades bancarias y extorsión de los países exportadores. Algunos estados llegan a utilizar becas estudiantiles para este fin; entre 1976 y 1978, los fondos iraquíes para becas de estudiantes palestinos en Europa pasaban por Abú Nidal, y él utilizó su posición para sacar réditos como la compra de un apartamento, el alquiler de un vehículo, portar equipajes u hospedar a un extraño.
Víctimas
Los precedentes demuestran que si bien el régimen sirio explotará a cualquier local, sus objetivos son casi siempre los mismos - jordanos, libaneses y palestinos por un lado, israelíes, judíos, estadounidenses y británicos por el otro. (Consulte la tabla de la horquilla 1983-86 para tener una referencia estadística). Los jordanos han sufrido mucho más a consecuencia de la agresión siria que nadie. Jordania también ha sido el escenario del mayor número de incidentes registrados, seguida de cerca por Grecia e Italia. Pero ni griegos ni italianos fueron nunca las víctimas buscadas. Por contra, si bien sólo tres episodios se produjeron en Israel, los israelíes y los judíos sufrieron nueve ataques.
Árabes. Muchos de los detractores del régimen sirio son perseguidos en el extranjero. Mohammed 'Umrán, destacado político sirio durante los 60, residía en Trípoli, Líbano, desde 1967; fue asesinado el 4 de marzo de 1972. Las pruebas recogidas en la escena del crimen apuntan la complicidad del gobierno sirio. Salaj ad-Dín al-Bitar, uno de los fundadores del Partido Ba'z (que gobierna Siria y al que pertenece Asad), fundó una publicación en París, el Al-Ihya' al-'Arabi, en la que denunciaba las fechorías del régimen Asad. Bitar pensaba que "la situación en Siria ha llegado al límite: cada día, la dictadura se vuelve más sangrienta y las políticas internacionales de Hafiz al-Asad son un insulto a la causa árabe". En julio de 1980, tras instar a los sirios a derrocar a Asad, Bitar era asesinado en un garaje parisino. Aunque el gobierno galo no presentó cargos formales por este crimen, grupos de la oposición siria señalaron al agregado militar de la embajada siria en París, el coronel Nadim 'Umran, un alahuita.
Cuatro jornadas después de la muerte de Bitar, Asad anunciaba que "todos los que se opongan al régimen serán aniquilados… Les perseguiremos en cualquier parte". Para cumplir esta amenaza, un líder de los Hermanos Musulmanes, 'Isam 'Attar, era atacado por sicarios sirios en marzo de 1981 en su domicilio de Aachen, Alemania Occidental. No se encontraba en la residencia en ese momento y por eso sobrevivió, pero su mujer perdió la vida. Otros disidentes fueron asesinados por escuadrones de intervención en Alemania Occidental, Francia, Yugoslavia y España.
El ala de Arafat en la OLP ha sido atacada en un buen número de ocasiones. O el Abú Nidal o el Frente de Salvación Nacional Palestino asesinaron a un buen número de hombres de Arafat en Europa, incluyendo a Na'im Jadir en Bruselas, Majid Abú Sharar en Roma e 'Isam Sartawi en Lisboa. Un palestino próximo a Arafat que editaba un semanario anti-sirio en Atenas fue alcanzado por tres disparos a unos metros al salir de su edificio de apartamentos en septiembre de 1985. Dos grupos palestinos afincados en Damasco reivindicaron la autoría del asesinato en marzo de 1986 de Zafir al-Masri, el recién estrenado edil de Nablús; en Cisjordania, sin embargo, muchos residentes acusan del crimen a agentes sirios.
Los líderes libaneses que se oponen a los deseos de Asad pasan a ser objetivo de Asad. Kamal Junblatt, jefe druso y líder de izquierdas en el Líbano, fue invitado a censurar sus encendidas críticas a la presencia militar siria en el Líbano mediante el asesinato de su hermana en mayo de 1976; él no cedió, así que también fue asesinado 10 meses más tarde. Temeroso de que Bashir Jumayyil aproximara el ejecutivo libanés demasiado a Israel, Damasco hizo que el Partido Social Nacionalista Sirio le asesinara en septiembre de 1982. En febrero de 1988 la seguridad descubría medio kilo de sofisticado explosivo a bordo del aparato utilizado por el hermano de Bashir, Amín Jumayyil, presidente del Líbano. Inmediatamente después del descubrimiento, agentes de la Inteligencia siria se personaban en el aeropuerto de Beirut, intervenían los explosivos y se negaban a entregarlos.
Los periodistas libaneses también han sufrido la violencia siria. Salim al-Lawzi, editor de la importante revista libanesa Al-Hawadith, había obtenido información vergonzosa acerca del clima interno en Siria; en respuesta, agentes sirios le torturaban y asesinaban en febrero de 1980. Unos meses más tarde, Riyad Taha, presidente de la Patronal de Editores del Líbano, era abatido desde un vehículo.
En ninguna parte, sin embargo, el impacto del terrorismo ha sido tan sustancial como en las relaciones con el gobierno jordano. La relación sirio-jordana entera está dominada por la amenaza de los actos de violencia clandestinos desde Siria. Una ronda de ataques comenzaba a finales de 1983: el embajador jordano en la India era tiroteado el 25 de octubre; al día siguiente, el embajador en Italia salía herido de gravedad; en Grecia, un agente de la seguridad perdió la vida en noviembre; y en España, un empleado de la embajada perdía la vida y otro resultaba herido el 29 de diciembre por fuego de subfusil. El grupo de Abú Nidal - radicado por entonces en el barrio Rukn ad-Din de Damasco - fue implicado en todos estos crímenes.
Los ataques cesaron entonces, sólo para volver a comenzar cuando el monarca al-Husayn y Yasir Arafat accedían el 11 de febrero de 1985 a trabajar juntos, pacto al que se oponían firmemente los gobiernos soviético y sirio. 11 días más tarde, comenzaba una secuencia de actos de terrorismo de cuatro meses. Incluía un explosivo contra el Centro Estadounidense de Investigación de Ammán; una deflagración en un aparato de la aerolínea nacional jordana, Alia; una granada de mano lanzada contra las oficinas de la Alia en Atenas; un proyectil de mortero lanzado contra la embajada jordana en Roma; un mortero contra un aparato de la Alia en Atenas; un aparato comercial de la Alia secuestrado en Beirut y volado por los aires; un ataque con explosivos contra las oficinas de la Alia en Madrid; y el asesinato en Turquía de un diplomático jordano que casualmente resultó ser el cuñado del jefe del alto mando jordano.
Esta campaña tuvo a Ammán en estado de sitio. Para poner fin al asalto, el rey al-Husayn remitió en noviembre de 1985 un sorprendente escrito a su primer ministro. En él, admitía que los Hermanos musulmanes que venían atacando al régimen Asad llevaban tiempo afincados en Jordania - ¡algo de lo que no se había dado cuenta hasta ese momento! "Fui engañado… De pronto la verdad se revelaba y discernimos lo que veníamos ignorando. Tuvimos conocimiento de que algunos de los que habían tenido algo que ver con lo que había tenido lugar en Siria en términos de actos sangrientos se encontraban entre nosotros [en Jordania]". Los campamentos fueron en adelante clausurados, Asad fue apaciguado, se produjo un encuentro sirio-jordano y los jordanos escaparon del terror sirio. Este sentido era confirmado en febrero de 1986, cuando Hussein resolvió su acuerdo con la OLP. El ejemplo jordano sugiere una forma de zafarse de la amenaza siria que tiene el objetivo - la rendición.
No árabes. Por supuesto, el régimen sirio también pone sus miras en los israelíes y los occidentales. El embajador francés en el Líbano, Louis Delamare, perdió la vida el 4 de septiembre de 1981, menos de una semana después de organizar un encuentro entre Yasir Arafat y el titular francés de Exteriores, Claude Cheysson. Aunque el gobierno galo - siempre sensible a las sensibilidades de Asad - no acusó directamente a Damasco de la autoría, sí filtró información a Michel Honorin, un periodista de la cadena de televisión TF1. Con estas pruebas, Honorin demostró de forma concluyente la complicidad siria en un programa de televisión emitido el 21 de abril de 1982. A la mañana siguiente, a las 9:02 de la mañana, explotaban artefactos en las oficinas del Al-Watan al-'Arabi, un semanario de respaldo iraquí radicado en París. (También publicó información vergonzosa relativa a la masacre de Hama de febrero de 1982). Al caer la tarde, el gobierno francés decidía expulsar a los agregados cultural y militar sirios, Michel Kasuha y Alí Hasán (alahuita).
Agentes sirios han atacado reiteradamente a los estadounidenses en el Líbano. El embajador estadounidense, Francis E. Meloy Jr., perdió la vida en junio de 1976 a manos de palestinos que trabajaban para Siria. Un responsable de la Inteligencia siria, el teniente coronel Diyab, se encontró con agentes un día o dos antes para planear la destrucción el 23 de octubre de 1983 del cuartel de los Marines en Beirut. Entre los asistentes se encontraban varios responsables de organizaciones palestinas de dirección siria, incluyendo a Ahmed Halaq y Bilal Hasán, de As-Sa'iqa, y Ahmed Qudura, del grupo de Abú Musa.
Asad se tomó a pecho la obra del erudito galo Michel Seurat (pseudónimo: Gérard Michaud) y lo hizo ejecutar en marzo de 1986. |
Tras enviar crónicas relativas a la inquietud en Siria, el corresponsal de la agencia Reuters Berndt Debusmann fue alcanzado en la espalda por un hombre con un arma con silenciador. El corresponsal de la BBC Tim Llewellyn fue amenazado por agentes sirios y huyó a Beirut antes de ver perjudicada su integridad, al igual que el corresponsal de la CBS Larry Pintak. Ni los académicos se salvan. Uno de los rehenes franceses en el Líbano, Michel Seurat (pseudónimo: Gérard Michaud), había escrito un destacado estudio acerca del mecanismo de decisión en Siria que ponía el acento en el papel de los alauitas y la oposición de los Hermanos Musulmanes. Según la publicación parisina At-Tali'a al-'Arabiya, Asad se ofendió con este análisis y, a instancias suyas, Seurat fue ejecutado en marzo de 1986.
Opiniones árabes del terrorismo sirio
Las democracias occidentales e Israel no son las únicas que responsabilizan del terrorismo a Damasco; los gobiernos árabes también reconocen el papel sirio; a veces llegan a discutir públicamente este asunto.
En el verano de 1985, la policía egipcia descubría un coche-bomba en los exteriores de la embajada estadounidense de El Cairo. El Primer Ministro Kamal Hasán 'Alí culpó a los palestinos que trabajaban para Siria, y añadía que el incidente se producía "con el conocimiento de los servicios de seguridad de Damasco". Un año más tarde, el ministro del Interior acusaba a los sirios de planear "un buen número" de sabotajes en Egipto.
Kuwait sufrió una oleada de atentados porque el gobierno se negó a poner en libertad al libanés que había volado por los aires la embajada estadounidense. Una investigación abierta en septiembre de 1985 concluía que Siria era "directamente responsable" de la violencia en Kuwait. Los medios jordanos llegaron a una conclusión parecida: "El régimen fascista sectario de Siria no está satisfecho con la masacre nacional de ciudadanos sirios… sino que está creando grupos terroristas armados cuyos objetivos son… perpetrar sus actos terroristas fuera de Siria y por todo el terreno árabe". Acusaron a Asad de montar "infraestructuras especiales para el terrorismo, el asesinato selectivo y la delincuencia". Amin al-Jumayyil, presidente del Líbano, afirmó en 1988 que los iraníes no se habrían atrevido a hacer rehenes en el Líbano sin el visto bueno sirio.
Hasta los líderes que a título personal patrocinan el terrorismo se pronuncian en contra del régimen Asad. Saddam Husayn, hombre fuerte iraquí, anunciaba de forma cruda que los gobiernos sirio y libio "alientan el terrorismo contra los árabes". Yasir Arafat acusaba explícitamente a la policía siria de asesinar a Louis Delamare. El tiroteo en Ammán de un antiguo alcalde de Hebrón y actual integrante del Comité Ejecutivo de la OLP, Fahd al-Qawasima, suscitó amargos comentarios de Arafat que, dirigiéndose al finado en su sepelio, decía: "Los sionistas de los territorios ocupados trataron de matarte, y cuando fracasaron, te deportaron. Sin embargo, los árabes sionistas representados por los dictadores de Damasco pensaban que esto era insuficiente, así que caíste como mártir". Salaj Jalaf, de la OLP, dijo públicamente que Damasco estaba "detrás de los recientes mensajes" amenazando al gobierno francés a menos que pusiera en libertad a terroristas condenados.
Tras el atentado del Al-Watan al-'Arabi, el editor de la publicación, Nabil al-Maghribi, declaraba: "Es obra de los servicios sirios [de Inteligencia], y no es la primera vez que cometen un acto atroz contra la publicación. En diciembre [de 1981], desactivamos un explosivo en la puerta; la investigación conducía al agregado cultural de la embajada siria, Michel Kasuha". Este episodio invitó a un líder de la OLP a observar, correctamente, que Damasco había pasado "del terrorismo local al terrorismo internacional".
Por último, la ciudadanía de la propia Siria acusa de terrorismo a su gobierno. De ahí que un libro de los Hermanos Musulmanes se titule Los musulmanes de Siria y el terrorismo Nusayri, mientras los sunitas se refieren a su gobierno como "el estado terrorista alahuita".
Confrontando a Damasco
Terrorismo de estado. El terror de estado se convirtió en un factor significativo unos años después de llegar al poder Asad en noviembre de 1970, y el uso medido de esta herramienta ha sido instrumento clave del estado desde entonces. Más que ningún otro gobierno, el régimen sirio confía en la guerra encubierta, más aún que los otros tres patrocinadores del terrorismo importantes de Oriente Próximo: la OLP, Libia e Irán. Si bien los dos primeros acaparan la atención, en la práctica tienen antecedentes de ineficacia. A pesar de las casi dos décadas de terrorismo intensivo: ni Libia ni la OLP han logrado algunos de sus objetivos. Irán y Siria han practicado durante horquillas más cortas, pero han tenido un impacto mucho mayor, dado que sus gobernantes se valen del terror no como forma de matar indiscriminadamente sino como medio de alcanzar un fin concreto. No se jactan ni participan de números mediáticos, y respetan escrupulosamente los tiempos. Asad en concreto actúa con hermetismo y presta enorme atención a su reputación pública, no queriendo ser considerado patrocinador del terrorismo. Su huella es el uso del terror estrechamente calculado, discreto y prudente con vistas al futuro. Lo que hace este logro especialmente imponente es haber hecho todo esto sin atraer el oprobio adjunto a la OLP, Libia o Irán. Existe una proporción inversa entre fundamentalismo y eficacia. Gadafi es el más radical y el que tiene menos éxito, y Asad es el menos extremismo y más exitoso.
El terrorismo de estado es la forma dominante de terrorismo hoy. El Departamento de Estado de los Estados Unidos recoge que "casi la mitad de las bajas terroristas sufridas en 1983 estaban vinculadas en un sentido amplio a la implicación estatal en el terrorismo". Según una crónica, el Quai d'Orsay llegó a la conclusión de que todo caso de terrorismo en Europa Occidental vinculado a Oriente Próximo ha sido "sustentado" por Damasco, Trípoli o Teherán.
La implicación de Siria y los demás estados significa que el viejo argumento acerca de la injusticia y la frustración política como fuente de la violencia es hoy totalmente insostenible. "En otras palabras", observa Thomas L. Friedman, "las raíces de una porción significativa del terrorismo de hoy no parecen estar en ningún agravio concreto que pueda paliarse, sino en las intrigas, las luchas de poder, las envidias y las maquinaciones que forman parte de la red de las relaciones internacionales".
Más concretamente, el fenómeno no desaparecerá con una resolución del conflicto árabe-israelí, dado que gran parte del terrorismo de respaldo sirio no guarda relación con este conflicto. De hecho, los actos de terrorismo vinculados con Israel no han sido concebidos para impulsar una resolución pacífica sino para obstaculizar una eventualidad de esa naturaleza. En cuanto el proceso de paz árabe-israelí hace progresos, Damasco entra en acción. Asad no protesta la falta de progresos en las negociaciones con Israel, sino que aspira a bloquear las negociaciones desde el principio. El proceso de paz desafía por fuerza los deseos sirios. "Tristemente", destaca Barry Rubin, "cuanto más presiona Estados Unidos en favor de la paz, más actos de terrorismo se registran".
Obstáculos a una política. Es difícil ver algún papel para las Naciones Unidas o las demás organizaciones internacionales a la hora de plantar cara al problema del terrorismo de patrocinio sirio. Para empezar, los problemas con las definiciones constituyen un importante obstáculo a los acuerdos internacionales o las demás intervenciones inteligentes. Ciertos países se ocultan tras el conflicto en torno a la existencia de un fenómeno llamado terrorismo ("término sin significado y sin definición"). Otros se refugian en la afirmación deliberada de que el terrorista de unos es el luchador de la libertad de otros. Estas mismas consideraciones también explican la razón de que las organizaciones internacionales no tengan muchas probabilidades de éxito a la hora de emprender medidas legales contra el terror de patrocinio estatal. Además, las coaliciones electorales penetradas por el gobierno sirio en la Asamblea General y muchas otras instancias le brindan apoyo masivo. Puede contar con el apoyo prácticamente automático de todos los estados satélite soviéticos y casi todos los estados árabes y musulmanes. El gobierno sirio también se vale de la intimidación para salirse con la suya. La disposición misma al uso del instrumento terrorista contra los enemigos manifiesta su disposición a castigar a los que se saltan los deseos de Damasco; y muchos de los que votan en las Naciones Unidas tienen problemas suficientes sin añadir el peligro de la belicosidad siria.
Tampoco hay motivos para esperar que Occidente lleve a cabo acciones eficaces contra el régimen Asad. Por el contrario, la última década demuestra que los gobiernos de Europa Occidental y Norteamérica son reacios a plantar cara a Asad. Varios factores explican esta anomalía.
En primer lugar, no entendiendo la profundidad de las relaciones sirio-soviéticas, siguen aguardando a seducir a Asad en el bando occidental. Elias Sarkis, presidente del Líbano en 1970-76, recogía de forma sucinta el problema: "¡Es una verdadera intriga! Las relaciones sirio-norteamericanas para mí no tienen sentido. ¡Siria actúa aquí como si creyera mantener un conflicto real con Estados Unidos, mientras el segundo actúa como si compartiera intereses con Siria!" Algunos estadounidenses parecen convencidos de que Asad aspira a mantener buenas relaciones con Estados Unidos, pero se lo impiden las acciones norteamericanas. "A los sirios les gustaría abandonar su matrimonio con los soviéticos". Los diplomáticos occidentales se regodean en la esperanza de poder convencerle de renunciar a su relación con el Kremlin (como hizo Anwar as-Sadat), sólo con alcanzar el acuerdo idóneo y tener al portavoz correcto que le pueda convencer de dar este paso. Ellos siguen yendo y viniendo de Damasco en un esfuerzo por convencer a Asad de cambiar sus formas, sin comprender nunca que su cálculo es diferente al de ellos, y que la vía que lleva dos décadas siguiendo le ha acarreado beneficios tangibles.
Al mismo tiempo, Asad se beneficia de ser percibido como aliado próximo a la URSS y en la misma medida ser persuadido de alejarse de los soviéticos. Los que contravienen a Asad saben que siempre puede contar con que su gran potencia patrón le apoye.
En segundo, a diferencia del terror auspiciado por Libia o la OLP, el de Siria tiende a no dirigirse contra nacionales occidentales. En lugar de atacar aleatoriamente a estadounidenses o europeos, Asad persigue el objetivo más integral de sabotear la política norteamericana en Oriente Próximo. Esto le convierte más en una amenaza pero emocionalmente menos en objetivo.
En tercero, el gobierno sirio es duro, peligroso y fuerte. La factura de vérselas con Asad será probablemente terrorismo o rehenes secuestrados en Beirut. Y nadie quiere repetir la infructuosa confrontación norteamericana con efectivos sirios a finales de 1983. Hasta los israelíes se lo piensan dos veces antes de enfrentarse a Damasco.
En cuarto lugar, gritos de indignación anegan Damasco en cuanto los gobiernos extranjeros (incluyendo el italiano, el británico, el estadounidense y el de Alemania Occidental) señalan a Damasco como importante patrocinador del terrorismo. Con una única voz, Presidente Hafiz al-Asad y ayudantes replican que ellos son las víctimas, no los autores materiales del terror. Hasta afirman no tener más responsabilidad en el terror que las autoridades italianas por las Brigadas Rojas. En apoyo a esto, el hermano del presidente restaba importancia al terrorismo por ser "cobarde, repulsivo y ofensivo". El Vicepresidente Abd al-Halim Jaddam declaraba que "Siria es el país más castigado por actos de terrorismo". El Ministro de Defensa Mustafá Talas llamaba a Siria "la primera víctima del terrorismo". El ministro de información declaraba que "No mantenemos relaciones con grupos como el Abú Nidal". La radio siria reiteraba: "Siria se encuentra entre los países que han condenado, denunciado y opuesto al terrorismo".
En quinto lugar, los sirios han tenido un éxito singular a la hora de llevarse el mérito de descubrir y devolver los rehenes que sus propias ramas y aliados capturan en principio. Gérard Michaud explica cómo se hace: "La víctima desaparece sin que los autores del secuestro reivindiquen la autoría de su acto ni se identifiquen; luego la víctima reaparece en el momento idóneo - como el conejo blanco que sale de la chistera del servicio sirio de información". Las autoridades occidentales viajan a menudo a Damasco para pedir la ayuda de Asad en la lucha contra el terrorismo. En uno de los casos, las autoridades españolas pasaron a los sirios copias de pasaportes sirios "adulterados pero genuinos" pertenecientes ¡a los dos culpables de un atentado en el aeropuerto de Madrid! Otro ejemplo: David Dodge, antiguo presidente en funciones de la Universidad Americana de Beirut, fue secuestrado en el Líbano pero pasó parte de su cautiverio en Irán. Para pasar de un estado al otro tuvo que ser trasladado a través de Siria - cosa que sólo puede hacerse con el permiso de Damasco. A su liberación por las autoridades sirias, la Casa Blanca manifestaba "su gratitud" a Hafiz al-Asad y su hermano Rif'at por sus "humanitarios" esfuerzos. Casi idénticos tributos eran repetidos a principios de 1990, cuando Robert Pohill y Frank Reed recuperaban su libertad a través de Damasco.
Este enfoque cobró particular relevancia en 1987, cuando Damasco hizo extraordinarios esfuerzos por mejorar sus relaciones con los países de Europa Occidental. La secuencia de los acontecimientos se desarrolló así en enero: dos alemanes fueron secuestrados en Beirut, Bonn despachó a un enviado especial a Damasco para discutir su situación, el gobierno alemán decidió restaurar las relaciones diplomáticas formales con Siria, y poco después el gobierno sirio anunciaba que sus presiones habían tenido éxito a la hora de lograr la liberación de los alemanes. Varios meses más tarde, una secuencia casi idéntica de acontecimientos desembocó en la liberación de unos rehenes franceses. La vuelta del embajador norteamericano se vinculó a los esfuerzos sirios por lograr la liberación de un estadounidense secuestrado, Charles Glass. El Ministro de Defensa Mustafá Talas ofreció en persona un acuerdo similar a Londres (Terry Waite a cambio de relaciones diplomáticas), pero el gobierno Thatcher rechazó la oferta.
Por último, los esfuerzos por "tocar todas las cuerdas" han funcionado, dado que si bien todo hijo de vecino sabe que los sirios están metidos profundamente en el terrorismo, con contadas excepciones, los países tratan de evitar el hecho claro de la complicidad del gobierno sirio. Las sospechas proliferan, pero una y otra vez los gobiernos se abstienen culpar a Damasco directamente. De esta manera, en pleno apogeo de las actividades sirias en mayo de 1986, el portavoz de la Casa Blanca consideraba "prematuro" evaluar la complicidad siria en el terrorismo, diciendo que las pruebas no eran "concluyentes". Aun cuando el ministro italiano del Interior reconocía disponer de pruebas documentales "que demuestran que Siria no es inocente", un magistrado italiano ignoraba las pruebas circunstanciales incriminatorias del papel oficial sirio en la masacre del aeropuerto de Roma de diciembre de 1985; su rechazo a extender una orden judicial se justificó por la falta de pruebas. A puerta cerrada, las autoridades francesas consideraban la autoría siria en 1986 "prácticamente una certeza", pero no lo dijeron así en público.
Por todas estas razones, los sirios han logrado salir airosos repetidamente de las consecuencias íntegras de sus acciones.
La primera prioridad al desarrollar una política es entender la naturaleza del régimen sirio, su comportamiento en el terreno nacional e internacional, y su papel clave en tantos problemas de Oriente Próximo. Las verdaderas dimensiones del problema han de establecerse antes de dedicarse esfuerzos a concebir una política hacia el régimen sirio. La relación sirio-soviética no es un matrimonio de conveniencia, el estado sirio es un formidable rival de los intereses norteamericanos y occidentales; Asad no acepta la existencia de Israel y no desea la resolución del conflicto árabe-israelí; y amenaza a varios gobiernos con buenas relaciones con Estados Unidos. En contra de los supuestos estadounidenses, el gobierno sirio no se beneficiaría de la paz.
Sólo cuando estas ideas elementales hayan sido aceptadas y convertidas en pilares de la política occidental hacia Siria, será útil formular los detalles concretos de la respuesta.
Formulación de una política norteamericana
En aras del argumento, supongamos que se aceptan estos puntos. ¿Entonces qué hacemos? Formular políticas hacia el terrorismo de respaldo sirio empieza por tener presente que es un instrumento del estado y una forma de hostilidad. En consecuencia, los esfuerzos por paliar su impacto tienen que ir más allá de las medidas policiales e incorporar medidas políticas y militares. Para ser realmente eficaces, los esfuerzos estadounidenses tienen que considerar al régimen en conjunto, no sólo su tendencia a recurrir al enfrentamiento clandestino. En consecuencia, la formulación de la política norteamericana hacia el terror de respaldo sirio es casi idéntica a la política hacia Siria.
Es inútil que Estados Unidos espere que las presiones modestas o los pequeños estímulos puedan paliar el terrorismo sirio, y no digamos convencer de que utilizar este instrumento revierte en contra de sus intereses. Tratar de intimidar a Asad molestándole con el ruido de unos cuantos cazas (como sucedió a finales de 1983) fue un error de interpretación comparable a ganarse su favor con una circular del Departamento de Estado diciendo que Damasco es "un actor de provecho" en el Líbano (como pasó en julio de 1984). Influenciar la política siria exige más bien de mano firme y disposición a soportar reveses.
El gobierno estadounidense dispone de un abanico de opciones. La lista a continuación va de las medidas menos ambiciosas a la más ambiciosa:
Esperar a que Hafiz al-Asad desaparezca. En ausencia de algo más resuelto, la política estadounidense puede quedar en suspenso simplemente hasta que Asad fallezca. No debería de tardar mucho, dado que Asad, que nació en 1930, es un hombre achacoso. En noviembre de 1983 sufrió un ataque cardíaco y estuvo a punto de morir. También es diabético. Las señales externas de su mala salud son evidentes hasta para el ojo profano: cabello que canea rápidamente, piel amarillenta y un gesto desencajado a perpetuidad. La salud de Asad reviste enorme relevancia para el futuro de Siria, dado que es táctico brillante que hace equilibrios con el estado en conjunto. Cuando Asad fallezca, es casi seguro que se producirá una encarnizada batalla por la sucesión. El improbable poder que durante dos décadas ha amasado Asad se disipará casi seguro en el curso de esta lucha.
Cambiar el tono de las relaciones sirio-norteamericanas. Condenar las prácticas sirias en las instancias de derechos humanos; señalar a Damasco como importante fuente de problemas en Oriente Próximo; dar publicidad a las acusaciones de terrorismo de patrocinio sirio. Esto significa acabar con declaraciones tales como las del ex asistente del Secretario de Estado Richard Murphy diciendo que "Siria tiene mucho que ganar de, y tiene un importante papel que interpretar a la hora de, lograr una paz duradera en la región". También significa reducir el tamaño de las misiones diplomáticas sirias en Washington y las Naciones Unidas.
No debería ser tan difícil llamar a las cosas por su nombre; y existen precedentes de esto. Cuando era vicepresidente, George Bush anunció que el gobierno estadounidense "está convencido de que su rastro [de Siria] está presente en actos internacionales de terrorismo". Hasta el Departamento de Estado hizo fuertes declaraciones, afirmando que los hallazgos en Londres y Berlín Occidental indicaban "un patrón de implicación directa por parte de altos funcionarios del gobierno sirio".
Presionar a terceros para alterar sus relaciones con Damasco. (1) Los aliados deben reducir el tamaño y el número de misiones diplomáticas sirias en el extranjero. Privado de diplomáticos y delegaciones diplomáticas, Damasco pierde su principal canal de armamento, fondos e Inteligencia en ubicaciones extranjeras. (2) El Kremlin debería limitar el flujo de armamento a su cliente adamascado y contener la belicosidad de Asad. (Dado que las relaciones soviéticas con Siria representan una de las pruebas clave de las políticas de Mijail Gorbachov, esto reviste una importancia que trasciende Siria). (3) Los países árabes deben poner el acento en sacar del Líbano a los efectivos sirios regulares. Esas fuerzas controlan hoy los dos tercios del país y su presencia en el Líbano satisface para Asad tres objetivos principales: demuestran que ha logrado algo de cara al sueño de la Gran Siria; ofrecen una anarquía controlada en la que las bases y el entrenamiento del terror existen sin que el gobierno sirio tenga que asumir responsabilidades; y es la fuente de los estupefacientes que proporcionan a su gobierno miles de millones de dólares. Los países árabes han manifestado su impaciencia por poner fin a la ocupación siria, el respaldo discreto al gobierno estadounidense puede ayudar a esta causa.
Imponer sanciones económicas. Durante los últimos años han emergido en Siria un buen número de problemas acuciantes. El clima económico del país se deteriora a medida que los ingresos del crudo descienden, el gasto militar se eleva y el país viene sufriendo la ineficacia de corte soviético. El abastecimiento eléctrico se suspende durante horas de forma rutinaria en las ciudades. De vez en cuando, las reservas de divisas del exterior se reducen hasta las 20 jornadas. Hasta los agentes sirios en los Altos del Golán han visto reducidos sus salarios de un tercio a la mitad de sus antiguos niveles. Para abordar estos problemas, Asad ha instado a menudo a realizar sacrificios económicos:
Sufrimos problemas económicos. Todos los notamos… tenemos que pasar de la fase de desequilibrio económico a la fase de equilibrio, y de la fase de consumo desmesurado e importación excesiva para satisfacer nuestras necesidades a la fase de consumo racional: la independencia exige elevar la producción y reducir el consumo… El consumo reducido puede desagradarnos a muchos.
A fin de cuentas, sin embargo, Asad tiene miedo de exigir demasiado a la población siria; los tipos impositivos siguen siendo notablemente bajos y la principal carga de los alrededor de 4.000 millones de dólares destinados al ejército durante la última década es acarreada por aliados extranjeros, la Unión Soviética y los exportadores árabes de crudo principalmente.
La tesitura de Asad ofrece verdaderas oportunidades para presionar al régimen sirio con vistas a cambiar su comportamiento. Patrick Clawson llega a la conclusión en su rompedor estudio de la economía siria de que "en contra de la opinión generalizada, Siria es vulnerable a la presión exterior… La vulnerabilidad es económica, porque la economía de Siria es extraordinariamente dependiente de la Unión Soviética y los países árabes ricos en crudo". Esos estados pueden ejercer una presión significativa sobre la política siria; aplacar a Siria puede convertirse en la prueba de la sinceridad de Mijail Gorbachov, así como de las amistades kuwaití y saudí.
Emprender la intervención militar. La incursión norteamericana en Libia llevada a cabo en abril de 1986 es un ejemplo relevante de represalia militar a un incidente terrorista. Hay que destacarlo por esta razón, y por la profunda ironía que representa. El gobierno estadounidense tuvo que recurrir a la intervención militar porque sus aliados no adoptaban las medidas diplomáticas, comerciales y políticas que habrían aislado a Muamar al-Gadafi y exprimido su régimen. El propio bombardeo parecía ser una medida muy impopular en Europa y Japón. Pero su efecto sobre los aliados occidentales fue muy saludable. "La intervención militar norteamericana jugó un papel capital a la hora de atraer a los aliados a la adopción de posturas notablemente próximas a las de Naciones Unidas". Una muestra de este cambio llegaba un mes más tarde, en la cumbre económica de Tokio, cuando Estados Unidos y seis aliados relevantes anunciaron su "condena al terrorismo en todas sus formas" y prometieron combatir el terrorismo a través de "medidas decididas, tenaces, discretas y pacientes combinando medidas nacionales con la cooperación internacional".
Las implicaciones parecen ser que la confusión entre los aliados conduce a la intervención militar norteamericana; que lleva a adoptar una postura coordinada entre los gobiernos occidentales. Aplicar esto a Siria sugiere que, por arriesgada que sea, la intervención militar podría acercar una vez más a los aliados.
Tabla: víctimas deliberadas y ubicaciones del terror sirio, 1983-86
La siguiente estadística relativa a 49 casos de terrorismo se desprende del informe del gobierno estadounidense "Apoyo sirio al terrorismo internacional: 1983-86". Siendo un documento oficial, este estudio peca de conservador. Por ejemplo, no adjudica al patrocinio sirio ninguna de las actividades del PKK.
Identidad de las víctimas deliberadas | |
18 | jordanos |
9 | israelíes y judíos |
8 | estadounidenses |
7 | OLP de Arafat |
6 | británicos |
1 | kuwaitíes |
Resumen | |
26 | árabes |
23 | israelíes y occidentales |
Ubicaciones | |
11 | Jordania |
8 | Grecia |
7 | Italia |
4 | Turquía |
0 | Chipre |
3 | España |
0 | Israel |
1 | Alemania Occidental |
0 | Reino Unido |
0 | Austria |
0 | Holanda |
0 | Portugal |
0 | Rumanía |
0 | Kuwait |
0 | Emiratos Árabes Unidos |
0 | la India |
Resumen | |
23 | Europa Occidental |
13 | Oriente Próximo árabe |
11 | Oriente Próximo no árabe |
1 | Europa Oriental |
1 | la India |
13 de octubre de 2004: Para consultar la información relativa a este caso, visite "Nezar Hindawi sigue en prisión".