Su Alteza Real el Príncipe Turkí al-Faisal es un destacado influyente saudí.
El príncipe saudí Turkí al-Faisal amenaza al gobierno de los Estados Unidos. |
Estas credenciales ayudaron a inflar el peso de la notoria tribuna firmada por Turkí el 23 de enero en el londinense Financial Times, "La paciencia de Arabia Saudí se agota". Él abre trayendo a colación sus propios esfuerzos durante décadas por promover la paz árabe-israelí y en especial el Plan Abdalá del año 2002. "Pero después de que Israel iniciara su sangriento ataque a Gaza", escribe, "este atisbo de optimismo y cooperación parece hoy un recuerdo lejano". Entonces vierte una amenaza: "A menos que la nueva administración norteamericana adopte medidas graves para impedir cualquier sufrimiento o masacre adicional de palestinos, el proceso de paz, la relación americano-saudí y la estabilidad de la región corren peligro".
Prosigue para atacar deliberadamente a George W. Bush de una forma que no es precisamente usual en un ex embajador saudí: "La administración Bush no solamente deja una herencia enfermiza en la región, sino que a través de una postura arrogante a tenor de la carnicería de Gaza, también contribuye a la masacre de inocentes". A continuación vuelve a verter la amenaza, vuelta a formular de forma más directa: "Si los Estados Unidos quieren seguir interpretando un papel de referencia en Oriente Próximo y conservar intactas sus alianzas estratégicas - su 'relación especial' con Arabia Saudí en concreto - habrán de revisar de forma drástica sus políticas hacia Israel y Palestina".
Turkí continúa ordenando en detalle lo que tiene que hacer la nueva administración:
condenar las atrocidades de Israel contra los palestinos y apoyar una resolución de la ONU a esos efectos; condenar las acciones israelíes que condujeron a este conflicto, desde la construcción de asentamientos en Cisjordania al bloqueo de Gaza y los asesinatos selectivos y las detenciones arbitrarias de palestinos; anunciar las intenciones de América de trabajar por un Oriente Medio libre de armas de destrucción masiva, con un paraguas de seguridad destinado a los países que se sumen a la iniciativa y sanciones a los que no; llamamiento a una retirada inmediata de los efectivos israelíes de las Granjas de Shab'aj en el Líbano; alentar las negociaciones sirio-israelíes de paz; y apoyar una resolución de la ONU que garantice la integridad territorial de Irak. Don Obama habrá de promover con firmeza la iniciativa Abdalá de paz.
Por último Turkí destaca que el iraní Mahmoud Ajmadineyad ha instado a Arabia Saudí a "encabezar una yihad contra Israel [que], de producirse, creará un caos y un baño de sangre sin precedentes". Destaca de forma tranquilizadora que "Por el momento, el reino se ha opuesto a estos llamamientos", pero después reitera su amenaza por tercera vez: "a diario esta contención se vuelve más difícil de mantener… Con el tiempo, el reino no podrá impedir que su ciudadanía se una a la rebelión mundial contra Israel".
Comentarios: ¿Qué tiene de extraordinaria esta amenaza? Casi nada.
(1) Como destaca el artículo del Financial Times acerca de la tribuna de Turkí: "La tribuna del príncipe saca a colación los escritos que el rey Abdalaj, siendo príncipe heredero, remitió en 2001 a George W. Bush, advirtiendo que el reino examinaría sus relaciones con Estados Unidos a menos que la administración ejerciera una presión firme por la paz en Oriente Próximo. Las cartas sonaron las alarmas en Washington pero enseguida se vieron desplazadas por los atentados del 11 de Septiembre, que involucraban a un grupo de saudíes. Sólo después de que Riad iniciara su propia campaña contra el terrorismo dos años después y empezara a abordar los orígenes del radicalismo, las relaciones con Estados Unidos volvieron a mejorar". En otras palabras, tales amenazas se han vertido con anterioridad, sin ningún efecto.
(2) A pesar de todos sus años en la cúspide de la institución saudí, Turkí abandonó su último cargo de forma ignominiosa en 2006. He aquí un relato contemporáneo de su marcha, sacado del Washington Post:
El Príncipe Turkí al-Faisal, embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos, abandonó Washington ayer tras informar a la Secretario de Estado Condolizza Rice y a su gabinete de que abandonaba el puesto tras sólo 15 meses en el cargo, según funcionarios estadounidenses y enviados extranjeros… Turkí, veterano ex responsable de la Inteligencia, informó a su gabinete la tarde de ayer que deseaba pasar más tiempo con su familia, según diplomáticos árabes. Sus colegas dicen estar atónitos ante la decisión. La marcha [tuvo lugar] sin la pompa, los fastos o los homenajes que normalmente acompañan a la salida de un representante importante, y mucho menos con un anuncio público.
(3) Turkí tiene antecedentes de radicalismo islamista y episodios intermitentes de desorden con el conflicto árabe-israelí. Durante una intervención a principios de este mes en un foro de relaciones entre la región del Golfo Pérsico y los Estados Unidos, se dirigió a Obama:
La administración Bush le lega una desagradable herencia y una postura sin escrúpulos hacia las masacres y el baño de sangre de inocentes en Gaza. Ya basta, hoy todos somos palestinos y aspiramos al martirio por Dios y por Palestina, siguiendo a los que murieron en Gaza.
¿Que "aspiramos al martirio"? Suena al régimen iraní revolucionario, no a la sobria monarquía saudí.
(4) Las amenazas de Turkí podrían decantar de forma concebible a la administración Obama, pero las declaraciones del nuevo presidente a tenor de las recientes hostilidades de Gaza sugieren que se dispone a seguir una dirección claramente diferente, habiendo dejado claros los tres indicadores que Hamás tendrá que satisfacer antes de poder ser aceptado como homólogo diplomático ("reconocer el derecho de Israel a existir; renunciar a la violencia; y cumplir acuerdos anteriores"). En palabras de un análisis del Washington Post, hasta la fecha "Obama parece haber seguido estrictamente la línea mantenida por la administración Bush".
27 de enero de 2009: Para consultar más acerca de, y firmado por, este príncipe, visite la entrada de mi weblog "Turkí al-Faisal, destacado príncipe saudí, se manifiesta".