Desde que se implicara en la campaña presidencial de Jesse Jackson en noviembre de 1983, Louis Farraján es retratado de forma universal como musulmán, y sus opiniones se adscriben a la religión islámica. Por ejemplo, al hacer una descripción del registro electoral de Farraján para votar por primera vez, un artículo del Washington Post estaca que su acción "constituye una importante ruptura con los sermones musulmanes que dicen que los negros no participen en un proceso político controlado por lo que ellos llaman los opresores blancos".
Pero es erróneo. Louis Farraján no es musulmán; el islam no dice nada de los negros que participan en los comicios estadounidenses. Farraján suscribe más bien una religión negra norteamericana fundada en Detroit hace 50 años. Su confesión no es reconocida como islámica por los musulmanes de verdad, y sus enseñanzas no guardan casi ningún parecido con las del islam. Farraján es tan musulmán como Shriner árabe.
Farraján encabeza un colectivo conocido formalmente como "Nation of Islam" y llamado con frecuencia los Musulmanes Negros. Los orígenes de esta religión se remontan a 1931, cuando el vendedor ambulante de sedas Wallace D. Fard, oriundo probablemente del Líbano, transmitió los principios rudimentarios del islam a Elías Poole, un peón negro de 34 años de edad. Poole se cambié más tarde el nombre por el de Elías Mohammed y a la desaparición de Fard en 1934, pasó a ser el líder de un grupo cuyas enseñanzas venían a basarse en los fundamentos de Fard. Muchos miles de estadounidenses negros se unieron a esta confesión mágica a lo largo de las décadas posteriores.
Aun llamándose Nation of Islam, la religión de Elías Mohammed no tenía casi nada en común con el islam. Se trataba más bien de una original ensalada de temáticas cristianas y animistas formuladas por una imaginación desbocada.
El islam hace hincapié en la trascendencia absoluta y la unidad de Dios. Elías Mohammed decía que la Nación Negra es Dios en conjunto, y que una persona, el Ministro Negro más poderoso de la época, es el Ser Supremo. El islam estipula que el profeta del siglo VII Mahoma fue el último profeta enviado a la humanidad; Elías Mohammed se declaró profeta por su cuenta. El islam condena el racismo; Elías Mohammed considera a los negros espiritual y moralmente superiores a los blancos, y estaba convencido de que si los negros se convertían a su religión, con el tiempo destruirían a los blancos, que son demonios. Por tanto, mientras el islam insta a todo tipo de personas a aceptar el mensaje coránico, Elías Mohammed sólo permitía ingresar en su religión a los negros. El islam impone una gran cantidad de ordenanzas a sus seguidores; Elías Mohammed prescinde prácticamente de ellas o las manipula más allá del parentesco.
Las principales actividades políticas de Elías Mohammed no tenían nada que ver con el islam; tampoco su renuncia a la participación electoral estadounidense, ni su llamamiento a crear un estado independiente para los negros, ni su hincapié en la autosuficiencia económica de los negros, ni su invención de una fuerza paramilitar negra, el Fruto del Islam.
Si Elías Mohammed hubiera llamado de otra forma a su religión - pongamos, el Poolismo - nadie podría confundirla con el islam. A continuación se habría desarrollado por sus derroteros hasta convertirse en una confesión característica. Pero la llamó Nation of Islam, y este simple hecho de nomenclatura impactó profundamente en su evolución posterior. Porque a medida que los fieles de Elías Mohammed se familiarizaban con el islam en África y Oriente Próximo durante la década de los 60, y a medida que los musulmanes de Oriente Próximo se interesaban en ellos, empezaban a darse cuenta de lo mucho que las doctrinas de Elías Mohammed se apartaban del islam. El nombre de la religión estadounidense ejerció presión para armonizar sus prácticas con el Islam.
Dos encuentros con Oriente Próximo cobraron importancia particular. Cuando Malcolm X, uno de los principales subalternos de Elías Mohammed, viajó a Oriente Próximo, reparó en la disparidad entre su confesión y su presunta progenitora. A su vuelta a Estados Unidos, exigió que Elías Mohammed adoptara las prácticas islámicas. Estos esfuerzos fracasaron, y Malcolm X abandonó la parroquia para hacerse musulmán, llevándose a unos cuantos fieles de Elías Mohammed.
En segundo lugar y todavía más capital, Elías Mohammed envió a algunos de sus hijos a formarse a El Cairo, donde estudiaban árabe e islam. Aunque los hijos conocían el islam, se guardaron sus opiniones hasta la muerte de Elías Mohammed en febrero de 1975. Uno de ellos, Wallace Mohamed, sucedió a su padre. A los pocos meses abandonó los viejos fundamentos y adoptó los del islam: un dios trascendente, nada de profetas después de Mahoma, nada de racismo, la religión abierta a todos y cumplimiento del régimen islámico. La secta encabezada por Wallace Mohammed hoy se llama la Misión Musulmana Americana.
Como parte de esta transformación, Wallace cambió el papel de su padre por el de un "reformista social" (no profeta) que alteraba deliberadamente la interpretación del Corán para encajarlo en las necesidades de los estadounidenses negros. Wallace también rebajó las actividades políticas de su padre, sobre todo la exigencia de un estado independiente, y desarticuló el brazo paramilitar. Llegó a celebrar el 4 de Julio.
La mayor parte de los fieles de Elías Mohammed aceptaron la autoridad de Wallace Mohammed y se hicieron musulmanes con él. La mayor parte, pero no todos; Louis Farraján se hizo con el liderazgo de la minoría, que continuó dentro de sus viejas creencias.
Farraján utiliza el nombre viejo, Nation of Islam, y conserva las doctrinas según estaban con Elías Mohammed. Fue el Fruto del Islam que protegió a Jesse Jackson durante la campaña presidencial de 1984 antes de intervenir los servicios secretos. En abril, Farraján advirtió al Partido Demócrata que si las exigencias de Jackson no eran tomadas en serio en la convención nacional, encabezaría "un ejército de negros y negras hasta Washington, D.C. y negociaremos… un estado independiente o un territorio propio". Las declaraciones de Farraján acerca de Hitler, de Israel o el judaísmo prolongan la tradición antisemita inaugurada por Elías Mohammed.
Wallace Mohammed es musulmán. Louis Farraján no. Las repugnantes intervenciones de Farraján no han de achacarse a las tradiciones equilibradas del islam.