En su discurso de definición de la política Americana del 20 de Septiembre, el Presidente George W. Bush explicó lo que quería decir declarar "la guerra al terrorismo" y le dijo al pueblo Americano lo que significará para ellos. En conjunto, fue una presentación fuerte, con algunas partes exactamente acertadas, pero también contenía errores que requieren rápida reparación.
Comencemos por los cinco puntos buenos:
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El objetivo del enemigo: Que no es "meramente poner fin a las vidas, sino trastornarlas y poner fin a un estilo de vida".
Eso implica "rehacer el mundo - e imponer sus puntos de vista radicales a los pueblos en todas partes". El presidente no demuestra ninguna ilusión en absoluto de que el problema de al-Qaida sea las libertades Americanas o la política de los Estados Unidos en Oriente Medio, sino algo mucho más ambicioso - la propia existencia de los Estados Unidos en su forma actual. Como él lo expresó, "En Afganistán, vemos la visión del mundo de al-Qaida", la cual no se aplica menos a Nueva York que a Kabul. -
La naturaleza del enemigo: es la heredera de "todas las ideologías asesinas del siglo XX... que sigue en la línea del fascismo, el Nazismo, y el totalitarismo". (Aunque ¿qué pasa con el Comunismo?. ¿Omitido para no ofender a China?).
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El método del enemigo: Individuos de más de 60 países son reclutados, llevados principalmente a Afganistán, entrenados, después enviados a "esconderse en países por todo el mundo para planear el mal y la destrucción".
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La brutalidad del enemigo: Su liderazgo "les ordena matar Cristianos y Judíos, matar a todos los Americanos, y no hacer distinción entre militares y civiles, incluyendo mujeres y niños".
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Definir el problema: Los secuestros aéreos del 11 de Septiembre constituyeron un "acto de guerra ". No eran crímenes, sino parte de un esfuerzo militar organizado por al-Qaida, "una red radical de terroristas", y por los gobiernos que la apoyan.
Pero el presidente tuvo también cinco puntos mal:
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La identidad del enemigo: Evita llamar al enemigo de América por su nombre - Islam militante - prefiriendo eufemismos como "grup(os) terrorista de alcance global". Dos problemas aquí: El terrorismo es una táctica, no un enemigo; y no definir al enemigo explícitamente lleva a la confusión y a la disensión.
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La localización del enemigo: El discurso trató solamente de las amenazas externas ("echarlos de lugar en lugar, hasta que no haya refugio ni descanso", "perseguir a las naciones que proporcionen ayuda o un santuario al terrorismo"), ignorando en ángulo nacional de los Estados Unidos más delicado pero igualmente vital.
La nueva "Oficina de Seguridad Nacional" no tiene que proteger solamente a los Americanos de atentados exteriores sino extirpar al enemigo del interior de las fronteras de los Estados Unidos. -
El llamamiento del enemigo: El presidente despachó la versión del Islam de al-Qaida como una "forma ornamental de extremismo Islámico" repudiado.
A duras penas. Los Musulmanes por las calles de muchos lugares - Pakistán y Gaza, en particular - están reuniendo fervientemente la visión del Islam de al-Qaida. En la misma tónica, el hecho de que el presidente llamara a los terroristas "traidores a su propia fe, intentando, en efecto, secuestrar el Islam" implica que otros Musulmanes los ven como apóstatas, lo cual es sencillamente falso.
Al-Qaida disfruta de una amplia popularidad; lo que el gobierno de los Estados Unidos puede esperar en el mejor de los casos es una ración de apatía y neutralidad Musulmana. -
Objetivos de los Estados Unidos: Son inconsistentes. "Llevad ante las autoridades de los Estados Unidos a todos los líderes de al-Qaida que se esconden en vuestra tierra" implica si las autoridades Afganas hubieran entregado a unos pocos individuos, el esfuerzo de la guerra acabaría, sin mayor preocupación a causa del Islam militante. Por el contrario, decir que el esfuerzo de la guerra continuará hasta "que se encuentre, detenga y venza a cada grupo terrorista a escala global" implica un esfuerzo ambicioso contra las fuerzas del Islam militante. Esta contradicción contiene las semillas de futuros problemas. Bush necesita poner sobre la mesa que lo anterior es su objetivo real.
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Política exterior de los Estados Unidos: "De hoy en adelante, cualquier nación que continúe albergando o apoyando al terrorismo será tratada por los Estados Unidos como un régimen hostil". Esta bifurcación irreal no funcionará en el mundo real de intereses competidores y desastrosos. Evitar el terrorismo puede parecer la única prioridad esta semana pero no es probable que tal prioridad pueda mantenerse mucho, y hacer política sobre esta base traerá problemas.
En pocas palabras, mientras que le presidente demostró una excelente comprensión del Islam militante - llamarlo totalitario fue especialmente importante - se mantuvo al margen de especificar que sea el enemigo y realizó aseveraciones poco realistas acerca de la naturaleza de la lucha que se avecina. Estos errores necesitan ser subsanados urgentemente, antes de que hagan daño.