Cada primavera, el Departamento de Estado publica "Patterns of Global Terrorism" su principal informe acerca del problema que define como "violencia premeditada, políticamente motivada perpetrada contra objetivos no combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos, usualmente encaminada a influencias a una audiencia".
Siempre ha sido un documento fuertemente politizado, reflejando el debate de Washington y los imperativos diplomáticos, pero este año pero este año ha virado hacia la informalidad e incluso hacia la mentira. Es un documento peligroso que probablemente dañe a la guerra contra el terrorismo.
Sus problemas son:
La metodología: El Departamento de Estado utiliza medios que crean la engañosa impresión de que en terrorismo Oriente Medio es marginal.
Hace esto contando el daño a la propiedad de igual manera que el daño a particulares: Así que de los 346 incidentes terroristas contabilizados en el 2001, 178 (algo más de la mitad) implicaron atentados contra un oleoducto multinacional en Colombia, sugiriendo que Suramérica es una agobiante fuente de terrorismo.
Pero como el Middle East Quarterly de Martin Kramer dice, "Obviamente, Latinoamérica no es el epicentro del terrorismo del mundo, y no es la razón por la que tienes que quitarte los zapatos en las puertas de embarque de los aeropuertos".
También contabiliza incidentes por localización, por autoría material. En consecuencia, el 11 de Septiembre cuenta como terrorismo de Norteamérica, no como de Oriente Medio. Por este considerar, tuvieron lugar meramente 29 incidentes en Oriente Medio, comparados con 33 en África, 68 en Asia, y la friolera de 194 en Latinoamérica (recuerde ese oleoducto). De los 3.547 muertos del año pasado, apenas 60 perdieron sus vidas en Oriente Medio, comparados con 90 en África, 180 en Asia, y 3.235 en Norteamérica.
La negación: La inmensa mayoría de las fuentes más importantes de terrorismo son el Islam militante y el nacionalismo Palestino. (Es digno de mención que además de las 3.235 personas asesinadas el 11/9, todos excepto uno de los otros ocho Americanos que perdieron sus vidas en incidentes terroristas en el transcurso del 2001 - cada uno en las Filipinas y en Arabia Saudí , cinco en Israel - fueron asesinados por miembros del Islam militante).
Pero las únicas menciones del informe al Islam militante están para negar su importancia: "La guerra contra el terrorismo no es una guerra contra el Islam". "La mención adversa en este informe de miembros individuales de cualquier grupo político, social, étnico, religioso o nacional no quiere decir que implique que todos los miembro de ese grupo sean terroristas".
E incluye esta cita de una figura Musulmana: "Nuestra religión Islámica tolerante aprecia sumamente la santidad de la vida humana". Fin de la discusión.
Las falsedades: Que "Pakistán precintó su frontera con Afganistán para ayudar a prevenir la fuga de fugitivos" es falso de plano. Al contrario, esa frontera se dejó básicamente abierta.
O este llamativo: "Entre las repercusiones del 11 de Septiembre, las Naciones Unidas intensificaron inmediatamente su atención sobre el terrorismo, tomando medidas para proporcionar un mandato al compromiso internacional reforzado en la lucha contra el terrorismo". Uno de esos pasos, en Octubre del 2001, fue la elección de la República Árabe de Siria - a la cual el propio Departamento de Estado considera un estado patrocinador del terrorismo - para la presencia en el ultra prestigioso Consejo de Seguridad.
El blanqueo de la violencia Palestina: Siempre atento a mejorar la reputación de Yasser Arafat, el Departamento de Estado esconde su responsabilidad en el terrorismo. El presidente Bush puede haber acusado a Arafat de "aumentar el terrorismo" pero los burócratas del Estado suprimen cada voluminosa evidencia que señale esta conexión.
Y lo que es peor, el Estado finge que la inmensa mayoría de atentados terroristas Palestinos simplemente no tuvieron lugar. Los define como "incidentes terroristas internacionales significativos" como los que implican el daño importante a la propiedad, secuestro o rapto, pérdida de la vida o herida seria, o de tentativa frustrada de cualquiera de éstos, y en el 2001 encontró 123 incidentes por todo el mundo que cumplen este criterio. De éstos, apenas 11 conciernen a violencia contra Israelíes.
Pero cuando el Independent Media Review and Analysis aplicó los criterios del Departamento de Estado a la violencia anti-Israel, su escrupulosa investigación encontró 97 atentados en Israel que cumplen esta definición.
El gobierno de los Estados Unidos afirma que las atrocidades Palestinas contra Israel compusieron ajustadamente el 9 por ciento de los incidentes terroristas serios del mundo en el 2001, pero de hecho constituyeron el 46 por ciento de ellos.
En total, este documento refleja la mentalidad de desgana en Washington para confrontar realidades desagradables. El peligro está claro: quien se engaña acerca de su enemigo en tiempo de la guerra es probable que pierda esa guerra.