"Cualquiera que esté preocupado con lo que ocurre en nuestro mundo hoy debe pasar algún tiempo leyendo el Corán". Andy Rooney, el conocido comentarista de la CBS, así como muchos otros, dio este consejo poco después del 11 de Septiembre.
Su sugerencia tiene sentido intuitivamente, dado que los propios terroristas dicen estar actuando sobre la base de la santa escritura del Islam. El acusado como cabecilla del 11 de Septiembre Mohammed Atta tenía un Corán (en ocasiones deletreado como Qur'an) en la maleta que había facturado en su vuelo. Su manual de consejos de cinco páginas para compañeros secuestradores les instruía para que rezasen, pidieran guía a Dios, y "continuaran recitando el Corán". Osama bin Laden a menudo cita el Corán para motivar y convencer a sus seguidores.
Los testigos aseguran que al menos uno de los terroristas suicidas que intentaron asesinar al presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, el mes pasado leía el Corán antes de volarse él mismo. Las cintas de suicidas de Hamas citan a menudo el Corán.
Y un montón de no-Musulmanes han estado leyendo el Corán. Durante las semanas siguientes al 11 de Septiembre, el mayor impresor de los Estados Unidos informó que las ventas se habían quintuplicado, tuvo que enviar copias a Gran Bretaña vía aérea para hacer frente a la demanda. Las librerías americanas dijeron vender más Coranes que Bíblias.
Todo esto, incidentemente, era música a los oídos Islamistas. Hossam Gabri de la Sociedad Islámica de Boston, un grupo ligado a un financiero del terrorismo, considera "un suceso muy bueno" el que los no-Musulmanes intenten entender el Corán. Pero la lectura del Corán es precisamente la manera equivocada de intentar entender "qué está sucediendo en nuestro mundo". Eso es porque el Corán es:
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Profundo. Uno no puede tomarlo y entender su significado cuando casi cada frase es objeto de anotaciones, de comentarios, desgloses, y de citas. Tal documento requiere el estudio intensivo de su contexto, desarrollo, e interpretaciones rivales. La Constitución de los Estados Unidos ofrece una buena analogía: su Segunda Enmienda consta de sólo 27 palabras ("una bien regulada milicia, siendo necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo de tener y llevar armas, no será infringido") pero es el tema de numerosos estudios que ocupan libros enteros. Nadie que llegue a esta frase directamente tiene idea de sus implicaciones.
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Complejo y contradictorio. Las contradicciones en el texto se han estudiado y se han reconciliado a lo largo de siglos de estudio académico extenso. Algunos versos han sido abrogados y sustituidos por otros de significados contrario. Por ejemplo, el verso 9:5 ordena a los Musulmanes no matar a los paganos hasta que los meses sagrados hayan transcurrido y el verso 9:36 dice a los Musulmanes que luchen contra los paganos justamente durante esos meses. El lector ocasional no tiene ninguna idea de cuál de éstos es el que cuenta. (De hecho, es el segundo).
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Estático: Un escritura santa que no cambia no puede explicar cambios a lo largo del tiempo. Si el Corán causa terrorismo, entonces ¿cómo se explica uno los años 60, cuando apenas existía violencia militante Islámica?. El Corán era entonces el mismo texto que es ahora. Más ampliamente, durante un período de 14 siglos, los Musulmanes se han inspirado en el Corán para actuar de maneras agresivas y pasivas, piadosas y no piadosas, tolerantes y no tolerantes. La lógica exige que uno que vaya a explicar tales cambios mire a otro lado que no sea el de un texto inmutable.
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Parcial: Los libros santos tienen una enorme importancia pero no crean el contexto inmediato de la acción. La lectura de la Biblia en aislamiento da una penetración limitada de la gama de experiencias Judías y Cristianas a través de los milenios; asimismo, los Musulmanes han leído el Corán de manera diferente a lo largo del tiempo. La amonestación para la modestia femenina significó una cosa para las feministas Egipcias en los años 20 y otra para sus descendientes hoy. Entonces, cubrirse la cabeza representó la opresión y la exclusión de la vida pública. Hoy, en palabras de un titular de un periódico Británico, "el velo es bonito". Entonces, la cabeza cubierta señaló a una mujer que no era un humano pleno; ahora, en palabras de un redactor de una revista de moda, la cabeza cubierta "te dice que, eres una mujer…Tienes que ser tratada como mente independiente". La lectura del Corán aislado se pierde esta evolución imprevisible. En pocas palabras, el Corán no es un libro de historia.
Un libro de historia, sin embargo, es un libro de historia. En vez del Corán, invito a cualquiera que quiera estudiar el Islam militante y la violencia que inspira a comprender fenómenos tales como el movimiento Wahhabi, la revolución de Khomeini, o al-Qaeda. La historia Musulmana, no la Teología Islámica.