El Departamento de Estado Americano completó no hace mucho una petición del Congreso y publicó su primer Annual Report on International Religious Freedom. Esto es un trabajo titánico, que cubre a 194 países a lo largo de miles de páginas. Precisó el trabajo de centenares de individuos durante un período de dieciocho meses.
Es leer el informe y una cosa salta a la vista: los veintiún estados de Oriente Medio (más la Autoridad Palestina) - no tienen rival internacionalmente en lo que se refiere a decir a la gente cómo vivir y rezar.
Comencemos por el final de la pila: esta región se jacta de tener el único estado en el mundo - Arabia Saudí - que el informe describe de plano como un lugar en el que "La Libertad de Religión no existe". El informe explica por qué: "el Islam es la religión oficial, y todos los ciudadanos tienen que ser Musulmanes....El Gobierno prohíbe la práctica en pública de otras religiones". ¡Lo hace!. A finales de 1990, mientras centenares de miles de tropas de los Estados Unidos estuvieron en Arabia Saudí para protegerla contra Iraq, el Presidente Bush visitó a los soldados para celebrar el día de fiesta Americana de Acción de Gracias. Pero: planeó decir gracias antes de sentarse al banquete, así que tuvo que comer esa comida en un barco lejos de la costa Saudí. Algunas semanas después, las tropas americanas no podrían asistir a los servicios de Navidad sobre suelo Saudí porque los "servicios de moral C" solamente se celebraban en tiendas no marcadas o en los recibidores.
Las autoridades Saudíes también insisten en exactamente qué clase de Islam. Persiguen a su población Chií y permiten solamente una clase específica de Islam Sunní. El informe delicada, pero también siniestramente explica: "la práctica islámica se limita generalmente a la de orden Wahabí", la de mente más estrecha de las existentes, y "Prácticas contrarias a esta interpretación… son desalentadas".
Los países peores siguientes son Sudán, Iraq, y Afganistán, todos descritos como lugares en donde las autoridades restringen "seriamente" los derechos religiosos. Afganistán es donde un alto mando militar varón dice que unas estatuas Budistas de más de dos mil años deben ser destruidas porque "no son Islámicas". En Iraq, se da la historia usual de represión Estalinista: "el único partido en el gobierno controlado por Sadam Hussein lleva décadas conduciendo una campaña brutal de asesinatos, ejecuciones sumarias, y detenciones prolongadas arbitrarias contra líderes religiosos y fieles de la población Musulmana Chií". Sudán está emprendiendo una guerra horrenda contra su población no-Musulmana, creando el que quizá sea el peor desastre humanitario en el mundo hoy.
Un nivel menos tremendo es el de Irán y Libia en donde el gobierno meramente "restringe" los derechos religiosos. En Irán, las víctimas principales son el tercio estimado de un millón de Baha'istas, junto con Musulmanes Sunníes y otros que también sienten la férrea cólera del régimen. En Libia, un país más homogéneo, guárdese cualquiera que discrepe de las ideas excéntricas de Mu'ammar al-Qadhdhafi acerca de la devoción religiosa: "Los grupos Islámicos cuyas creencias y prácticas sean una variación de la enseñanza del Islam aprobada por el estado son prohibidos".
A continuación siguen la gran mayoría de estados en Oriente Medio, caracterizados por dos características: el Islam como la religión oficial del estado y una libertad nominal de religión. Egipto es típico en este apartado: se prohíben las "prácticas religiosas que están en conflicto con la ley Islámica". La misma situación se obtiene a duras penas también en Argelia, Jordania, y Kuwait. En éstos y en otros diez estados, el Islam es el privilegiado mientras que otras religiones existen sufriendo.
Finalmente, las pocas palabras de alabanza del Departamento de Estado van a un quinteto inverosímil: Túnez, Israel, Siria, Turquía, y los Emiratos Árabes Unidos, donde se dice que los gobiernos "generalmente" respetan los derechos religiosos.
Y lo que es aún más raro, solamente una política consigue el aprobado completo, la Autoridad Palestina, que "respeta" los derechos religiosos sin calificación. "No había patrón de discriminación de la Autoridad Palestina ni hostigamiento contra los Cristianos", dice el informe, pasando por alto de ese modo el extenso patrón de discriminación e intimidación contra la decreciente Cristiana, así como ultrajes tales como una tentativa Musulmana de tomar dos habitaciones de la iglesia más santa de la Cristiandad y convertirlos en letrinas.
Estos resultados llevan a tres conclusiones. Primero, el concepto entero de libertad religiosa sigue siendo ajeno a la mayoría de gobiernos de Oriente Medio. En segundo lugar, el Departamento de Estado necesita refinar más su metodología, en cualquier informe en el que Siria se encuentre en la misma categoría que Israel y necesita una cierta revisión muy básica. Tercero, su listado de la AP como el que mejor practica las libertades religiosas en la región entera demuestra de nuevo que no hay distorsión de la verdad demasiado grande en la tentativa de promover las negociaciones Árabe-Israelíes.