Hoy, el Cuatro de Julio, marca el día feliz en el que los Americanos celebran su libertad. Pero Khalid Durán de Bethesda, Maryland, tiene pocas razones para estar de fiesta. Se ha llamado a la muerte, en un eco misterioso del asunto Rushdie, de este librepensador Musulmán por un líder Islamista (o fundamentalista) residente en Oriente Medio a causa de un libro que ha escrito.
Durán, de 61 años, es un erudito realizado y un pensador original. Nacido de madre Española y padre Marroquí, habla cinco idiomas y fue educado en España, Alemania, Bosnia, y Pakistán. Ciudadano Alemán, ha residido en los Estados Unidos desde 1986, enseñando y escribiendo sobre todo acerca del Islam en las Universidades principales y centros de pensamiento. Durán ha escrito seis libros y es un analista capital del Islam y la política, una autoridad en la ola de Islamismo actual y un experto con un excelente récord de predicciones.
Durán es también un activista a favor de causas como el renacimiento de la cultura Afgana y la promoción del diálogo entre las tres religiones monoteístas principales ("triálogo"). Ahora dirige la IbnKhaldun Society, una asociación cultural de Musulmanes moderados opuesta al Islamismo. La suya es una voz rara y agradable de liberalismo Musulmán en un momento en que los radicales dominan las mezquitas, los medios, y las camarillas del estado.
DADO SU EXPEDIENTE, era natural que cuando el American Jewish Committee (AJC) patrocinó un libro llamado Children of Abraham: An Introduction to Islam for Jews, buscó a Durán para escribir el texto, y él completó esta tarea con distinción. Catorce eruditos del Islam aprobaron el manuscrito antes de la publicación; además, se ganó comentarios brillantes de las figuras de peso tales como el Cardenal William Keeler de Baltimore, el eminente historiador Martin Marty, y el Príncipe Hassan de Jordania.
Entonces, justo cuando el libro esta preparado para publicarse, el Council on American-Islamic Relations (CAIR) entró en escena. Esta organización Islamista extrema promueve una agenda al estilo Khomeini pero tiene la inteligencia de ocultar su extremismo. Publicó dos partes de prensa en los que insultaba a Durán personalmente y exigió que Children of Abraham fuera retenido hasta que un grupo de revisión académica designado por CAIR revisase el libro para corregir lo que asumió que sería (sin haber leído el manuscrito) un "contenido estereotípico o inexacto".
Siendo CAIR parte de una red internacional de Islamistas, publicaciones semejantes en los Estados Unidos, Europa, y Oriente Medio captaron rápidamente su mensaje. Con la re-redacción del libro, la historia se endureció. En consecuencia, el Al-Wafd de El Cairo anunció que el libro de Durán "extiende propaganda anti-Musulmana" con sus "distorsiones de los conceptos Islámicos".
La campaña de demonización culminó a principios de Junio, cuando un semanario en Jordania informó de que 'Abd al-Mun'im Abu Zant, uno de los líderes Islamistas más poderosos, había declarado que Durán "debía ser tratado como un apóstata" y sobre esta base había pedido a la autoridad Musulmana que "condonara religiosamente la muerte de Durán".
Días más tarde, el coche de Durán fue asaltado, dejando una ardilla muerta y excrementos en el interior. Y CAIR, lejos de disculparse por los manejos oscuros de su obra, tiene los bemoles de acusar al AJC de fabricar el edicto de muerte como un "truco barato de la publicidad para elevar las ventas del libro".
ABU ZANT estaba aplicando las "reglas Rushdie" que el Ayatolá Khomeini había establecido allá por 1989, por las que es obligatorio que cualquier persona crítica con el Islam o con el Islamismo sea multado, encarcelado, o quizás amenazado de muerte. Aplicadas ya en la mayoría de los países Musulmanes y buena parte de los Occidentales (Canadá, Holanda, Francia, Israel), estas reglas ahora amenazan con sampliarse a los Estados Unidos.
Realmente, se han aplicado ya: en 1990, no mucho después de que el Consejo de Académicos Religiosos en La Meca llamara a Rashad Khalifa un infiel, marcándolo así como alguien a ser eliminado, este inmigrante Egipcio en Tucson, Arizona, fue asesinado por miembros de un grupos Islámico extremista. Vale la pena notar que CAIR nunca denunció este asesinato.
La amenaza contra Durán requiere que todos nosotros, cualquiera que sean nuestras políticas o religiones, permanezcamos juntos como uno solo y con voz alta y clara condenemos la amenaza de Abu Zant y reafirmemos la santidad del discurso libre. En este caso, si los Americanos unen de verdad sus fuerzas, pueden detener a aquellos que inculcarían los hábitos religiosos violentos de Oriente Medio en los Estados Unidos.
Khalid Durán observó recientemente cómo, dado que "unas dos docenas" de buenos amigos suyos habían sido asesinados en décadas recientes, el hecho de que él estuviera vivo era un milagro. Su seguridad ahora es un fondo que todos los Americanos deben salvaguardar.