Los ataques terroristas contra América no habrían tenido lugar sin una infraestructura sofisticada de agentes operando dentro de los Estados Unidos que recopilaron información, planearon, y después ejecutaron los cuatro secuestros aéreos. Esa infraestructura, a su vez, pudo operar gracias en gran parte a la protección proporcionada por el lobby militante Islámico de América.
El lobby militante Islámico impidió la capacidad del cumplimiento de la ley de dedicar atención especial a los pasajeros de Oriente Medio, un procedimiento que habría cogido a los cuatro equipos suicidas con seguridad. El lobby también previno el cierre de websites y la expulsión de extranjeros asociados con organizaciones terroristas como la de Osama bin Laden.
Lo cuál plantea una pregunta: ¿Cómo podría un lobby que protegía a extremistas violentos adquirir tal influencia?. Ha cubierto muy cuidadosamente sus pasos - diciendo una cosa en privado y otra en público. Para ver cómo funciona esta dualidad, considérese el caso de American Muslims for Jerusalem. Ésta aparece ciertamente ser una organización moderada. Fundada en Mayo de 1999 y localizada cerca de Capitol Hill, AMJ se retrata como una inocente "asociación dedicada a proporcionar una perspectiva Musulmana sobre el asunto de Jerusalén" y visiblemente aboga por "una Jerusalén que simbolice la tolerancia y el diálogo religiosos". AMJ observa "la relación profunda que los Musulmanes tienen con Jerusalén" y pide razonablemente el libre acceso a todos los lugares religiosos de la ciudad. Solamente repite algo más asertivamente la retórica Palestina estándar acerca de la inadmisibilidad de la soberanía ganada por la fuerza, el imperativo de detener la construcción de casas Judías y el derecho de retorno de los refugiados Palestinos.
La posición pública de AMJ es tan templada que no repite la exigencia Palestina normal de que Jerusalén es la capital de Palestina, ni mucho menos niega los lazos Judíos con Jerusalén.
Desdichadamente, esta moderación pública oculta un discurso privado totalmente diferente.
En sus acontecimientos a puerta cerrada, AMJ revela sus verdaderos colores, proporcionando la clase exacta de odio que tuvo que inspirar a un secuestrador suicida.
El patrón fue fijado en el primer acontecimiento importante de AMJ, una cena de recaudación de fondos en Noviembre de 1999, que un asistente ha descrito como "crudamente anti-Judía". Oradores como Nihad Awad y Abdurahman Alamoudi compitieron entre sí en asaltar verbalmente al Estado de Israel y a los Judíos Americanos. En particular, hicieron circular una elaborada teoría conspiratoria acerca del control Judío de los Estados Unidos y el lavado de cerebro Sionista de los Cristianos Americanos.
Esos Cristianos, insistieron los portavoces de AMJ, están listos ahora para rebelarse contra esta presunta dominación Judía - excepto que temen hacerlo en público por temor a sus "amos" Judíos. Aquí los Musulmanes cobran el papel crucial de animar a los Cristianos a que se levanten para terminar con su subyugación. Solamente un frente Musulmán - Cristiano unido, dirigido por los Musulmanes, puede romper el supuesto encierro Sionista de América.
El principal orador de la cena, Issa Nakhleh del Arab Supreme Council for Palestine (él mismo un Cristiano), propuso un esquema específico para alcanzar esta meta. Mediante sus cálculos (imaginarios), el lobby de Israel emplea 20 millones de dólares al año para comprar a miembros del Congreso y hacer que impongan el mensaje "Judío" sobre los Cristianos. Los Árabes y los Musulmanes pueden fácilmente superarlo, sugirió Nakhleh, enviando delegaciones recaudadoras de fondos a Arabia Saudí y a los emiratos. "Estoy seguro de que conseguiréis 10 millones de dólares de estos dos, e Irán os dará 10 millones de dólares", superando de tal modo la supuesta financiación pro - Israel. (Sin importar que sea ilegal apoyar al Congreso con dinero que venga del extranjero).
El exceso de la noche de inexactitud, malentendimiento, teorización conspiratoria, fanatismo, e ilegalidad es más que significativo, porque American Muslims for Jerusalem no es ningún grupo extremo sino un esfuerzo común patrocinado por seis de las instituciones Americanas Islámicas de mayor calado, incluyendo a las más invitadas a la Casa Blanca con mayor frecuencia y más citadas por los medios de comunicación. AMJ mismo, se ha anotando tantos pagando a corporaciones Americanas tales como Burger King o Disney.
El radicalismo encubierto de las organizaciones Musulmanas Americanas tiene dos implicaciones. Primero, AMJ y sus seis organizaciones patrocinadoras deben ser sistemáticamente excluidas y marginalizadas. El gobierno y los políticos corporativos no deben reunirse con ellas. Los medios no deben citarlas como autoridades. Los funcionarios de inmigración deben estudiar de cerca a quién invitan del extranjero. Las autoridades de impuestos deben limpiar sus libros de transacciones ilegales. Los líderes religiosos deben excluirlas de acontecimientos ecuménicos.
En segundo lugar, los Musulmanes moderados Americanos necesitan organizarse y repudiar a organizaciones como AMJ y su corte. Esta tarea llegará a ser probablemente más urgente conforme el papel de esas organizaciones en facilitar el camino al terrorismo de la semana pasada se revele completamente.