El polémico acuerdo firmado por el Primer Ministro Yitzhak Rabin de Israel y Yasir Arafat de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tiene la capacidad de exacerbar el conflicto y de inducir a la paz. Todo depende, básicamente, si señala o no una buena voluntad de los de Oriente Medio de coexistir con Israel. Consideremos tres posibilidades positivas negativas y tres positivas.
Si las cosas van mal, el acuerdo:
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Da a la antigua OLP un seguro de vida. En el papel, por lo menos, la OLP ha capitulado. Acepta la existencia permanente de Israel, renuncia a la meta de destruir Israel, condena el terrorismo (una vez más) así como la "lucha armada", y abandona el sueño de devolver a los refugiados a sus hogares. ¿Significa esto que la OLP de hecho se retracta de su herencia?. Shimon Peres, Ministro de Exteriores de Israel, no tiene ninguna duda: "pienso que la OLP ha cambiado su carácter".1 Pero hay un montón de razones para dudarlo: parece que Arafat adoptó un acercamiento flexible para encajar circunstancias adversas, diciendo lo que sea necesario para sobrevivir. La OLP no cambió de corazón, sólo de política.
A lo largo de estas líneas, vale la pena notar que Arafat abriga sueños de que Israel se derrumbe desde dentro. En Marzo de 1993 observó que "se derrumbó la Unión Soviética, con todo su formidable poder. Esto podría sucederle Israel".2 Asumiendo que él realmente crea esto, el reparto con Israel representa un seguro de vida para la OLP de modo que pueda permanecer en el negocio hasta que Israel vacile, cuando puede dar el golpe de gracia.
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Convierte Gaza en otro Líbano. El verdadero peligro no descansa sobre un poderoso estado de la OLP que el Partido Likud de Israel teme, sino en la anarquía. Cuando la administración militar Israelí abandone Gaza, ¿será Arafat capaz de controlarla?. ¿O llevará la extendida animadversión hacia el compromiso secular de la OLP a la guerra civil?. Si Gaza se sale de madre, podría convertirse en una fuente de gran peligro para Israel y para los Palestinos afiliados a la OLP. Podría exportar terroristas a Occidente como el Líbano lo hizo una vez. Lo que es más siniestro todavía, puede convertirse en un lugar de refugio para Musulmanes fundamentalistas Egipcios que intenten derrocar al gobierno de Mubarak.
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Impulsa el poder fundamentalista Musulmán. Los nacionalistas Árabes una vez lideraron el intento de destruir Israel; este acuerdo termina con esa era y da a los fundamentalistas la ocasión de gobernar. Tanto Hamas como la Jihad Islámica para la Liberación de Palestina rechazan categóricamente reconocer al Estado de Israel; ahora heredan la vieja toga de la OLP como líder de la oposición anti-Sionista. Estas organizaciones odian a Israel con una pasión tal que es difícil de resumir. Para probarla, he aquí lo que el Jeque As'ad at-Tamini, guía espiritual de la Jihad Islámica, dijo hace algunos años acerca de la posibilidad de un compromiso de la OLP con Israel:
Todas las soluciones propuestas fracasarán porque es el destino de los Judíos rechazarlas hasta que venga la solución final, cuando las piedras y los árboles hablen, diciendo: "Oh Musulmán, siervo de Dios, cuidado hay un Judío detrás de mí. Ven y mátalo". Oh hijos de la tierra bendecida de Palestina, quemad todo lo que podáis tocar - quemad los vehículos, las tiendas, y las fábricas y tomad de su dinero lo que deseéis. No hay santidad para el dinero de sangre de un Judío. Matadles donde los encontréis y expulsadlos de donde os han expulsado.3
Nada que salga de las irritantes organizaciones izquierdistas establecidas en Damasco suena como esto. El acuerdo puede dar plataforma al llamamiento de las organizaciones fundamentalistas. Si ganan las elecciones que el acuerdo dice que deben celebrarse hacia la mitad de 1994, el acuerdo de Rabin-Arafat estaría difunto.
Pero si va todo bien, el acuerdo:
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Pone a los Palestinos en el lado que gana. Los Palestinos tienen un récord asombroso de escoger a los aliados incorrectos. Se alinearon con los Poderes Centrales en la Primera Guerra Mundial, con los Nazis en la Segunda Guerra Mundial, con la U.R.S.S. en la Guerra Fría, y con Saddam Husayn en la Guerra de Kuwait. No es coincidencia, escogieron siempre al lado que resultó ser el agresor y el enemigo de los Estados Unidos. De permanecer en la misma línea, los Palestinos ahora se alinearían con el poder actual más agresivo y más fervientemente antiamericano de Oriente Medio - la República Islámica de Irán. El trato de Arafat con Rabin ofrece una salida de este viejo círculo.
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Reduce el papel de Israel en la mitología Árabe. Durante décadas, los líderes Árabes retrataron el Sionismo como una amenaza cósmica. Ya en 1905, el Cristiano Libanés Négib Azoury predijo que los nacionalistas Árabes y los Sionistas, "están destinados a luchar entre ellos continuamente hasta que uno de ellos gane. El sino del mundo entero dependerá del resultado final de esta lucha entre estos dos pueblos que representan dos principios contrarios".4 Más recientemente, el Ministro de Exteriores Sirio Faruq Ash-Shar' hizo la asombrosa declaración en 1991 de que "De no haber habido ocupación Israelí del West Bank y Gaza durante los últimos veinticuatro años... quizá no habría habido invasión Iraquí de Kuwait"5.
Si los Palestinos están listos para hacer las paces con Israel, los líderes Árabes tendrán que abandonar Israel como su coartada universal. No oiremos más al Rey Fahd escupiendo estupideces sobre el minúsculo Israel "raíz de la inestabilidad y de la agitación" en los países Árabes.6 Y los de Oriente Medio podrían ocuparse realmente de problemas verdaderos.
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Termina el estatus de parias de Israel. A través de su corta historia, el estado Judío ha tenido una multitud de enemigos - Musulmanes, Marxista-Leninistas, anti-Semitas, ejecutivos de compañías petroleras, Arabistas. Símbolo de esta hostilidad, Israel sufrió más votaciones parciales en los Naciones Unidas que cualquier otro país. Si Yasir Arafat, el símbolo internacional del anti-Sionismo, realmente sale bien de Jerusalén, Israel gana la protección contra la mayoría de la crítica. Los que desean obsesivamente dañar a Israel se encuentran arrojados en la cuneta. Almacenes enteros repletos hasta arriba de documentos de las Naciones Unidas se quedan obsoletos. Israel se convierte en un país casi ordinario.
En pocas palabras, el acuerdo Rabin-Arafat abre muchas nuevas posibilidades. Si va mal, el acuerdo podría traer anarquía a Gaza y ayudar a los fundamentalistas a derrocar al gobierno en Egipto. Si van las cosas bien, reduce la calidad emocional del conflicto Árabe-Israelí y ayuda a llevar más allá otros acuerdos diplomáticos (más notablemente entre Siria e Israel). Solamente el tiempo dirá si empeora o mejora las cosas en Oriente Medio.
1 Cable News Network, 9 de Septiembre de 1993.
2 Sawt al-Jabal (Shanayh), 6 de Marzo de 1993.
3 An-Nafir, citado en Sawt al-Mustazafin, 15 de Abril de 1990.
4 Négib Azoury, Le Réveil de la Nation Arabe dans l'Asie Turque (Paris, 1905), p. V. Citado en Neville J. Mandel, The Arabs and Zionism Before World War I (Berkeley: University of California Press, 1976), p. 52.
5 "Newsnight", British Broadcasting Corporation Television, 6 de Febrero de 1991.
6 The New York Times, 12? de Febrero de 1985.