Condeno sin reservas la revelación a gran escala de secretos importantes del gobierno estadounidense por parte de Edward Snowden. Una vez difundidos, no obstante, carece de sentido ignorar la información que ya ha visto la luz.
Un despacho de 14 folios procedente de la Agencia Central de Inteligencia exhibe el achuchado título burocrático de Airoso de la secundaria: valoración de la amenaza de los protocolos de inspección secundaria de los aeropuertos internacionales para la identidad del espía encubierto ofrece un ejemplo de manual. Traducido al cristiano, esto significa "Cómo evitará problemas el agente de paisano al atravesar los controles aduaneros".
La portada del folleto de la CIA "Airoso de la secundaria". |
Aunque el estudio aborda estrechamente las inquietudes de la CIA porque sus agentes de paisano sean retenidos en el control de pasaportes y sus tapaderas vean la luz, su información reviste interés para cualquiera que viaje internacionalmente de manera asidua. De hecho, constituye un compendio útil de lo que justamente no hay que hacer al aterrizar en un aeropuerto extranjero. Proyecto seguir sus consejos con vistas a mis propios desplazamientos y, por motivos de interés público, ofrezco parte de sus enseñanzas a otros viajeros regulares para que también ellos puedan salir mejor parados al evitar lo que se conoce como "inspección secundaria" - o ser apartado de mala manera de la cola principal del pasaje (o rutinaria) para ser sometido a interrogatorios más exhaustivos.
El pasajero remitido a la inspección secundaria entraría en un mundo Kafkiano durante jornadas potencialmente, en el que el reglamento usual queda suspendido. Los agentes pueden inmiscuirse en lo que quieran, desde la copia de documentos a la incautación de dispositivos electrónicos personales, del examen invasivo de la vida personal de uno a la inspección invasiva corporal. Evitar tales experiencias debería tener prioridad en la lista de cualquier pasajero.
El consejo de la CIA: antes que nada, sepa que está siendo vigilado estrechamente. Para usted, el control aduanero puede suponer un engorro menor a soportar antes de seguir con su viaje; pero desde el momento en que abandona la cabina del pasaje hasta el que abandona las instalaciones aeroportuarias, poderosos cuerpos de seguridad le tendrán potencialmente objeto de escrutinio estrecho - y no sólo mientras tenga usted delante al funcionario de aduanas. En Isla Mauricio, por ejemplo, la instancia local se vale de cámaras "para observar al pasaje que ha aterrizado abandonar el aparato y buscar su equipaje, fijándose en los rostros de los particulares para estudiar sus expresiones faciales".
Al recorrer el camino que separa el asiento de la cabina de la salida de la terminal, la CIA aconseja movimientos naturales y consistentes.
Naturales significa no manifestar un comportamiento inusualmente nervioso como "manos temblorosas o agitadas, respiración acelerada sin motivo aparente, sudores fríos, pulso en las carótidas, rostro enrojecido o evitar el contacto visual". De manera menos obvia, también significa "no cambiar de cola ni fijarse en el protocolo de seguridad" ni establecer "un contacto clandestino con el resto del pasaje" con el que se carezca en apariencia de vínculos evidentes.
Qué no hacer al atravesar los controles aduaneros. |
Consistente significa actuar como quien se supone que es uno. Estar familiarizado con los detalles de su pasaporte, incluyendo los lugares de estancia. Hablar el idioma del país que figura en su pasaporte. Detalles que pudieran parecer triviales pueden ser relevantes. Por ejemplo, "un equipaje negligente cuando el pasajero es presuntamente un consumado comercial" puede despertar sospechas, como lo contrario, un turista que viaja con billete de business.
Otros indicativos de alarma antiintuitivos serían: "Una cantidad de maletas inusual con respecto a la duración de la estancia". "Múltiples objetos nuevos, como despertadores o anotadores, entre el equipaje". "Mapas, guías u otros textos sin abrir ni marcar". "Mapas de ciudades sin relación entre el equipaje de un presunto turista". "Equipo de imagen inusual para el perfil del viajero, o insuficientes tarjetas de memoria para una larga visita turística".
Incluso si usted hace todo bien, podría ser separado de la cola para ser sometido a un interrogatorio adicional. En primer lugar, está el elemento aleatorio: "muchos aeropuertos extranjeros tienen fijado un mínimo administrativo de sujetos elegidos al azar". Más concretamente, "alrededor del 12% del pasaje con destino a Estados Unidos es seleccionado aleatoriamente para ser sometido a un examen adicional en aeropuertos extranjeros", lo que significa que puede dar por descontada la inspección en uno de cada ocho desplazamientos.
En segundo lugar, puede encajar usted en alguna categoría desconocida; "la capacidad lingüística, la edad, la apariencia o la extracción" del pasajero pueden todas suscitar preguntas. "Un corte de pelo militar, una buena forma física, una vestimenta informal y equipaje escaso" bastaron para llamar la atención sobre un enlace gubernamental venezolano en El Salvador. "Los varones en edad de la mili que viajan con mochilas solos son remitidos a la inspección secundaria, con independencia de nacionalidad o color de la piel" en Tel Aviv. "Judíos o árabes cristianos, activistas de los derechos humanos o de cooperación y particulares con importantes credenciales académicas científicas" son objeto en Egipto de especial atención, y todavía más "los árabes estadounidenses, sobre todo los egipcios".
Superar el entramado que va del aparato a la calle representa una de las experiencias del viaje internacional menos placenteras. Pero el respeto a los criterios puede paliar las probabilidades de despertar una atención inconveniente y la despertar clemencia misericorde de agresivos cuerpos de seguridad.