La campaña Palestina de terrorismo continúa en marcha, con 22 personas asesinadas en Tel Aviv el domingo. E incluso sin contar los incidentes de menor importancia que implican rocas y bombas incendiarias, los Palestinos hacen un promedio de más de 10 ataques contra Israelíes cada día.
Lo que convierte a este en un momento particularmente conveniente para repasar mi aseveración de hace un año, de que la respuesta contundente por parte del Primer Ministro Ariel Sharon haría que los Palestinos abandonasen la violencia.
Para empezar, aunque la violencia continúa, fue de capa caída a lo largo del 2002: Los atentados descendieron a un tercio comparando el primer cuatrimestre del año con el último (desde 1.855 hasta 1.246) - y las bajas descendieron a la mitad (de 157 a 70).
Más significativas son las muchas muestras que señalan que los Palestinos se dan cuenta de que adoptar la violencia ha sido un error monstruoso. Lo que Associated Press llama "un coro de lento crecimiento de líderes y formadores de opinión Palestinos" expresa la desilusión con la pobreza, la anarquía, la detención, las lesiones y la muerte que 27 meses de violencia han traído.
Mahmoud Abbas, el líder Palestino No. 2 después de Yasser Arafat, lo afirma "fue un error utilizar las armas... y perpetrar atentados dentro de Israel". Abdel Razzak al-Yahya, el supuesto ministro de interior, denuncia los atentados suicidas contra Israel como "asesinatos sin motivo", exige el fin de "todas las formas de violencia Palestina" y quiere que sea reemplazada por resistencia civil. El alcalde de Belén Hanna Nasser deduce que el uso de las armas no hizo ningún bien e insiste en que la lucha Palestina "tiene que ser pacífica".
Otros sucesos confirman esta sensación de consternación y una buena voluntad de pensarlo mejor:
* Un sentido de desesperación: "Se acabó", dice de la violencia un hombre en Ramala. "No logramos nada". Un hombre de Gaza está tan entumecido por la espiral descendiente, que menciona lo inmencionable: "Para ser honesto, pienso que la reocupación por Israel sería mejor" que la situación actual.
* Pesar por las oportunidades diplomáticas perdidas: "¿No bailamos de alegría con el fracaso de Camp David?" pregunta Nabil Amer, antes uno de los principales ayudantes de Arafat. "Después de dos años de matanza, ahora pedimos lo que rechazamos".
* Menos apoyo para el terrorismo: Preguntados por un cuestador Palestino si la Autoridad Palestina, una vez que llegue a un acuerdo con Israel, debería arrestar a aquellos implicados en la violencia dentro de Israel, el 86 por ciento de los Palestinos respondió "No" en Diciembre del 2001. La cifra bajó al 76 por ciento en Mayo del 2002, después al 40 por ciento en Noviembre del 2002 - aún muy alta, pero la tendencia está clara.
* Miedo a las consecuencias: En ocasiones, futuros terroristas suicidas se han dado la vuelta, o fueron disuadidos por sus familiares, temerosos de que la casa de la familia fuera destruida en la respuesta.
* Culpar A Arafat: Cuando la violencia comenzó, los Palestinos responsabilizaron a Israel de sus muchas aflicciones. Pero al pasar el tiempo, dice el analista Khalil Shikaki, se volvieron "muy fuertemente" contra Arafat y la AP. Una teoría conspiratoria sostiene que Arafat inició la violencia no tanto para derrotar a Israel como para desviar el creciente descontento con los fracasos de la AP.
* Emigración: Hartos de su auto infligida miseria, unos 10.000 Palestinos al mes salieron del West Bank y Gaza durante el 2002, mientras que muchos más intentaron huir. En un punto, acamparon más de 40.000 supuestos emigrantes cerca de Jericó, con la esperanza de entrar en Jordania.
Quizá la señal más afectada de un cambio llegó el mes pasado, cuando Ahmed Sabbagh, un padre Palestino que se describe a sí mismo como "afligido", aprovechó la ocasión de la muerte de su hijo Ala, un líder terrorista, para hacer un llamamiento sin precedentes a los Israelíes "para abrir una página nueva con el pueblo Palestino y alcanzar la paz basada en el respecto y la justicia mutuos".
Los Israelíes están comenzando a observar el cambio en el lado Palestino. El anterior director de la Mossad Ephraim Halevy ha comentado "los brotes de reconocimiento Palestino" del error de volver a la violencia. El jefe del Ground Forces Command de Israel, Yiftah Ron-Tal, fue más lejos y en Noviembre predijo "una victoria decisiva" para Israel en unos meses.
La administración Bush debe tomar dos medidas para acelerar este proceso: Dejar a Israel responder como vea más conveniente, y dejar de conceder regalos que no se merecen a los Palestinos (el más último: promesas de un estado en el 2003).
Cuanto antes se den cuenta los Palestinos de lo ineficaz de su violencia, antes le pondrán fin.