David Hume (1711-76). |
"Los ingleses son el pueblo más remarcable de todos los que probablemente hayan existido en el mundo", escribió el filósofo escocés David Hume en 1748.[1] Motivado en parte por esta observación, y en parte por el reciente resurgimiento de Inglaterra como una entidad política particular, me pregunté: "¿quiénes son los ingleses?"
En búsqueda de una respuesta, localicé estanterías quejumbrosas con libros y artículos acerca del carácter nacional inglés, muchos de ellos escritos por figuras distinguidas. Sin embargo, su sabiduría acumulada conduce, lamentablemente, a una contradicción inmensa.
Mi tarea comenzó con el eminente historiador Mandell Creighton, quien observó que "los ingleses fueron el primer pueblo en darse a sí mismos un carácter nacional". Luego, definió su motivación predominante como "un deseo obstinado para administrar sus propios asuntos a su manera, sin ninguna interferencia externa".[2]
Muchos concuerdan con esta noción de un pueblo inglés amante de su independencia. John Stuart Mill, el filósofo liberal, notó que "para el carácter nacional inglés cualquier cosa que se parezca a una bravuconería resulta repugnante", pues antes que intimidarlo, levanta su "determinación tozuda... a no ser acosado".[3] Stanley Baldwin, quien sirviera como primer ministro tres términos, alabó a sus connacionales de la siguiente manera: "El inglés está hecho para un tiempo de crisis y para un tiempo de emergencia. Es sereno durante las dificultades, pero podría parecer indiferente cuando los tiempos son fáciles".[4] David Cameron, un premier posterior, definió la britanidad (Britishness) como "la libertad bajo el estado de derecho".[5]
La obra de 1971, "No Sex Please, We're British" (Sin sexo por favor, somos británicos) se convirtió en una película popular. |
Por más llamativas que puedan ser estas aseveraciones, otros autores ingleses opinan diferente. Edmund Dale, un historiador medievalista, llamó a los ingleses "simples, rudos, pacientes y porfiados".[6] George Orwell los encontró amables, insulares, poco dotados artísticamente, poco intelectuales, y no particularmente prácticos, sino más bien un "pueblo sonámbulo"; amantes de las flores e hipócritas de primera clase.[7] W. Somerset Maugham opinó que "los ingleses no son una nación sexual",[8] algo confirmado por la extensiva encuesta llevada a cabo por el antropólogo Geoffrey Gorer (quien encontró un "bajo interés por la actividad sexual").[9] Mi colega Sam Westrop ofrece quizás la más ingeniosa de estas formulaciones: "La inglesidad [Englishness] es el estado cuántico, tanto del gran alivio de no ser francés, como del silencioso deseo por serlo más".[10]
Hablando de los franceses, el novelista Honoré de Balzac llamó al inglés "noble".[11] El escritor español Salvador de Madariaga lo vio como un hombre de acción.[12] El belga Maciamo Hay lo consideró "de mente independiente, amable, crítico, temperamental, con conciencia de clase, polarizado, práctico, emprendedor, humorístico, reservado".[13] El filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson hizo hincapié en el "empuje" inglés.[14] El historiador estadounidense Henry Steele Commager lo llamó "muy prosaico, muy imperturbable, muy materialista".[15] Además, estudios sobre grupos de extranjeros repetidamente arrojaron tres palabras: reservado, tenso, y esnob.[16]
Los mediorientales generalmente tienen una mala opinión sobre el ingliz. Un cántico de la era otomana lo tildaba de "arreligioso".[17] Jamal ad-Din al-Afghani, un islamista temprano, sostuvo que el inglés "tiene poca inteligencia, gran perseverancia, ambición, codicia, terquedad, paciencia, y altivez".[18] El autor iraní Jahangir Amuzegar anunció que los británicos son "fríos, astutos, autocontrolados y deferentes".[19] M. Sıddık Gümüş, un conspirativista turco, los llamó "un pueblo engreído y arrogante".[20]
Viendo el panorama desde una perspectiva amplia, escribiendo en 1955, Gorer encontró que "el carácter inglés fundamental ha cambiado muy poco en los últimos 150 años, y posiblemente durante más tiempo".[21] En contraste, el historiador Peter Mandler revisó las ideas inglesas acerca de su identidad nacional, desde 1800 al 2000, y encontró que estas cambiaron constantemente.[22]
Tomados en conjunto, estos relatos me dicen que los ingleses son (contradictoriamente) serenos, pero de mal humor; fraternales y engreídos; justos mas codiciosos; altivos y no obstante atentos; hipócritas y también nobles; impasibles y graciosos. Semejante cadena de opuestos —no haría falta decir—, aclara absolutamente nada. Esto me recuerda a un pronóstico astrológico que predice alegría y miseria para mañana, así como serenidad y tumulto, o ganancias al mismo tiempo que pérdidas.
Quizás así es como deben ser las cosas. Daniel Defoe escribió en 1701 que el inglés proviene "de una mezcla de todo tipo", de "esa cosa heterogénea".[23] En 2004, la periodista Amelia Hill desestimó este esfuerzo por completo: "salvo por los acantilados blancos y el mal tiempo, nada en Inglaterra es para siempre y, por muy antigua que sea la búsqueda por la esencia de la inglesidad, se trata de una cacería falaz".[24]
Los acantilados blancos de Dover. |
Paradójicamente, David Hume fue más allá negando la propia validez del tema: "Los ingleses, de todos los pueblos del universo, tienen el menor carácter nacional, a menos que esta misma singularidad cuente como tal".[25] Y si esto era verdad en 1748, cuánto más cierto hoy, luego de la inmigración a gran escala.
Con esta reflexión, mi estudio impresionista llega a su fin, dejándome aturdido. Estando más triste y no más sabio, dejo la búsqueda del carácter nacional inglés para regresar a un tema más fácil que suelo estudiar, el Medio Oriente.
Daniel Pipes (DanielPipes.org, @DanielPipes), el presidente del Middle East Forum, visitó Inglaterra por primera vez en 1953. © 2020 por Daniel Pipes. Todos los derechos reservados.
Daniel Pipes con la bomba de agua de la capilla del King's College, cuando todavía tenía una manija. En Cambridge, Inglaterra, en septiembre de 1953. |
Actualización del 3 de febrero de 2021: Tan solo días después de la publicación de este artículo, una "sección enorme" de los acantilados blancos de Dover cayó al mar y fue capturada en video.
[1] David Hume, "Of National Characters", The Philosophical Works (Edinburgo: Black and Tait, 1826), Vol. 3, p. 234. Traducción del original en inglés.
[2] Mandell Creighton, The English National Character (Londres: Henry Frowde, 1896), pp. 8, 11. Traducción del original en inglés. Alternativamente, Krishan Kumar, The Making of English National Identity (Cambridge: Cambridge University Press, 2003) ve la "inglesidad" (Englishness) como una identidad secundaria frente a la "britanidad" (Britishness) y sus ambiciones imperiales.
[3] John Stuart Mill, The Collected Works of John Stuart Mill, ed. John M. Robson (Londres: Routledge, 1963-1991), vol. 13, pp. 459-60. Traducción del original en inglés.
[4] Stanley Baldwin, "What England Means to Me", discurso a la Royal Society de St George, 6 de mayo de 1924. Traducción del original en inglés. Baldwin escribió luego un libro entero sobre este tema: The Englishman (Londres: Longmans Green & Co., 1940).
[5] David Cameron, "Speech to the Foreign Policy Centre Thinktank," The Guardian, 24 de agosto de 2005. Traducción del original en inglés. Otro primer ministro británico, John Major, caracterizó a Gran Bretaña como "el país de largas sombras en los terrenos [de críquet] del condado, cerveza caliente, suburbios verdes invencibles, de los amantes de los perros y de los que llenan fondos [apostadores de fútbol] y —como dijo George Orwell—, 'solteronas en bicicleta a la Santa Comunión a través de la niebla de la mañana'". Traducido del inglés original. Ver "Mr Major's Speech to Conservative Group for Europe," johnmajorarchive.org, 22 de abril de 1993, accedido el 12 de diciembre de 2020.
[6] Edmund Dale, National Life and Character in the Mirror of Early English Literature (Cambridge, Eng.: At the University Press, 1907), p. 323. Traducción del inglés original. Paul Langford explora este tema en una era posterior en Englishness Identified: Manners and Character 1650–1850 (Oxford: Oxford University Press, 2001).
[7] George Orwell, England Your England (Londres: Secker & Warburg, 1941). Traducción del inglés original.
[8] W. Somerset Maugham, prefacio, The Complete Plays, vol. 2, p. xii. Traducción del inglés original.
[9] Geoffrey Gorer, Exploring English Character (New York: Criterion, 1955), p. 287. Traducción del inglés original.
[10] Comunicación personal por la aplicación Telegram, 12 de diciembre de 2020. Traducido del inglés original.
[11] Honoré de Balzac, Illusions perdues (París: Club français du livre, 1962), vol. 4, p. 1067.
[12] Salvador de Madariaga, Englishmen, Frenchmen, Spaniards: An Essay in Comparative Psychology (Londres: Oxford University Press, 1928), pp. 1-8.
[13] Maciamo Hay, "What Makes English People So Typically English?" Eupedia, sin fecha.
[14] Ralph Waldo Emerson, English Traits (Boston: Houghton Mifflin, 1876), p. 102. Del término original en inglés pluck.
[15] Henry Steele Commager, "What the English Are," New York Times, 20 de noviembre de 1955. Traducido del original en inglés.
[16] Lee Glendinning, "A Typical Briton: Uptight But Witty," Guardian, 16 de noviembre de 2004. Traducido del inglés original.
[17] Citado en Bernard Lewis, The Muslim Discovery of Europe (New York: W. W. Norton, 1982), p. 174.
[18] Muhammad Basha al-Makhzumi, Khatirat Jamal ad-Din al-Afghani al-Husayni (Beirut: Yusuf Sadr, 1931), p. 131. Cita traducida de la traducción del autor.
[19] Jahangir Amuzegar, The Dynamics of the Iranian Revolution: The Pahlavis Triumph and Tragedy (Albany, N.Y.: State University of New York Press, 1991), pp. 99-100. Traducción del inglés original.
[20] M. Sıddık Gümüş, Confessions of a British Spy and British Enmity Against Islam, 13 ed., (Estambul: Hakīkat Kitâbevi, 2013), p. 75.
[21] Gorer, Exploring English Character (op.cit.), p. 286. Traducción del inglés original.
[22] Peter Mandler, The English National Character: The History of an Idea from Edmund Burke to Tony Blair (New Haven: Yale University Press, 2006). En contraste, Arthur Bryant, en The National Character (Londres: Longmans, Green, 1935) vio el carácter nacional inglés como básicamente estancado.
[23] Daniel Defoe, "The True-Born Englishman: A Satyr", en The Novels and Miscellaneous Works of Daniel De Foe, Vol. 5 (Londres: Henry G. Bohn, 1855). Traducción del inglés original.
[24] Amelia Hill, "The English Identity Crisis: Who Do You Think You Are?" The Guardian, 12 de junio de 2004. Traducción del inglés original.
[25] Hume, "Of National Characters", Vol. 3 (op.cit.), p. 235.
Un hotel ingles típico y la foto escogida por The Critic para la publicación original de este artículo. |
Un estereotipo tranquilizador. |