Al-Jazira es noticia de nuevo. Las autoridades iraquíes cierran las oficinas del canal Qatarí en Bagdad, citando "la violencia que está defendiendo, incitando al odio y a los problemas y tensiones raciales". El partido demócrata norteamericano decidió retirar la pancarta de Al-Jazira de su conferencia nacional, para que no fuera televisada en todo el mundo.
Pero en Canadá, en el mayor escándalo de telecomunicaciones durante décadas, Al-Jazira logró la licencia de emisión a través de las prístinas y políticamente correctas ondas de Canadá. Este éxito inverosímil en Canadá de un canal islamista, antisemita y pro - terrorista fue logrado al ganar una provisión especial no disponible para el Canal de Noticias de la Fox, la cadena estatal italiana RAI, o una emisora local con sede en Quebec City - una provisión completamente llena de implicaciones.
Primero, algo de contexto: La Comisión Canadiense de Radiotelevisión y Telecomunicaciones (CRTC) fue fundada en 1968 para decidir quién emite en Canadá, y ha entendido siempre que su labor primera era servir como baluarte contra la programación norteamericana, temiendo que el gigante del sur abrumara el talento de casa. El criterio principal para que una cadena extranjera logre el acceso a Canadá es la no competencia con las compañías ya presentes en el mercado Canadiense, mas la existencia de demanda del consumidor de su producto.
Después, en 1986-87, la restricción del "comentario abusivo" se convirtió en una responsabilidad de la CRTC, después de que las "leyes anti - odio" de Canadá enmendasen el Código Penal, el Acta de Emisión, y otros estatutos de derechos humanos. Su única palanca sin embargo, era conceder o revocar licencias de entre 5 y 7 años, aunque en algunos casos, puede revocar una licencia antes. La CRTC carece de fondos para supervisar las cadenas por su cuenta, así que responde a las quejas, las investiga, y si las confirma autoriza o revoca licencias.
Por ejemplo, a comienzos de julio, la CRTC revocó la licencia de la radio de Quebec CHOI, con el argumento de "comentarios abusivos". CHOI es una emisora legítima, pero muestra una agenda políticamente incorrecta, ofendiendo regularmente a gays, mujeres, y a otros. CHOI hizo caso omiso de las advertencias de la CRTC de que cambiara sus formas y consiguió que la cerraran. Obsérvese que la CRTC no hizo tentativa alguna de separar el grano de la paja, bloquear unos cuantos shows, o llamar la atención a algunos anunciantes. Revocó la licencia de CHOI, simple y llanamente.
Uno esperaría de modo similar que a Al-Jazira, también una emisora legítima pero infame por sus "comentarios abusivos", le fuera negada una licencia. Pero en este caso la CRTC encontró un modo creativo de rodear su propio criterio. Invitó a distribuidores potenciales de Al-Jazira a que supervisaran de cara a la conformidad, suprimieran los programas que fuera necesario, y guardaran las cintas para revisión. La CRTC invitó efectivamente a los distribuidores a que editaran los materiales que contravinieran las leyes anti - odio de Canadá, minimizando las quejas de tal modo y asegurándose de que Al-Jazira continúa emitiendo.
Esta decisión fue tomada a pesar de no existir dudas de que Al-Jazira emite material desagradable. El Secretario de Estado Colin Powell destaca que Al-Jazira "aprovecha cada oportunidad para retocar las noticias y presentarlas del modo más indignante posible" deliberadamente "con el fin de inflamar el mundo y defender los instintos más bajos". El presidente de la CRTC, Charles Dalfen, afirmó que parte del material revisado en las audiencias de la comisión sostuvo con respecto a los judíos "odio y desprecio con el argumento de la religión". Los ejemplos incluyen:
- Una entrevista con un muftí que dijo que "no puede haber paz con los judíos porque dan asco y utilizan la sangre de los árabes en las vacaciones [sic] de Pascua y Purim".
- Un E-mail en el programa de Al-Jazira La Dirección Contraria reza que "[los judíos son] los descendientes de los cerdos con los monos [quiénes] no serán disuadidos a menos que haya un verdadero Holocausto que los extermine a todos de una vez".
- Una entrevista con el líder del Ku Kux Klan David Duke; Duke está vetado en todos los canales de Canadá.
El diputado por Montreal Jacques Saada concluye que "Al-Jazira es un canal que tiene un largo historial de permitir la distribución de materiales contrarios a nuestras leyes y Carta canadienses". El diputado por Toronto Art Eggleton está deacuerdo: "El odio distribuido a través de las ondas por Al-Jazira puede muy bien contravenir las leyes de odio de Canadá". Esto tampoco es una preocupación teórica, dado que tanto Montreal como Toronto mostraron un máximo de criminalidad entre inmigrantes de Oriente Medio contra judíos.
(La autoridad de emisión francesa, la CSA, prohibió que la televisión vía satélite de Hezboláh, Al-Manar, emitiera en Francia desde el 28 de julio, debido a su "contenido antisemita". Llevaba emitiendo desde septiembre del 2002, durante un momento en el que los crímenes de odio contra los judíos se duplicaron en Francia, y casi la mitad de los judíos franceses hablan hoy de dejar Francia).
La concesión sin precedentes de emitir Al-Jazira ha provocado ceños fruncidos entre los que esperaban Fox News en Canadá. Acusan a la CRTC de parcialidad, dado que las solicitudes de Fox han sido denegadas durante cuatro años - aunque tiene un punto de vista legítimo y ciertamente no plantea problemas de "comentarios abusivos". La alegación del CRTC de que Fox no cumple su criterio de no competencia es dudosa, dado que la opinión conservadora de Fox no está presente en ninguno de sus competidores principales, la Canadian Broadcast Corporation y CNN.
Queda entonces la cuestión de la cuota de mercado, según lo establecido por el precedente de la RAI. Este canal propiedad del gobierno italiano intentó entrar en el mercado canadiense y una solicitud a la CRTC de 100.000 firmas apoyó la solicitud, pero fue denegada con el argumento de que otra emisora, Telelatino, ya servía a los 469.485 canadienses de lengua italiana. Si las regulaciones fueran aplicadas de modo consistente, la existencia de otros canales de habla árabe en Canadá (ART América, Ana Canadá, Arab TV Network, ART movies) que sirven a los 199.940 canadienses de lengua árabe sería motivo de rechazo de Al-Jazira. (Y el mismo día en que Al-Jazira fue aceptada, la LBC, otro canal de lengua árabe, fue rechazado).
A pesar de estas muchas concesiones a Al-Jazira, sus defensores han expresado su descontento, al concluir que su tratamiento no es lo bastante especial. La oficina canadiense del Council on American - Islamic Relations invitó a sus seguidores a que "CONTACTARAN a la CRTC. Solicíteles que revoquen sus restricciones". Los candidatos a distribuidores se quejan de que la tarea de limpiar Al-Jazira es demasiado desalentadora. "Tendríamos que tener alguien 24 horas al día, siete días a la semana, que hablara árabe, que entendiera los estándares canadienses de difusión, y después ser capaces de cortar los trozos concretos de programación", lloriquea Peter Bissonette, presidente de Shaw Communications.
Que la CRTC ha aplicado normas nuevas y exclusivas sólo para Al-Jazira encaja en un patrón más amplio de concesiones hechas a islamistas en todo Occidente. Una piscina municipal de Francia pone en marcha horas exclusivas para mujeres. Un juez británico acuerda prohibir que judíos e hindúes sean jurado para juzgar a un musulmán. El Departamento de Estado de Estados Unidos nombra un órgano consultivo exclusivamente de musulmanes. El gobierno de Argentina dona terreno para construir una mezquita.
Los musulmanes tienen derechos iguales; no son poseedores de derechos especiales. Los gobiernos occidentales necesitan dejar claro este punto a menudo, constantemente, y con énfasis.