En la medida que crece la frustración israelí por la violencia procedente de la Franja de Gaza, la idea de una invasión terrestre —una para terminar de una vez por todas con la agresión de Hamás—, se vuelve más atractiva. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha endorsado este enfoque diciendo que "probablemente no habrá otra alternativa salvo tumbar el régimen de Hamás". Aunque soy empático ante estos impulsos, me preocupa que se le esté prestando demasiada atención a las tácticas y poco tiempo a los objetivos. El resultado podría ser dañino para el principal aliado de Estados Unidos en Oriente Medio.
Las actitudes hacia la cuestión de Gaza están cambiando. Efraim Inbar, el estratega que encabeza el Jerusalem Institute for Security Studies, abogó durante años por "cortar el césped" como la "estrategia de Israel en un conflicto prologando como irresoluble". Con esto, abogaba por ocasionalmente recordarles, a los líderes de Hamás y a otros gazatíes, del poder abrumador de Israel. Implícita en esta aproximación está la noción de que Israel acepta, la mayor parte del tiempo, la agresión de Gaza, con sus consiguientes daños a la vida y la propiedad. Tan recientemente como mayo de 2019, Inbar minimizó la amenaza palestina a Israel como "una molestia estratégica".
Efraim Inbar es miembro de redacción (writting fellow) en el Middle East Forum. |
Sin embargo, Inbar ha reconocido recientemente los altísimos costos que trae esta pasividad, llamando ahora a una "invasión terrestre restringida" de Gaza. ¿Por qué? Pues, porque "una operación terrestre a corto plazo traerá mejores resultados que la actividad de Israel hasta ahora [eso es, podar el césped]. Necesitamos maniobrar dentro del territorio enemigo, localizarlos y destruirlos, o bien atar las manos de sus miembros".
Otros están de acuerdo. Por ejemplo, Ayelet Shaked, líder del partido Nueva Derecha, pide una operación militar en Gaza a gran escala: "Debemos escoger el mejor momento para nosotros, evacuar a los ciudadanos israelíes que viven en las ciudades a lo largo de la frontera con Gaza, y así tener nosotros la mayor flexibilidad, debiendo nosotros erradicar el terror estando adentro de Gaza".
A estos análisis respondo con el simple pero profundo consejo de Carl von Clausewitz: primero decide tu política, luego tu estrategia, y recién entonces tu táctica. Puesto de otro modo, en español simple: Decidan primero lo que quieren lograr mediante el uso de la fuerza, luego definan en líneas generales cuál es su enfoque, y solo así podrán determinar los medios específicos.
"Sobre la guerra" (Vom Kriege) de Carl von Clausewitz apareció en 1832. Hasta hoy es considerada la guía más reconocida y autorizada para llevar a cabo la guerra. |
Desde esta perspectiva, discutir sobre una presunta invasión terrestre para derrocar a Hamás es debatir una táctica. Esto no debería ser el tema de conversación hasta en tanto no se haya decidido el objetivo y los medios para lograrlo. Empezar enfocándose en las tácticas supone el riesgo de perder de vista el propósito final.
Por consiguiente, ¿cuál debería ser el objetivo de Israel en Gaza?
La demostración ocasional de fuerza contra los intereses de Hamás ha fracasado, al igual que la destrucción de la infraestructura de Gaza. Lo mismo sucedió con la política opuesta de buena voluntad y con la perspectiva de prosperidad económica. Por lo tanto, es hora de algo completamente diferente; y dar con un objetivo que trascienda el envío de señales y el castigo de fechorías. Algo mucho más ambicioso.
Los bombardeos aéreos israelíes en la ciudad de Gaza en 2014 no tuvieron el efecto deseado. |
La victoria es uno de esos objetivos. Es decir, apuntar a imponer un sentido de derrota a los gazatíes, desde el jefe de Hamás hasta el barrendero más humilde. Apuntar a una victoria de Israel está totalmente de acuerdo con los objetivos históricos de la guerra, pero está fuera de sintonía con nuestros tiempos. Hoy por hoy palabras como "victoria" y "derrota" han desaparecido del léxico de la guerra occidental. El sistema de seguridad israelí busca una paz justa y tranquila con los palestinos. El profesor Inbar habla por ellos cuando minimiza el objetivo de una victoria sobre Hamás como algo "ingenuo".
Las negociaciones, la mediación, el compromiso, las concesiones, y otros medios suaves han reemplazado a la victoria. Estos suenan bien, pero han fracaso en la arena israelí-palestina desde 1993. Persistir ciegamente con ellos traerá más destrucción y muerte.
Si imponer un sentido de derrota sobre los gazatíes es el objetico, ¿cuál es la estrategia y cuales las tácticas? Estas no pueden ser decididas por adelantado. Requieren de un estudio detallado y contemporáneo sobre la psicología de la población de Gaza. Las preguntas a ser respondidas podrían incluir:
- La privación de alimentos, agua, combustible y medicina en retaliación por ataques contra Israel, ¿inspiran un sentido de resistencia (muqawama) y perseverancia (sumud) entre los gazatíes o rompen su voluntad?
- La misma pregunta en relación con la destrucción de hogares, edificios e infraestructura.
- Acabar con el liderazgo de Hamás, ¿paralizaría a la población o provocaría una insurrección?
El establecimiento de seguridad de Israel necesita explorar estos y otros temas relacionados para trazar una estrategia sólida y ofrecer consejos robustos al liderazgo político. Una vez hecho esto, habiendo escogido la victoria como objetivo, Israel podrá finalmente abordar el problema, hasta ahora irresoluble, de Gaza.
Daniel Pipes (DanielPipes.org, @DanielPipes), president del Middle East Forum, enseño "Estrategia y Política" en la Escuela Naval de Guerra de Estados Unidos. © 2019 by Daniel Pipes. Todos los derechos reservados.
Ilustración del Washington Times. |