Israel siguió dos políticas opuestas hacia Hamas desde el 7 de octubre: destruir a la organización y hacer un acuerdo con él. Este desafortunado enfoque de dos vías resultó en muchos costos para Israel. La eliminación de Ismail Haniyeh el miércoles tal vez marca el fin de esta indecisión prolongada.
La política anterior, victoria sobre Hamas, tiene amplio atractivo y es pronunciada a menudo por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu. Yo cuento 182 menciones de "victoria" de su parte en 63 declaraciones discretas. "Nuestra victoria es la victoria de ustedes," dijo él el 6 de junio en la televisión francesa. "Nuestra victoria es la victoria de Israel contra el antisemitismo. Es la victoria de la civilización judeo-cristiana contra la barbarie. Es la victoria de Francia."
El Sr. Netanyahu habla de "victoria completa," "victoria total," "victoria clara," 'victoria absoluta, "victoria decisiva" y "victoria plena." El llevó una gorra de béisbol de "Victoria Total" en su vuelo a Estados Unidos la semana pasada y en su visita con Donald Trump.
Pero el Sr. Netanyahu también persigue la segunda política: negociar con Hamas y permitirle sobrevivir a cambio de la liberación de los rehenes israelíes. Al aceptar regatear con Hamas, el Sr. Netanyahu presta atención a las demandas de dos poderosos grupos de presión. Los gobiernos occidentales y muchos árabes quieren un acuerdo de rehenes, al que ven como la mejor forma de prevenir una conflagración regional. El combate ya incluye a Irán, Siria, Líbano, Jordania, Arabia Saudita, Gaza, el Mar Rojo y Yemen; los gobiernos temen que más expansión arrastraría dentro a sus fuerzas.
Un lobby local presiona al gobierno de Israel para que haga del retorno de los rehenes su objetivo supremo. Sus miembros marchan en las calles, ocupan el parlamento, reclutan a partidos de oposición, y hacen rodar teorías de conspiración. Este lobby incluye a líderes militares. "La liberación de todos los rehenes es la misión suprema de la guerra, antes de cualquier misión y en lo alto de nuestras prioridades," dijo en una concentración el Mayor General (res.) Noam Tibon. El Mayor General Amos Gilad (res.) declaró: "Ninguna victoria es posible sobre Hamas si ésta más tarde resulta que no se hizo todo lo posible para recuperarlos. Un intercambio es una cuestión de seguridad nacional."
Durante cerca de 10 meses, el Sr. Netanyahu se equivocó entre la victoria y los rehenes. El ordenó un ataque militar en Gaza que redujo mucho las capacidades de Hamas aun cuando envió emisarios a ciudades extranjeras para llegar a un acuerdo con él. El habló de "victoria total" mientras trataba de no provocar a sus aliados extranjeros o enemigos internos. La indecisión también evitó la posibilidad de que la coalición gobernante colapse durante tiempos de guerra. El Sr. Netanyahu pospuso elecciones difíciles.
Pero si la indecisión tenía una lógica interna, tenía tres importantes costos. Primero, condenaba a los rehenes a más sufrimiento. Ellos no obtenían la liberación, ya sea a través de un acuerdo o a través de una victoria israelí. Para citar a Tikvah, una organización de familias de rehenes: "La forma más correcta y eficaz de recuperar a los rehenes es aplicando presión intransigente sobre Hamas, hasta que los rehenes se conviertan en una responsabilidad para Hamas en lugar de un activo."
Segundo, la indecisión exacerbó el disenso dentro del estado judío, donde un argumento interminable entre los israelíes se hizo más acalorado e incluso violento.
Tercero, dañó la seguridad de los israelíes. El país, que una vez hizo de "ninguna negociación con los terroristas" su mantra y llevó a cabo su operativo en Entebbe en 1976 ahora llamó al retorno de los rehenes "la misión suprema." Esto hace del secuestro una herramienta poderosa de guerra e invita implícitamente a más secuestros.
El drama y atrevimiento de matar a Haniyeh en una visita ceremonial a Irán parece terminar la indecisión. El Sr. Netanyahu ha arrojado el guante, indicando que Israel tiene intención de aplastar a Hamas y ganar en lugar de negociar con él y permitirle sobrevivir.
Como siempre, la victoria requiere mayor bravura y sacrificios, haciéndola la opción más difícil. Como siempre, sólo ofrece éxito.
El Sr. Pipes es presidente del Foro de Medio Oriente y autor de "Victoria de Israel: Cómo los Sionistas Obtendrán Aceptación y los Palestinos Serán Liberados."