Zacarías Moussaoui, de 36 años, un nacional francés de origen marroquí, se declaró culpable de seis cargos de conspiración para cometer terrorismo el 22 de abril del 2005. Dice que se proponía participar en un ataque aéreo post-11 de Septiembre contra la Casa Blanca. "Llegué a los Estados Unidos de América para formar parte, vale, de una conspiración para utilizar el avión como arma de destrucción masiva, una declaración de intenciones para atacar la Casa Blanca, pero esta conspiración era una conspiración distinta de la del 11 de Septiembre".
Nunca logró secuestrar un avión porque dos miembros del personal de la escuela de aviación en la que Moussaoui se apuntó, Tim Nelson y Hugh Sims, se olieron algo raro y alertaron a las fuerzas del orden. En su primera entrevista pública, con Greg Gordon, del Minneapolis Star Tribune, los dos hombres relatan una historia fascinante, siniestra e instructiva.
Moussaoui escribió inicialmente a Matthew Tierney, de la Pan Am International Flight Academy en mayo del 2001, utilizando una cuenta de Hotmail con el nombre "zulú mantangotango". Su inglés dejaba que desear:
Hola, señora Matt, soy la señora Zacarías. Necesito básicamente saber si usted puede ayudar a alcanzar mi "meta" mi sueño. Quisiera volar de un estilo de modales "profesional" una de las líneas aéreas grandes. El nivel que quisiera alcanzar es poder despegar y aterrizar, manejar las comunicaciones ATC [control del tráfico aéreo]. … De algún modo, ser capaz de pilotar uno de estos Gran Pájaro, aunque no soy un piloto profesional verdadero.
Por "Gran Pájaro", Moussaoui quería decir un 747-400, el último modelo de jumbo jet de gran carga de Boeing, que transporta a más de 500 pasajeros. Quería realizar un viaje simulado de Nueva York a Londres. Admitiendo horas de vuelo limitado en un Cessna de un sólo motor, escribió, "sé que podría ser mejor pero estoy seguro de que puedes hacer algo. Después de todo, estamos en AMÉRICA, y todo es posible".
La academia Pan Am le aceptó para instrucción y Moussaoui se presentó a comienzos de agosto del 2001 en su escuela de Eagen, Minnesota, no lejos de Minneapolis. Nelson y Sims sospecharon por separado de casi todo lo de Moussaoui.
- Era un estudiante solitario que llegaba por su propia cuenta, mientras que los estudiantes de 747-400 normalmente llegan en grupos enviados por una línea aérea.
- Había volado principalmente en un Cessna de un motor, pero quería entrenarse para volar en el mayor avión de la flota comercial. Sims le preguntó "¿por qué gastar tanto dinero?". Moussaoui contestó que quería "una aventura" o "una experiencia gratificante". A su instructor, Clancy Prevost, le dijo que era "algo para el ego" de lo que jactarse delante de sus amigos.
- Afirmaba ser un consultor internacional de negocios de importación - exportación, pero no encajaba en el perfil. Carecía de tarjeta de crédito, abonando $8.300, la mayor parte en billetes de cien dólares. Vestía mal, apareciendo en camiseta, vaqueros, gorra de béisbol y zapatillas de tenis. Nelson observó, "vale, vaqueros cutres, camiseta cutre, gorra cutre. Si paga este dineral por divertirse, espero ver Rolex y Gucci".
- Le faltó abonar un par de cientos de dólares en su cuenta a Pan Am, socavando su afirmación de ser un empresario rico.
- Carecía de licencia de piloto de cualquier clase.
- Había volado 57 horas en una escuela de vuelo de Oklahoma, pero le faltaba aún volar en solitario, lo que indica una tremenda incompetencia que le habría acarreado abandonar su "sueño" de pilotar.
- Prevost encontró a Moussaoui reticente a hablar acerca de sí mismo, pero volvió la conversación a un accidente aéreo que implicó un vuelo que llevaba peregrinos del hajj a La Meca. Casualmente, indagó si Moussaoui era musulmán. Una declaración jurada del FBI lo narra desde ahí: "Prevost describe la reacción de Moussaoui como de sorpresa y precaución. … Cuando se recuperó, Moussaoui le informó de que no era musulmán".
- Cuando Nelson descubrió que Moussaoui hablaba árabe como lenguaje natal, su respuesta fue, "Oh, bien, un golpe más".
- Moussaoui preguntó por la posibilidad de que el piloto cortara el oxígeno a los pasajeros.
Prevost describió a Moussaoui como "exactamente un tipo raro", y dijo "hay algo que no encaja con este tío". Gordon informa que Alan McHale, encargado del entrenamiento de los pilotos de Pan Am, reunió todos estos factores y llamó a la central de Pan Am para despejar sus dudas, pero un comercial de la compañía contestó, "Alan, es un cliente que paga. Él pagó. Déjelo en paz".
Cerrados así los canales oficiales, Nelson y Sims decidieron por separado recurrir a la ruta oficiosa, y cada uno a iniciativa propia llamó a la oficina de Minneapolis del FBI. Nelson contactó con Dave Rapp, un agente de contraterrorismo. "He aquí mi postura", recuerda Nelson decir a Rapp, "Estoy dando parte de un cliente. Me estoy jugando el cuello. Voy a ser o un héroe o un cabrón. … Si estoy equivocado, probablemente vaya a costarme mi trabajo". Dijo que "preferiría llamar y estar equivocado que llamar y tener razón".
Una hora o dos más tarde, agentes del FBI acudían a las instalaciones de Pan Am en Eagen, preguntando por Moussaoui. Le arrestaron el 17 de agosto bajo cargos de inmigración. No se capturó a los otros operativos de Al-Qaeda, y sólo Moussaoui ingresó en prisión en solitario mientras sus compañeros aspirantes a piloto secuestraban cuatro aviones de pasajeros el 11 de Septiembre.
Comentarios: (1) Cómo puede uno pasar por alto tan poco tacto, cuando Moussaoui escribió a la escuela de vuelo, "después de todo, estamos en AMÉRICA, y todo es posible". O que negara ser musulmán. El cinismo y la falsedad de los islamistas no conoce límites.
(2) En perspectiva, que Moussaoui cometiera irregularidades en inmigración fue terriblemente conveniente; ¿cómo le habrían mantenido al margen de sus planes las fuerzas del orden de estar legalmente limpio?.
(3) "Me estoy jugando el cuello. Voy a ser o un héroe o un cabrón", dijo Nelson. Fue perversamente afortunado de que Moussaoui resultara ser un aprendiz de terrorista; de no haberlo sido, Nelson bien podría haber perdido su trabajo. Pero las reglas necesitan cambiarse de modo que una persona que sospeche de terrorismo en ciernes no pague tal precio si su corazonada resulta estar equivocada.