El terrorismo llega generalmente de forma súbita, pero no así las cuatro explosiones de ayer en Londres, que mataron al menos a 37 personas. Algunos líderes islamistas británicos llevan meses avisando que era inminente tal violencia.
Un grupo islamista británico llamado Al-Muhajiroun - "los inmigrantes" en árabe - afirmó públicamente durante algún tiempo que Gran Bretaña era inmune a la violencia islamista a causa de su tolerante comportamiento hacia los musulmanes dentro de las fronteras del país. En una conversación en abril del 2004, Sayful Islam, de 24 años de edad, que dirige la rama en Luton de Al-Muhajiroun, anunciaba que él apoyaba a Osama Bin Laden "al 100%" en el reto de alcanzar "la dominación mundial del islam", pero continuó para expresar una aversión a perpetrar él mismo actos terroristas en Gran Bretaña.
Aún así, Sayful Islam aprobaba el terrorismo en Gran Bretaña en un sentido más amplio "Cuando tenga lugar aquí un ataque con explosivos, no estaré contra ello, ni siquiera si matase a mis propios hijos… Pero que yo me implique personalmente en actos de terrorismo en el Reino Unido va contra el islam, porque vivo aquí. Según el islam, tengo un convenio de seguridad con el Reino Unido mientras permitan que los musulmanes vivamos aquí en paz". Explicaba más. "Si quisiéramos implicarnos en el terrorismo, tendríamos que abandonar el país. Obrar de otro modo iría contra el islam".
¿Convenio de seguridad? ¿Qué es eso? En un artículo de agosto del 2004 del New Statesman, "Por qué Gran Bretaña les encanta a los terroristas", Jamie Campbell citaba al autor de Dentro de Al Qaeda, Mohamed Sifaoui, diciendo, "ha sido reconocido desde hace muchos por parte de los islamistas británicos, del gobierno británico y por las agencias de inteligencia británicas, que mientras Gran Bretaña garantice un cierto grado de libertad a Hassan Butt y sus iguales [un islamista abiertamente pro-terrorista], los ataques terroristas continuarán siendo planeados dentro de las fronteras del Reino Unido, pero no ocurrirán aquí".
El artículo del New Statesman extrajo de esto la conclusión perversamente irónica de que "la presencia activa y abierta de simpatizantes de terroristas islamistas en el Reino Unido hace al pueblo británico en la práctica más seguro, mientras los pueblos de otros países sufren todo el impacto de la planificación terrorista con base británica".
Un inmigrante sirio de Gran Bretaña que dirigió Al-Muhajiroun, Omar Bakri Mohammed, confirmó la existencia del convenio de seguridad, describiendo a los compañeros del profeta Mahoma, a los que el rey de Etiopía dio protección. Esa experiencia, dijo a la revista, llevó a la noción coránica de seguridad: Los musulmanes pueden no atacar a los habitantes de un país donde vivan seguros. Esto "hace inverosímil que los musulmanes de residencia británica lleven a cabo operaciones en el propio Reino Unido", decía el sr. Mohammed.
Pero en enero del 2005, el sr. Mohammed determinaba que el convenio de seguridad había concluido para los musulmanes británicos debido a la legislación antiterrorista post-11 de Septiembre, que significaba que "el conjunto de Gran Bretaña se ha convertido en Dar ur-Harb", o territorio abierto a conquista musulmana. Por lo tanto, en una referencia a los infieles, "los kuffar carecen de inviolabilidad sobre su propia vida o propiedades".
El país había pasado de asilo seguro a campo enemigo. Renovar el convenio de seguridad exigiría que las autoridades británicas retiraran la legislación y liberaran a los detenidos sin juicio. Si no lo hacen, los musulmanes británicos tienen que "unirse al bando islámico global contra el bando cruzado global".
El sr. Mohammed continuó amenazando abiertamente al pueblo británico: "Si el gobierno británico continúa con el modo en que trata a los musulmanes, la respuesta de los musulmanes será horrenda", planteando explícitamente la posibilidad de atentados suicida bajo dirección de Al-Qaeda. Los gobiernos occidentales deben saber que si no cambian su curso, los musulmanes "¡les daremos un 11 de Septiembre día tras día!".
Cuando Sean O'Neil y Yaakov Lappin, del London Times, preguntaron al sr. Mohammed por sus declaraciones acerca del convenio, él dijo que su definición de Gran Bretaña como Dar ul-Harb era "teórica", y proporcionó una reinterpretación no belicosa:
Significa que los musulmanes ya no pueden considerar más que tienen asilo y seguridad aquí, en consecuencia deberían considerar abandonar este país y volver a sus patrias. De otro modo, están bajo sospecha y obviamente no queremos ver que vivimos bajo sospecha.
En un momento con la guardia baja, sin embargo, el sr. Mohammed reconocía que para él, "la vida de un infiel carece de valor".
Las explosiones de ayer marcan el final del "convenio de seguridad". Esperemos que también marquen en final de una era de inocencia, y que las autoridades británicas comiencen ahora a prevenir el terrorismo en lugar de esperar a convertirse en sus víctimas.