Uno pensaría que Mahmoud Maawad, un inmigrante ilegal de 29 años de edad procedente de Egipto y residente en Memphis, Tenn., esperaría su oportunidad y se mantendría lejos de problemas. Pero no, hizo exactamente lo contrario de modo desafiante.
Utilizo un número falso de la Seguridad Social para abrir una cuenta bancaria, reunir útiles caseros y matricularse en la escuela de empresariales de la Universidad de Memphis. Trabajó en negro en una tienda local y a comienzos del 2005 vendió alcohol a un menor, por lo que fue arrestado. Y entonces, a mediados del 2005, encargó objetos relacionados con el transporte aéreo por valor de 3300 dólares en Sporty's Pilot Shop, incluyendo artículos tales como un uniforme de piloto comercial, una bolsa de vuelo, un manual de comunicaciones de radio y un DVD educativo titulado "Qué aspecto debe tener y cómo debe actuar un capitán de vuelo".
Para rematarlo, cargó la compra en una tarjeta de crédito con el límite sobrepasado.
Sporty's, como era de esperar, informó al FBI de la compra de Maawad y los agentes federales registraron su apartamento en septiembre. Allí encontraron software de simulación de vuelo e información detallada acerca del Aeropuerto Internacional de Memphis. Maawad fue entonces procesado por fraude bancario y uso fraudulento de un número de la Seguridad Social.
Mientras que está lejos de quedar demostrado que Maawad tuviera el terrorismo en mente, sus acciones son lo bastante sospechosas como para alistarle como miembro honorario en el recién creado "Club de Terroristas Atontados". Se une a muchísimos otros.
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Mohammed Salameh, el terrorista que volvió a la agencia de alquiler en 1993 para recuperar el depósito de 400 dólares que había pagado por una furgoneta utilizada posteriormente para volar el World Trade Center. Su tacañería llevó a su propia captura y a la de muchos otros terroristas.
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Zacarias Moussaoui, de quien se piensa que habría sido el vigésimo secuestrador de los atentados del 11 de septiembre del 2001, se encontraba en prisión en esa fecha porque su apariencia pobre y descuidada en una escuela de vuelo era tan discordante ("realmente hay algo raro en este tío") que dos miembros de su personal llamaron al FBI. En abril del 2005, Moussaoui se declaró culpable de seis cargos de conspiración para cometer actos de terrorismo.
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Michael Wagner, un converso afroamericano al islam vinculado con Al-Qaeda, no llevaba cinturón de seguridad y eso hizo que fuera parado por la policía en julio del 2004 cerca de Council Bluffs, Iowa. Su coche contenía "manuales de vuelo y un simulador, documentos en árabe, chalecos antibalas y gafas de visión nocturna, una mira de visión nocturna para un rifle, un telescopio, una pistola semiautomática de nueve milímetros y cientos de cargadores de munición".
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Zaynab Khadr, acusado por las autoridades canadienses de "haber participado voluntariamente y haber contribuido tanto directa como indirectamente a mejorar la capacidad de Al Qaeda de impulsar sus actividades criminales", volvió a Canadá en febrero con una carcasa de ordenador llena de documentos que las autoridades dicen "proporcionan una clara percepción de las tácticas, técnicas y procedimientos" de Al-Qaeda y de otros grupos.
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Sami Ibrahim Isa Abdel Hadi, de 39 años de edad, fue detenido en mayo en Ridgefield Park, N. Jersey, por conducir sin respetar la distancia de seguridad. Cuando un oficial de policía comprobó las matrículas de Carolina del Norte de Abdel Hadi, descubrió que Abdel Hadi había sido deportado a Brasil en diciembre del 2001 y que aparece en la base de datos del Centro Nacional de Información del Crimen del FBI. Lo que es más alarmante, tenía una tarjeta de identidad temporal válida que le permitía pintar el Puente George Washington (un blanco potencial terrorista de alto riesgo).
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Cuando una pandilla de Los Ángeles acusada de terror, la Asamblea del Islam Auténtico, necesitó dinero para armas, robó gasolineras en lugar de obtener los fondos legalmente. A uno de sus artistas del robo a mano armada se le cayó un teléfono móvil durante un atraco en junio, que la policía recuperó y utilizó para desenmarañar la trama y arrestar a los conspiradores.
Otros terroristas cortitos famosos incluyen a Yu Kikumura, miembro del Ejército Rojo Japonés cuyo comportamiento extraño incitó un registro de su coche en un área de descanso de New Jersey Turnpike en abril de 1988, descubriendo tres potentes exclusivos. O Timothy McVeigh, detenido en abril de 1995 porque a su coche le faltaba una matrícula, después de volar el edificio federal de Oklahoma City.
El contraterrorismo es un tema difícil, por lo que es una suerte que los terroristas actúen a menudo de manera tan necia.
¿Por qué no pueden mantenerse al margen de problemas hasta el gran día? En parte, porque los terroristas, al igual que los demás criminales, normalmente no son lo más inteligente del mundo; y en parte porque su ideología y odio les hacen despreciar al enemigo, llevándoles a correr riesgos innecesarios.
Como consecuencia, el resto de nosotros estamos algo más seguros.