Pipes es un polémico. Como uno de los abanderados del neoconservadurismo de Bush, su lucha frontal contra el islamismo radical le ha colocado en uno de los asientos más calientes de la actualidad. De formación académica intachable, Pipes ha cometido la osadía de publicar y comentar sus ideas. Ahí, en la arena de la opinión pública, se ha enfrentado a las más agudas críticas. Pero este hombre de voz ronca contesta siempre desde el altar del razonamiento incuestionable. Cree que la amenaza del islamismo radical es mucho más amplia de lo que algunos medios y políticos «progresistas» en Europa y EE UU se empeñan en transmitir y además, con tentáculos financieros y educativos extendidos por buena parte del mundo. Ninguna crítica puede romper la visión de este analista que todavía cree que en los conflictos internacionales debe haber vencedores y vencidos
Madrid - En un mundo en guerra de civilizaciones, Daniel Pipes abandera a los que insisten en la necesidad de preservar los valores tradicionales de la cultura occidental frente a aquellos que preconizan el multiculturalismo como forma de vida en este siglo. Pipes asiste esta semana al campus de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que se celebra en Navacerrada y que se centrará, en su primer curso en el futuro de la democracia liberal.
- ¿En qué momento se encuentra la guerra al terrorismo tal y como la planteó Bush tras el 11-S?
- La cosas no van bien. Hay una resistencia a gran escala en Estados Unidos, Europa y el mundo musulmán al entendimiento de la complejidad y escala de la amenaza del terrorismo internacional y del enemigo al que nos enfrentamos.
- ¿Es en Europa donde menos se teme el terrorismo?
- El terrorismo es sólo una parte del problema, no debemos enfocar la amenaza sólo desde este ángulo. Los atentados terroristas están ahora bastante más controlados que otros aspectos en esta batalla. El enemigo es el islamismo más radical. Algunos de los que lo apoyan usan el terrorismo como método de actuación. Pero hay otras vías de apoyo: financiera, cultural, legal, educativa.
- ¿Está el islam radical hoy más fuerte o más débil que tras el 11-S?
-Con algunas pocas excepciones, el islam radical está hoy más fuerte que en 2001.
-Varias filtraciones periodísticas han puesto luz sobre algunos de los programas secretos de EE UU contra el islamismo radical (vuelos de la CIA, escuchas telefónicas). ¿Son éstos todos o hay más?
-Creo que hay muchos redactores jefe de «The New York Times» que creen que la amenaza no es todo lo seria que otros decimos. Esta actitud ha permeado en buena parte de los medios de comunicación y de las sociedades occidentales. Lo que hacen es enfocar la amenaza como un problema policial y no como una guerra, y cuando lo tratas como un problema de cumplimiento de la ley, te pasas la mayor parte del tiempo resolviendo problemas legales y confiando en que al final la policía ganará. Esto es lo que hacen en el «Times» y muchos otros medios. Piensan que «no es tan grave, todo se resolverá».
-Este punto de vista está mucho más extendido todavía en los medios europeos.
- Así es. No hay una preocupación sobre quién será el vencedor al final de la batalla. Mientras, como en cualquier operación policial, nos pasamos el tiempo discutiendo si la propia operación es legal o no y muy poco en si la batalla tendrá éxito al final.
- Estamos a una semana del primer aniversario de los atentados en el metro de Londres. ¿Existe todavía la posibilidad de que ocurra otro atentado de esta magnitud en el futuro cercano?
- Seguro que sí. No podemos predecir los detalles exactos pero sí analizar la respuesta del Gobierno y el pueblo británicos al atentado. La respuesta inicial del Ejecutivo fue muy buena. Blair pronunció los discursos más bellos en los que puso el acento no sólo en el terrorismo sino en la amenaza global del islamismo radical. Desafortunadamente, estos mensajes han tenido muy poco impacto. La hipótesis de trabajo en Reino Unido en el último año es que si eres musulmán y consigues demostrar que no tienes conexión alguna con el terrorismo, entonces eres un musulmán moderado y estás a salvo. Esto es un terrible error.
- En Gran Bretaña, además, al hilo del aniversario han surgido los teóricos de la conspiración que reclaman que se les cuente la verdad porque dudan de todo. ¿Las conspiraciones ayudan o perjudican en la guerra contra el radicalismo?
- Me preocupa que estas teorías conspirativas o radicales sean practicadas. No creo en que deban ser censuradas, pero sí lamento que algunas de las mentes más preparadas e inteligentes de Occidente estén dispuestas a jugar con ellas.
- ¿Qué grupo es más peligroso, Hamas, Hizbulá o Al Qaida?
- Es difícil compararlas. Prefiero englobarlas a todas en un movimiento ideológico mundial, con conexiones en diversos lugares, con lenguajes distintos, que publica sus propios libros de texto, produce juegos de ordenador en los que se fomenta el terrorismo, que financia a terroristas suicidas y escuelas, etecétera. No es importante compararlas pero sí poner el acento en que es un movimiento muy dinámico, bien financiado, muy organizado, inteligente y ambicioso para cambiar no sólo los gobiernos en los países de mayoría musulmana, sino también en Occidente. Es un movimiento que busca la hegemonía global y la imposición de la Sharía (la ley islámica) en todo el mundo.
- ¿Dónde está el origen del movimiento?
- El verdadero comienzo se produce en los años 20 en lugares como Egipto e India, donde la lucha de sus pueblos contra el colonialismo produce un movimiento espontáneo para convertir el islam en una moderna forma de pensar. Les llevó cincuenta años llegar al poder en Irán en 1979 y desde entonces no ha hecho sino crecer y crecer. Este movimiento es, en última instancia, una apuesta intelectual, y la inyección ideológica llega desde Egipto y Pakistán.
- Valore el trabajo de Bush del 1 al 10 desde el 11-S.
- Ha hecho un gran trabajo en el entendimiento y el énfasis del problema. En este aspecto le daría un 8 o un 9. En la táctica para afrontar el problema no ha tenido tanto éxito. Dilapidó muy rápido la gran unidad que surgió del 11-S. Está claro que lo que hizo no le ha funcionado.
- ¿Ha perdido Bush la batalla por la opinión pública?
- Los campos de batalla de Irak o Afganistán o el del contraterrorismo no son los más importantes. La verdadera batalla es la supremacía por la opinión pública. Se trata de nuestra propia opinión sobre el enemigo, sea en EE UU, España o cualquier otro país, y ahí, la situación no ha ido demasiado bien.
- ¿Habrá retirada militar de EE UU de Irak este año?
- Hay muchas fuerzas en Estados Unidos que lo piden. Otra vez, todo dependerá de la opinión pública, que se está haciendo cada vez más impaciente con la presencia norteamericana en Irak, pero todavía no es una crisis interna sobre la que actuar.
- ¿Cambiará algo la muerte de Al Zarqawi en Irak?
- Es un error enfocar el problema en las personalidades porque éste es un movimiento que los reemplaza.
- Pero la estructura democrática del país deja todavía mucho que desear. ¿Es capaz el Gobierno iraquí de sacar esta situación adelante?
- Es un país extremadamente frágil y hasta superficial.
- ¿Entonces, cuál es la solución?
- También desde 2003 he defendido que deberíamos buscar a un hombre fuerte local porque es demasiado pronto para la democracia.
- ¿Que opinión le merece la apertura de negociaciones entre el Gobierno español y la banda terrorista ETA?
-Creo que es crítico que los terroristas dejen claro que han abandonado sus métodos terroristas, que renuncien a sus principios y se conviertan en un partido político. Sólo en ese momento se puede comenzar una negociación constructiva.
- ¿Es 2010 el año de la bomba nuclear iraní?
- Es una fecha muy razonable.
- ¿Tiene alguna posibilidad real de éxito la última propuesta occidental para frenar el programa nuclear de Irán?
- Todavía es un tema abierto. El personaje clave es Ali Jamenei, líder supremo del país y guía espiritual del movimiento, porque es él quien decide y no le hemos oído decir nada. El vociferante y agresivo Ahmadineyad es el encargado de pronunciarse en público. Cuándo y quién toma la decisión final de llevar adelante el programa nuclear a pesar de las consecuencias es todavía una incógnita.
- ¿Puede vencer el islamismo radical al occidentalismo en la actual guerra de civilizaciones?
- No creo que puedan ganar pero sí hacer una gran cantidad de daño. Igual que los comunistas durante la Guerra Fría, que sabían que no podían ganar pero hicieron mucho mal y provocaron decenas de miles de muertes. El número de fallecidos hoy por el islam radical es todavía bajo pero puede se mucho mayor en el futuro a medio plazo.
- Usted predijo los problemas que hoy tiene Israel tras la retirada unilateral de Gaza. ¿Puede este teatro empeorar aún más?
- La retirada de Gaza ha sido un gran error porque los israelíes han mandado el mensaje a los palestinos de que la violencia funciona. Funcionó en Líbano, de donde se retiraron. Puede funcionar en Cisjordania, donde hay planeada otra retirada. El mensaje es claro. Golpearnos otra vez y nos retiraremos. Los árabes han escuchado el mensaje alto y claro. Israel sólo se puede culpar a sí mismo.
- El muro que está construyendo Israel contra el terrorismo palestino ha sido calificado en Europa de vergüenza. ¿Está de acuerdo?
- No entiendo esta polémica. El Gobierno español construyó una valla de seis metros en Ceuta y Melilla. ¿Por qué esta valla es válida y la israelí no? En Estados Unidos tenemos un muro en la frontera con México.
La inmigración, el problema de este siglo
- ¿Puede la inmigración en masa que está abarrotando Europa provocar muertos en el futuro?
- Hay que mirar a algo más grande detrás de este fenómeno. Occidente tiene sociedades libres muy atractivas para la inmigración, lo que pone sobre la mesa un factor de llamada muy poderoso. Al mismo tiempo, las comunicaciones y el transporte han mejorado mucho en los últimos años. Esto ha provocado que los pobres en África piensen que «ya está bien, salgamos de aquí lo antes posible». El volumen de estas migraciones seguirá aumentando en los próximo años y se va a convertir en un asunto de principal preocupación durante las próximas décadas. En este panorama creo que se van a militarizar aún más las fronteras y éstas se van a acompañar de políticas mucho mas represivas. En este contexto, veo una gran ruptura entre los países ricos y pobres. Lo que ha ocurrido ahora en Canarias y antes en Ceuta y Melilla es una miniatura con lo que está por venir.
- ¿Trae la inmigración ilegal otros delitos de delincuencia común?
- En una situación en la que los inmigrantes llegan desesperados, sin ningún tipo de capacidad para generar dinero y sin ninguna aptitud profesional que desarrollar, el crimen y otras actividades asociadas al ambito delictivo son muy probables.
- El movimiento inmigrante en EE UU ha despertado este año. ¿Puede influir en su política?
- En EE UU éste es también un tema vital. Algo en común entre las migraciones en Europa y EE UU es la negativa de las poblaciones a aceptar a grandes números de inmigrantes. En EE UU, como en Europa, los políticos no muestran mucho interés por el problema y se ha creado una gran diferencia entre las élites y las masas. En el caso norteamericano, la inmigración es mayoritariamente de origen hispano y encaja bastante bien en el país. La diferencia entre Tijuana y San Diego, aunque grande, es mucho menor que entre Cádiz y Tánger.