El Presidente norteamericano George W. Bush ha sido numantino desde el 11 de Septiembre acerca de detener el terrorismo, pero dio un paso firme en la dirección opuesta es su discurso de ayer.
Debería haber dicho a los palestinos clara e inequívocamente que su vigésimo primer mes de violencia contra Israel es inaceptable y debe concluir antes de poder empezar cualquier conversación de recompensa. En su lugar, el Presidente esbozó su visión de un estado palestino "provisional" y exigió el final de lo que llamó "actividad israelí de asentamiento en los territorios ocupados". Ambas cosas constituyen beneficios muy importantes para los palestinos; como tales, representan recompensas a los atentados suicida, los ataques con francotiradores y las demás formas de terrorismo.
Esto no solamente perjudica a la proclamada guerra del Presidente contra el terrorismo, sino que envía una señal a los palestinos de esperar más recompensas a cambio de aún más violencia. Cierto, hubo mucho en su presentación acerca de las virtudes de las elecciones locales, la auditoria independiente y la economía de mercado, pero el único mensaje que se quedará es el crudo: el terrorismo rinde beneficios.
El trazado de Bush de la acción paso a continuación a cometer un gran número de errores acerca de las ideas específicas del conflicto palestino-israelí. He aquí algunas:
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Malinterpretar la opinión palestina: Bush afirma que solamente una reducida minoría de palestinos suscribe los medios o las opiniones de los terroristas. "El odio de unos cuantos mantiene en vilo las esperanzas de muchos". Pero esto es falso; casi todas las encuestas de opinión, el discurso político, los sermones de las mezquitas y otras indicaciones sugieren que una mayoría sustancial de palestinos apoya con entusiasmo la campaña de violencia contra Israel. Esto tiene la implicación arrolladora de que poner en práctica la democracia, como pide el Presidente, llevaría -- irónicamente -- a una política más agresiva contra Israel.
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Equivalencia moral: Bush da a entender un elemento común básico entre la desgracia de los israelíes que sufren el terrorismo y los palestinos que lo causan. "Es indefendible que los ciudadanos israelíes vivan en el terror. Es indefendible que los palestinos vivan en ocupación y dificultades". Para ver el error de estas declaraciones, cámbielas a "Es insostenible que los ciudadanos americanos vivan en el terror. Es insostenible que los afganos vivan en ocupación y dificultades".
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Victimología: Los palestinos "han sido tratados como peones" dice el Presidente norteamericano. No es así: desde 1967, los palestinos han tenido una voz cada vez más poderosa y autónoma a la hora de llevar sus propios asuntos. Especialmente desde la creación de la Autoridad Palestina en 1994, han tenido el control de su propio destino. Retratarlos como víctimas sugiere que se habrían comportado de manera distinta una vez hubieran tenido un estado propio. En la práctica todo apunta a la continuación de las actuales políticas.
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Buen gobierno como clave: "La verdadera reforma exigirá instituciones políticas y económicas completamente nuevas basadas en la democracia, la economía de mercado y la acción contra el terrorismo". Esto es una creencia conmovedora pero inocente en las maravillas de la institución gubernamental decente. Cierto, los líderes locales autónomos, las elecciones multipartidistas y los políticos honestos, todo es bueno, pero ¿cómo lleva a la reducción de las hostilidades? Esta opinión vuelve las cosas exactamente al revés: la democracia, la economía de mercado y el antiterrorismo solamente seguirán a un cambio mucho más fundamental, de nombre la disponibilidad palestina a aceptar la existencia de Israel. Un estado palestino que continúe buscando la destrucción del estado judío por naturaleza no puede ser democrático.
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Sobreenfatizar el terrorismo: "Simplemente no existe ningún modo de lograr la paz [palestino-israelí] hasta que todas las partes luchan contra el terror". El terrorismo palestino ha provocado tragedias terribles, pero no es el corazón del problema. El terrorismo, después de todo, no es sino una táctica al servicio de un objetivo bélico. Este objetivo bélico -- la destrucción de Israel – es el corazón del problema. Por ejemplo, es perfectamente posible imaginar un estado palestino futuro que renuncia al terrorismo y en su lugar amasa una fuerza convencional de aviones, tanques y barcos con los que atacar y destruir Israel. Según estas directrices, vale la pena notar que Bush no haga un llamamiento a reducir el tamaño de las fuerzas armadas de la AP.
Una casa no puede construirse a partir de un modelo que se equivoque en el terreno, el tamaño y la forma de los planos, y los materiales de construcción. De igual manera, un programa político no puede funcionar si se fundamenta en errores.
Al recompensar el terrorismo, el discurso de Bush obstaculiza el actual esfuerzo bélico; al malinterpretar la guerra palestino-israelí, se hace impracticable como esfuerzo serio de resolución de conflictos. En conjunto, representa una decepción y una oportunidad desperdiciada.