Las conversaciones sirio-israelíes se han derrumbado, quedando las negociaciones suspendidas indefinidamente. No obstante, si los sirios lo reconsideran y vuelven a la mesa de negociaciones, pende sobre las conversaciones un gran interrogante: ¿Qué compromisos económicos y militares va a asumir la administración Clinton?
La suma de dinero que se baraja parece elevarse con cada versión. A mediados de los 90 y apenas el pasado noviembre, la factura a presentarse al contribuyente estadounidense se situaba rutinariamente en torno a los 10.000 millones de dólares. Hacia diciembre, la cifra barajada normalmente había alcanzado los 17.000-18.000 millones de dólares. En enero, la cantidad saltaba a los 65,000-700.000 millones, y algunos hablan incluso de 100.000 millones de dólares.
Aunque esta cantidad de dinero se abonaría a lo largo de muchos años, sigue representando una cantidad sobrecogedoramente sustancial de dinero. Y mientras que la mayor parte de estos fondos irían a Israel -- en su mayoría destinados a reubicar bases y mejorar su arsenal para compensar la entrega de los Altos del Golán - una parte significativa irá a Siria, a ayudar a ese país a salir de sus problemas económicos y remediar su debilidad militar.
¿Qué piensan los estadounidenses ante la perspectiva de enviar dinero a Siria? Es, después de todo, un miembro sobresaliente de la lista de estados que apoyan el terrorismo y también un miembro veterano del exclusivo club de estados que toleran el tráfico de drogas. A los estadounidenses no les gusta la imagen ni un poco, y son muy consistentes en su opinión.
Por un margen casi exacto de 3 a 1, la muestra nacional de 1.000 votantes estadounidenses respondía a una encuesta encargada por el Middle East Forum (y realizada el 13 de enero por la firma John McLaughlin & Associates) que no tiene ningún deseo de ayudar a consolidar la economía siria. Siendo exactos, con el margen de error en el 3,1%, el porcentaje fue de 63,8% en contra, 21,2% a favor, y no sabe o no contesta el resto. Por un margen de casi 4 a 1 (el 66,5% frente al 16,9%), la muestra rechaza la idea de financiar al ejército sirio.
La perspectiva de enviar tropas estadounidenses a los Altos del Golán para servir de fuerza de pacificación entre Israel y Siria no complace a muchos votantes más. Preguntados acerca de lo que piensan de esta idea, de nuevo por un margen preciso de 3 a 1 (el 64% en contra, el 21,2% a favor), los encuestados desechaban taxativamente esta idea.
Aunque esto no representa un rechazo tajante, es necesario observar que ha tenido lugar un ligero movimiento a favor de utilizar tropas estadounidenses en el extranjero desde la última vez que el Forum planteó esta misma pregunta, con la misma formulación exactamente, el día de las elecciones de noviembre de 1994. La opinión en contra de enviar tropas estadounidenses entonces rondaba el 64,3% en contra y el 17,9% a favor.
Este ligero incremento en la aprobación podría deberse al éxito de la misión americana el año pasado contra Serbia, cuando la tecnología significó ganar una guerra sin soportar bajas.
La formulación adicional de preguntas revela una amplia reticencia a enviar dinero a Siria mientras su gobierno se comporte de manera inaceptable. Por el mismo margen considerable, nuestro grupo de estudio dice que el régimen debe tomar medidas concretas antes de que el Congreso estadounidense autorice cualquier ayuda financiera. ¿Deben ser retiradas primero las tropas que ocupan el vecino país del Líbano? Sí, contestan por un margen de casi 4 a 1 (el porcentaje es del 65,5% frente al 16,6%). ¿Debe expulsar primero a los grupos terroristas? Sí, responden 4 de cada 5 (el 68,2% frente al 16,9%). ¿Qué hay de poner fin a su incitación antiamericana, anti israelí y antisemita en los medios controlados por el estado y los libros de texto? Una vez más, la respuesta es tajantemente positiva, por un margen por encima de 3 a 1 (el 64,8% frente al 19,5%).
La consistencia de estas cifras -- la posición escéptica oscila en un estrecho margen de entre el 63,8% y el 68,2% -- queda confirmada además al examinar los detalles; ya nos fijemos en geografía, edad, ideología, nivel de ingresos, sexo o raza, el sentir es asombrosamente uniforme y se da con independencia de cualquier factor.
Este amplio consenso sugiere dos ideas principales. En primer lugar, la administración Clinton se tambalea en la cuerda floja si presume la disposición del Congreso a subsidiar a los dictadores totalitarios de Damasco. En segundo, la directiva de Israel debería andarse con cuidado al defender la financiación de Siria cuando esto va en contra de los deseos de las dos terceras partes de los estadounidenses. Tal maniobra bien podría tener consecuencias contra productivas a largo plazo para el estado judío.