A medida que la guerra de Afganistán pierde protagonismo, el debate de Irak se acalora.
El gobierno de Bush ha bajado algunos indicios fuertes sobre la necesidad de librar al mundo del régimen de Saddam Hussein. En respuesta, algunos han denunciado esta empresa. Sus puntos de vista discrepantes, que entran en seis clases principales, deben tenerse muy en cuenta.
Catástrofe: Una "gran catástrofe" se producirá si se golpea a un país árabe, predice el Rey de Jordania, Abdaláh II. El Ministro de Exteriores sirio Faruq al-Shara advierte de "problemas sin fin" si cualquier país árabe es bombardeado.
Suena siniestro - pero estos dos líderes olvidan explicar el motivo de que derrocar a Saddam vaya a ser tan terrible. O porqué sería peor que dejarle en el poder. Jidhir Hamza, ex jefe del programa nuclear de Irak, estima que su antiguo jefe tendrá "de tres a cinco cabezas nucleares en 2005." Teniendo en cuenta además la maldad y la agresión establecidas de Saddam, ésta sería la verdadera catástrofe, no que pierda su poder.
La coalición se derrumba: "Atacar a cualquier país árabe será el final de la armonía dentro de la alianza internacional contra el terrorismo", decía Amr Moussa, Secretario General de la Liga Árabe. Gernot Erler, del Partido Social Demócrata de Alemania, era más específico: Un ataque a Irak "sin duda significaría el fin de la amplia alianza política contra el terrorismo".
A lo que la respuesta sensata es - ¿Y qué? Los ataques del 11 de Septiembre se produjeron en los Estados Unidos, no en Egipto ni en Alemania. La prioridad estadounidense es ganar la guerra contra el terrorismo, no hacer nuevos amigos.
Además, la coalición es un escaparate. Sólo un país es realmente necesario para lanzar un ataque contra el régimen iraquí, dice el ex director de la CIA, James Woolsey. "Operar desde Turquía y desde portaaviones en el Golfo Pérsico", señala, debería de generar más incursiones de las que fueron posibles contra el Afganistán sin litoral.
Y Turquía parece estar dispuesto: El Ministro de Defensa Sabahattin Cakmakoglu decía recientemente que su gobierno podría reconsiderar la "cuestión iraquí", indicando la posible disposición de Turquía a ayudar a los Estados Unidos.
Desestabilizar a los regímenes árabes: "Los regímenes árabes se debilitarán considerablemente si son incapaces de impedir las operaciones contra Irak", estima el analista francés Gilles Kepel. "Esto sería altamente desestabilizador".
¿En serio? Lo más probable es que librar al mundo de Saddam estabilice a cada país de habla árabe, ya que ya no tendrán que preocuparse de su rapacidad y podrían relajarse. Mejor aún, el Congreso Nacional Iraquí (a la espera de los acontecimientos) da signos de creación de un gobierno democrático, y el gobierno kurdo del norte de Irak (en el poder) lo ha hecho ya.
Daños colaterales: Un ataque a Irak podría causar bajas civiles, nos dicen tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña como el príncipe saudí Turki bin Faisal. Cierto, pero el daño colateral palidece en comparación con el daño que Saddam inflige a su propio pueblo, ya sea gaseando a 5.000 un día de 1988 o agrediendo a los chiítas del sur de Irak durante más de una década.
Al igual que Afganistán, un ataque a Irak será una operación humanitaria que la población local celebrará.
Fortalecer a Saddam: Los ataques a Irak sólo pueden "reforzar la posición de Saddam en Irak y volver a la población más partidaria de él", advierte el príncipe Turki. Eso es ridículo.
Saddam no será más fuerte después de que Estados Unidos acabe con él por la sencilla razón de que no va a estar ahí. Un presidente George W. Bush dejó a Saddam Hussein en el poder después de derrotarle en guerra. El segundo no lo hará.
Saddam es inocente del 11 de Septiembre: Lord Robertson, secretario general de la OTAN, decía el mes pasado a los senadores norteamericanos que no existe "ni la menor brizna", de prueba que vincule a Irak con los ataques del 11S. El columnista Robert Novak conviene en que "no hay conexión iraquí".
No es así. Mohammed Atta, uno de los secuestradores, se reunió con un agente de Inteligencia iraquí en Praga. Dos de sus co-conspiradores se reunieron con funcionarios de la Inteligencia iraquí en los Emiratos Árabes Unidos. Los ayudantes de Bin Laden se reunieron con funcionarios en Bagdad. Además, Saddam podría estar detrás de los ataques recientes con ántrax de grado militar, como sugiere la presencia de bentonita, una sustancia que sólo Irak utiliza para este propósito.
Por tanto, todo argumento contrario a poner las miras en Irak se derrumba. Saddam Hussein representa el mayor peligro para los Estados Unidos, por no hablar del resto del mundo. Hoy, con los estadounidenses movilizados, es el momento adecuado para acabar con él.