Sami Al-Arián, un profesor titular de la Universidad del Sur de Florida (USF) en Tampa, puede perder su empleo en cualquier momento. La mayor parte de la cobertura informativa de sus problemas retrata a un profesor de computación víctima de una caza de brujas política – y de esa forma evita la noticia real, que está relacionada con sus vínculos con el terrorismo.
Un editorial del New York Times criticando a USF por tener planes de despedir a Al-Arián da la impresión de que el asunto es un discurso pronunciado hace un año instando a "la victoria del Islam" y la "muerte a Israel." El relato de Salon.com sugiere que el profesor palestino sería despedido simplemente por no informar a la audiencia de un programa de televisión de que sus opiniones políticas "no reflejaban necesariamente las de la Universidad.
El rectorado de la Universidad se ha tropezado, dando motivos inconsistentes para expulsar a Al-Arián. En un momento dado dice que sus actividades "ajenas a las competencias de su empleo... tuvieron un impacto adverso sobre los intereses legítimos de la Universidad." Al siguiente, la Universidad anuncia que "no puede garantizar la seguridad del Dr. Al-Arián y los estudiantes, el claustro y el personal en torno suyo" en caso de permanecer en el campus. También le acusa de allanamiento de propiedades de la Universidad después de haber sido vetado de las instalaciones. Ah, y se queja de que su caso ha costado a la Universidad montones de dinero.
Ninguna de estas malas excusas es el verdadero motivo del despido de Al-Arián. Desafortunadamente, encontrar el problema real no es fácil. Afortunadamente, hay una fuente -- el mismo periodista de investigación que sacó a la luz la historia de Al-Arián allá por 1994.Steven Emerson dedica un capítulo de su impactante libro recién publicado, American Jihad: The Terrorists Living among Us (Free Press), a la saga de la Universidad del Sur de Florida.
Allí entre otros escritos, Emerson revela las actividades del buen profesor:
-
Al-Arián es fundador de dos instituciones, el Comité Islámico por Palestina (ICP) y World and Islam Studies Enterprise (WISE), las cuales -- según la declaración jurada de la Agencia de Inmigración -- se utilizaban como fachadas para permitir el ingreso de terroristas en territorio estadounidense.
-
En las conferencias organizadas por el Comité Islámico por Palestina, los participantes "condonan los actos de violencia contra Israel y los israelíes, y los objetivos judíos y occidentales," pasando después a pedir dinero para tomar parte en tales actos, de nuevo según la declaración de Inmigración.
-
Al-Arián en persona escribió cartas pidiendo dinero para estas causas, afirma el FBI.
-
Al-Arián utilizaba su despacho en la Universidad para desempeñar labores del Comité Islámico por lo menos en un caso.
-
El Comité Islámico por Palestina es conocido como el brazo estadounidense de la Jihad Islámica, una organización terrorista con antecedentes de haber matado americanos, como Alisa Flatow, de 20 años de edad. "Nos gusta referirnos a ella como Comité Islámico por Palestina cuando estamos aquí por motivos de seguridad," anuncia un recaudador de fondos del Comité.
-
Al-Arián hizo de aval del visado para que Ramadán Abdalah Shaláh ingresara en territorio estadounidense, le invitó a Tampa, le contrató para dirigir WISE, le introdujo en la junta directiva del Comité y animaba a la Universidad a nombrarle profesor de estudios de Oriente Medio. Más tarde Shaláh abandonaba Tampa para ocupar otro puesto de trabajo: Hoy es el secretario general de la Jihad Islámica.
-
Emerson informa que el FBI, mientras realizaba el registro de las oficinas de WISE, "descubrió una de las mayores colecciones de materiales de recaudación de fondos para fines terroristas y propaganda que se han decomisado nunca en Estados Unidos." También descubrió muchos vínculos entre WISE y terroristas internacionales.
Al-Arián, en resumen, ha formado parte integral de la red terrorista contra la que los estadounidenses se encuentran ahora en guerra. Su caso no está relacionado con la libertad de cátedra sino con un profesor al que se piden cuentas por formar parte de un aparato terrorista que ha matado estadounidenses.
Los medios de comunicación (con la notable excepción del Tampa Tribune) han ignorado en gran medida las actividades terroristas del profesor Al-Arián, al igual que los sindicatos de profesores, los grupos de estudiantes, las organizaciones islámicas y los libertarios civiles.
Afortunadamente tenemos a Steven Emerson para aportar explicaciones y documentación. Por encima de cualquier otra fuente, su libro American Jihad informa con precisión y valentía al gobierno y al pueblo estadounidense con muchos detalles de que su enemigo en la guerra contra el terror no sólo reside en las cavernas de Afganistán sino también en su mismo entorno, incluso dentro de sus universidades punteras.
Instar a la presidenta de la USF Judy Genshaft (jgensha@admin.usf.edu) a que plante cara a los desinformados grupos de presión podría ayudarla a tomar la decisión en torno a la situación de Al-Arián. Es importante expulsarle, tanto para absolver a su institución de las acusaciones de ser "la Universidad de la Jihad" como para demostrar que las universidades norteamericanas están realizando su aportación a la guerra contra el terrorismo.