¿Están tomando las Medidas necesarias para protegerse de los Ataques adicionales Estadounidenses? Esta cuestión viene a la mente al leer la información "Irán celebra con entusiasmo 'la humillación de los estadounidenses en Tabas hace 22 años'".
Se refiere a Tabas, una ciudad remota de Irán - lugar de un desastre militar estadounidense. El 25 de abril de 1980, un equipo de rescate enviado por el Presidente Jimmy Carter a rescatar a los 49 estadounidenses secuestrados en la embajada americana de Teherán hubo de abortarse cuando dos aparatos norteamericanos chocaron en Tabas, dejando un balance de ocho soldados muertos.
A día de hoy, el liderazgo militante islámico de Irán mantiene el recuerdo de aquel día vivo. La semana pasada, el gobierno desplazó a miles de milicianos a Tabas, donde oraron y gritaron consignas como "Muerte a América" y "Muerte a Israel". Se construirá un museo en Tabas dedicado exclusivamente a la crónica de la misión estadounidense fallida. Los informativos iraníes informan a la audiencia que el fallo "demuestra la debilidad de Estados Unidos".
El desastre ha sido olvidado por los estadounidenses. Pero son los estadounidenses (y los israelíes y los demás occidentales) los que en realidad deberían recordar el incidente de Tabas, pues ha marcado un punto de inflexión.
Tuvo lugar cuando la presente ronda de la guerra del Islam militante contra Occidente se cobró sus primeras víctimas fatales. "Muerte a América" no resultó ser un lema vacío, sino el grito de guerra de la ideología extremista más vibrante y peligrosa de esta era.
En perspectiva, está claro que los ocho muertos de Tabas fueron los primeros de una secuencia que se ha prolongado durante más de dos décadas. Consideremos sólo algunos de los ataques contra estadounidenses:
- Abril de 1983: Embajada norteamericana en Beirut atacada, matando a 63 personas.
- Octubre de 1983: cuartel de los Marines en Beirut atacado, matando a 241.
- Diciembre de 1983: embajada estadounidense de Kuwait atacada, seis muertos.
- Enero de 1984: Malcolm Kerr, presidente de la Universidad Americana de Beirut, asesinado.
- Abril de 1984: Hezbolá ataca las inmediaciones de una base aérea norteamericana en España, matando a 18 soldados.
- Septiembre de 1984: embajada norteamericana de Beirut atacada de nuevo, matando a 16.
- Diciembre de 1984: dos estadounidenses asesinados en un avión secuestrado en Teherán.
- Junio de 1985: marinero norteamericano muerto a bordo de un aparato secuestrado en Beirut.
Y así sucesivamente. Los incidentes más recientes incluyen el atentado del World Trade Center de febrero del 93, los dos ataques contra soldados estadounidenses de Arabia Saudí en el 95 y el 96, las embajadas norteamericanas atacadas en África Oriental en agosto del 98 y el USS Cole en Yemen atacado en octubre de 2000. En total, unos 600 estadounidenses perdieron la vida a causa del Islam militante antes de septiembre de 2001.
Todos estos incidentes fueron muy publicitados, dominando titulares y provocando quebraderos de cabeza en torno a una política eficaz contra el terrorismo. Pero no inspiraron ninguna acción. El gobierno estadounidense no atacó al enemigo, ni cambió de políticas. Por ejemplo, los 241 muertos del atentado del cuartel de los Marines (el mayor número de estadounidenses muertos a causa del Islam militante antes del 11 de Septiembre) no provocaron ninguna represalia en absoluto, y el atentado del World Trade Center no provocó la revisión de los procedimientos de inmigración.
En resumen, aunque los estadounidenses fueron atacados en varias ocasiones, apenas respondieron. No podemos culpar a los grupos militantes islámicos y los gobiernos por concluir que los Estados Unidos son débiles, están desmoralizados y preparados para ser atacados. La población era irresponsable, distraída y complaciente, el gobierno era incompetente.
¿Y ahora? El trauma de septiembre cambió algunas cosas, pero no lo suficiente. El gobierno no nombra al Islam militante como enemigo, sino que se esconde tras el eufemismo de "terrorismo". La CIA y el FBI siguen siendo en gran medida iguales. La seguridad aérea es una farsa. Israel está obligado a desmantelar la infraestructura terrorista palestina.
A medida que la sensación de vulnerabilidad y la determinación de hace siete meses se disipa, los estadounidenses vuelven a la normalidad. El 11 de Septiembre se siente cada vez más como una pesadilla distante sin mucha relevancia para las actuales circunstancias.
A lo que predigo: si las cosas siguen en esta dirección, sólo puede haber un resultado seguro - nuevos ataques perpetrados por el Islam militante. La matanza iniciada aquel aciago día en el desierto de Irán en 1980 seguirá hasta que los estadounidenses entiendan lo mucho que tienen que temer y detestar del Islam militante. Sólo nos cabe esperar que esto suceda cuanto antes, para que la cifra de muertos sea lo más reducida posible.