¿Qué pasará con el Ejército del Sur del Líbano?
Esta es la fuerza militar que Israel ha apoyado desde 1978 (antes bajo el nombre de Ejército del Líbano Libre), dirigida por libaneses que comparten enemigos con Israel: radicales palestinos e islamistas, gobiernos sirio e iraní. Esta larga y estable alianza llega a su fin en menos de tres meses, dado que el Primer Ministro Barak ha decidido retirar al ejército israelí del Líbano hacia el 7 de julio.
¿Qué será entonces del SLA? ¿Retirará Israel su armamento pesado, como ha predicho un periódico libanés, mutilando así al SLA como fuerza de combate?
¿O conservará el SLA alguna forma de ayuda israelí y luchará más adelante? Existe, en la práctica, un interés muy claro en que Israel prolongue su apoyo al SLA.
Para empezar, el SLA se ha de entender por lo que es -- no una formación mercenaria abierta a contratación, sino una fuerza importante y cohesionada compuesta de patriotas libaneses que admiran lo que Israel ha logrado en la misma medida que desprecian el eje Hizbulá-OLP-Damasco-Teherán. Más: el SLA controla la "zona de seguridad" a lo largo de la frontera sur del Líbano, una zona donde viven alrededor de 100.000 libaneses pro israelíes. Ésta se ha convertido en una comunidad orgánica que probablemente cuente con la voluntad de defenderse una vez que se marchen las tropas israelíes.
Pero para eso necesitan del apoyo prolongado israelí. Si Jerusalén se lava las manos del SLA, se desintegrará, huyendo los oficiales a apartamentos en Israel mientras los soldados (y los residentes en la zona de seguridad) quedan sometidos a la justicia bruta de Hezbolá.
Hezbolá aumentará sus operaciones contra Israel, ayudado quizá ahora por elementos palestinos radicales. A medida que todo esto se desarrolla, el Líbano se hundirá progresivamente en el control sirio y los israelíes pueden contar con registrar más bajas, no menos. Además, la credibilidad de Israel como aliado y apoyo será destruida.
Por el contrario, si Jerusalén ayuda a que el SLA siga existiendo y luchando, Israel se beneficia en un gran número de formas. En primer lugar, el SLA - la única fuerza militar existente en Oriente Medio que realmente ha luchado con las IDF en el campo de batalla contra el terrorismo y el fundamentalísimo - ofrece la posibilidad de contener la violencia que llega desde el otro lado de la frontera norte.
En segundo lugar, el SLA tiene el potencial necesario para conservar un enclave libre dentro del Líbano, que excluya las influencias de Siria y Hezbolá. La gente de la zona de seguridad ha demostrado su fiabilidad y fuerza durante un período de más de dos décadas. El SLA ha demostrado su capacidad de defenderse.
Para que esto no suene exagerado, he aquí un reto: nombre una aldea que Hezbolá arrebatara al SLA en un ataque frontal desde 1990. (Todos los avances de Hezbolá, de hecho, son resultado de la retirada israelí). En tercer lugar, a medida que la ocupación siria del Líbano ha echado raíces durante el último cuarto de siglo, el SLA ha adquirido otra función - muy inesperada: su territorio se ha convertido en el símbolo de las aspiraciones libanesas de independencia. Un SLA autónomo, libre del coste político de que Israel ocupe el sur del Líbano, puede transformarse en una fuerza policial municipal. La región autónoma puede izar la bandera nacional, convocar elecciones municipales y (con la ayuda de la diáspora libanesa) abrir fábricas y montar canales de radio y televisión.
La zona de seguridad podría convertirse posiblemente en el enclave del Líbano libre que con el tiempo desafíe a los gobiernos de Beirut así como a sus amos sirios. Las dramáticas manifestaciones estudiantiles celebradas en Beirut la pasada semana demuestran que el resto del Líbano tampoco acepta inerte e incondicionalmente la ocupación siria. Si este reto llega a tener éxito, el dictador de Siria se vería privado de su trofeo y se vería severamente debilitado en su confrontación con Israel.
Afortunadamente para Israel, el General del SLA Antoine Lahad y los representantes de los comités civiles (consejos autónomos elegidos democráticamente por los residentes de la zona de seguridad, que incluyen a cristianos, drusos, y chiítas) han manifestado su intención de quedarse y resistir. Depende ahora de Israel tomar algunas medidas modestas para ayudarles a defender la zona de seguridad. Esto significa: permitir que el SLA conserve todo el equipo que tiene en sus manos y proporcionar armas suficientes en el futuro., proporcionar cierta ayuda financiera durante un período de transición; y mantener abierta la "buena barrera", dando a los residentes acceso a Israel.
Israel siempre ha ayudado al SLA, no por razones altruistas sino por su propio interés - mantener a los numerosos enemigos de Israel lejos de sus viviendas del norte. Al seguir esta política, Jerusalén tiene ahora una oportunidad no sólo de garantizar la tranquilidad de Metula sino quizá de alterar el equilibrio de poderes en Oriente Medio.