Tras casi dos décadas de esfuerzos, la aventura imperial del Coronel Moammar Gadafi en el Sahara se ha derrumbado. En apenas los tres primeros meses de 1987, Libia pierde casi todo el territorio que tenía en el Chad, entre 500 y 1.000 millones de dólares en armamento y la tercera parte de sus 15.000 efectivos regulares.
Este giro de los acontecimientos tiene profundas implicaciones. En la región, la derrota de Libia en el Chad podría conducir a la caída del régimen de Gadafi y a un cambio espectacular en las relaciones africano-árabes. A nivel mundial, debería conducir a un nuevo enfoque occidental sobre los aliados del Tercer Mundo así como a una evaluación favorable de la postura militar de Occidente.
El ejército del Coronel Gadafi no sale únicamente derrotado; esta humillado -- un peligroso problema para el jefe del estado. Las probabilidades apuntan a que el Coronel Gadafi no superará esta derrota; el proceso que conduce al final de su gobierno de 18 años probablemente ha empezado. Nadie -- ni el ejército, la URSS o la opinión pública libia -- le ofrece su apoyo. Además, ¿quién va a temer seriamente a Libia ahora? Si un ejército improvisado compuesto de merodeadores de los desiertos del Chad puede derrotar a las imponentes fuerzas que Libia, ciertamente otros van a decidir que pueden plantar cara al Coronel Gadafi.
En cuanto al Chad, en el pasado ha sido un Líbano africano, un lugar en el que las facciones surgían en el mismo momento de la victoria para iniciar nuevas rondas de enfrentamientos. La guerra perpetua desde 1965 conducía al Economist a llamar al Chad "el mosaico de la muerte". Los soldados libios en el Chad recordaban a las tropas sirias en el Líbano -- una fuerza extranjera mucho más poderosa que intenta explotar la anarquía para hacerse con el control del país. Pero los invasores libios estimularon el inicio de una corriente nacional, y las tentativas del Coronel Gadafi de anexionarse el Chad generaron un vigoroso patriotismo Chadiano. La población cierra ahora filas con el Presidente Hissein Habré contra Libia. El Coronel Gadafi ha provocado sin pretenderlo que la guerra civil en el Chad prolongada durante décadas se acerque a su final.
El rechazo que despierta el Coronel Gadafi en el Chad es notorio y viene siendo especialmente claro desde su reciente humillación militar. El Presidente Habré describe al Coronel Gadafi como "el megalómano decadente del [Golfo de] Sidra", mientras los medios del Chad, remontándose a recuerdos dolorosos, retratan con regularidad a los libios como "perros traficantes de esclavos". Un funcionario del Chad describe algunas de las victorias recientes como "las mayores batallas logradas por un país africano contra un país árabe". Estos términos de referencia son tan políticamente relevantes como psicológicamente reveladores.
Gran parte del África negra parece compartir esta postura hacia Libia, si bien no los árabes en general. A medida que el crudo árabe ha ido descendiendo, la influencia árabe sobre los empobrecidos estados africanos también ha descendido, dando carta blanca a opiniones reprimidas durante mucho tiempo. Podríamos esperar por tanto resultados a largo plazo, incluyendo que más estados africanos reanuden contactos diplomáticos formales con Israel. Las futuras tentativas libias por intimidar a estados africanos como Mauritania, Mali, Níger o Sudán serán resistidas probablemente de forma más vigorosa.
Una disminución del prestigio soviético entre los líderes africanos también parece probable. El decepcionante resultado de las armas soviéticas debería reducir el atractivo de Moscú como fabricante de armamento, al tiempo que su reticencia a ayudar al Coronel Gadafi en su peor momento debería arrojar dudas sobre la solidez soviética. El peligro de que Sudán, el país más grande de África, se vea rodeado por un protectorado libio en el Chad y un protectorado soviético en Etiopía es ya remoto.
La victoria del Chad fue producto de una mezcla del dinero, armas e Inteligencia occidentales con valor, táctica y dirección por parte del país. La cobertura aérea y las tropas regulares francesas protegieron la retaguardia al tiempo que 50 millones de dólares en equipo y armamento permitieron que se produjera el ataque. Estados Unidos donó 25 millones de dólares en ayuda militar de urgencia en los cuatro últimos meses, incluyendo transporte aéreo y sistemas de defensa aérea. Estas minúsculas cantidades de material militar cobraron importancia crítica. El funcionario del Departamento de Estado que llamó "la mejor inversión que podríamos haber hecho" a la ayuda de urgencia al Chad tenía razón.
Irónicamente, esta ayuda llegó al Chad gracias en parte al acuerdo armamentístico de Irán. Esta cuestión más relevante desvió la atención del Congreso de las actividades de la administración en África en un momento clave, generando una infrecuente oportunidad para que Washington actuara con decisión. (Chad no es el único receptor de ayuda estadounidense en la región. Desde 1984, Estados Unidos ha proporcionado apoyo militar creciente a Níger y Sudán en estrecha cooperación con los franceses).
Los africanos perciben el apoyo francés y estadounidense de forma generalizada como artífices de un papel decisivo en la victoria del Chad, y el efecto ha sido corregir la extendida visión de Occidente como algo lento, mezquino y de lo que hay que desconfiar. Esto ofrece un contrapeso pequeño pero significativo a la larga trayectoria de fracasos militares estadounidenses.
Las lecciones militares del Sahara tienen amplias implicaciones. En primer lugar, el armamento extremadamente sofisticado en territorios nada sofisticados puede ser más una carga que una ventaja. El ejército libio fue aplastado por una fuerza sustancialmente inferior en número y equipo gracias a la inteligente elección del momento, el conocimiento del terreno, una buena dirección, elevados ánimos y sentido común que demostraron ser más importantes que el enorme arsenal de algunos de los mejores tanques, helicópteros y cazas del mundo.
Las fuerzas del Chad mostraron ciertas innovaciones tácticas importantes. En una versión moderna de la incursión tradicional, utilizaron todoterreno Toyota, vehículos de blindaje ligero Panhard de fabricación francesa y proyectiles antiaéreos y antitanque para destruir los modernos tanques soviéticos T-55. En la práctica, Toyotas de tracción derrotaron a una flota de tanques. El armamento soviético, francés y estadounidense, diseñado para terrenos muy diferentes, tienen futuro inesperado en un lugar como el Sahara. El éxito en esos terrenos exige creatividad, no la aceptación ciega del manual de entrenamiento.
En segundo lugar, la infantería regular del Chad no precisa de más tiempo que la francesa para aprender a manejar un proyectil antitanque Milan de fabricación francesa: un mes. Esto señala el desatino del énfasis estadounidense usual en la tecnología sofisticada y el entrenamiento prolongado.
En tercero, expertos militares estadounidenses tendrán posibilidad de examinar el armamento soviético capturado. Instrumentos que antes no se facilitaban como los misiles antiaéreos SAM-13 o los sistemas antibalísticos de radar conocidos como "Flat Face", "Spoon Rest" o "Straight Flush" están ya en manos occidentales. Deberían proporcionar información clave de la tecnología militar soviética más reciente, y esto a su vez tiene enormes implicaciones para la posición de la OTAN en Europa. Por decirlo discretamente, la adquisición de este armamento soviético compensa varias veces a Estados Unidos por su apoyo al Chad.
Como Grenada, la victoria en el Chad es pequeña pero importante. Ofrece otra muestra de que una combinación de voluntad y acción rápida puede conducir al éxito militar occidental contra fuerzas de respaldo soviético.