¿Cómo debería votar el votante estadounidense preocupado por el bienestar y la seguridad de Israel en las legislativas estadounidenses del 2 de noviembre?
Esto está claro tras casi dos años de control Demócrata sobre las ramas ejecutiva y legislativa de la administración: los Demócratas apoyan a Israel y a su gobierno de manera mucho menos constante que los Republicanos. Dejando a Barack Obama a un lado por ahora (no está en la lista), vamos a centrarnos en el Congreso y en los votantes. (Perdón por adelantado por las muchas cifras.)
Un anuncio de la Coalición Judía Republicana señala el apoyo Demócrata más débil a Israel. |
En la misma línea, 54 Demócratas de la Cámara y ni un sólo Republicano remitían una carta a Barack Obama un año más tarde, en enero de 2010, pidiendo que "solicite mejoras inmediatas para Gaza en las siguientes áreas" y a continuación enumeraban 10 formas de ayudar a Hamás, la organización terrorista palestina.
En dramático contraste, 78 Republicanos de la Cámara remitían un escrito al "Estimado Primer Ministro Netanyahu" para expresar su "apoyo incondicional" a su persona y a Israel. Los firmantes no eran únicamente Republicanos, sino miembros del Comité Republicano de Estudio de la Cámara una comisión conservadora.
Así que van 54 Demócratas a favor de Hamás y 78 Republicanos a favor de Israel.
Tras la crisis de marzo de 2010 cuando Joe Biden fue a Jerusalén, 333 legisladores de la Cámara de Representantes firmaban un escrito dirigido a la secretario de estado reafirmando su compromiso con la alianza Estados Unidos-Israel. Los 102 legisladores que no firmaron incluían a 94 Demócratas (incluyendo a la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi) y a 8 Republicanos, un cociente 12 a 1. Setenta y seis senadores firmaban un escrito parecido; los 24 que no lo firmaron incluían a 20 Demócratas y a 4 Republicanos, un cociente 5 a 1.
El votante: La opinión pública explica estas diferencias en el Capitolio.
Un sondeo de abril de 2009 realizado por Zogby International preguntaba por la política estadounidense: El 10% de los votantes de Obama y el 60% de los votantes del Republicano John McCain querían que el presidente apoyara a Israel. ¿Ponerse inflexibles con Israel? El 80% de los votantes de Obama respondía afirmativamente y el 73% de los votantes de McCain negativamente. A la inversa, el 67% de los votantes de Obama respondía afirmativamente y el 79% de los de McCain negativamente a que Washington dialogue con Hamás. Y el 61% de los votantes de Obama apoyaba un "derecho de retorno" palestino al tiempo que sólo el 21% de los votantes de McCain convenían.
Casi un año más tarde, el mismo sondeo preguntaba a los adultos estadounidenses cómo abordar mejor el conflicto árabe-israelí y descubría "una división acusada" en torno a esta pregunta. El 73% de los Demócratas querían que el Presidente pusiera fin al vínculo histórico con Israel pero que tratara por igual a árabes e israelíes; sólo el 24% de los Republicanos suscribió este cambio.
Sondeo Gallup "Sympathy for Israelis vs. Palestinians in Mideast Situation, by Party ID." |
Una encuesta llevada a cabo este mes preguntaba si el votante probable "es más o menos dado a participar por un candidato al que perciba pro-Israel". El 39% de los Demócratas y el 69% de los Republicanos eligen al candidato pro-Israel. A la inversa, el 33% de los Demócratas y el 14% de los Republicanos serían más reacios a apoyar a un candidato que fuera pro-Israel. Los Demócratas están divididos de forma más o menos homogénea en torno a Israel pero los Republicanos lo apoyan por un margen de 5 a 1.
Hay consenso en que las dos formaciones se están separando con el tiempo. El columnista conservador pro-Israel Jeff Jacoby del Boston Globe concluye que "el viejo consenso político que reunía a Demócratas y Republicanos en apoyo a la única democracia floreciente en Oriente Próximo se está viniendo abajo". El izquierdista radical anti-Israel James Zogby, del Instituto Árabe Americano, conviene escribiendo que "la política estadounidense tradicional hacia el conflicto palestino israelí no tiene respaldo bipartidista". Gracias a los cambios sufridos en el seno del partido Demócrata, Israel se ha convertido en una cuestión partidista de la política estadounidense, un avance mal acogido.
A finales de marzo de 2010, durante un nadir de las relaciones Estados Unidos-Israel, Janine Zacharia escribía en el Washington Post que algunos israelíes esperan que su primer ministro "busque formas de ganar tiempo hasta las legislativas estadounidenses de noviembre de 2010 con la esperanza de que Obama pierda apoyos y de que más Republicanos pro-Israel salgan elegidos". Que se piense que un líder israelí va a reunir a menos congresistas Demócratas confirma los cambios esbozados aquí. También proporciona orientación al votante.