Llamé a la retirada de Gaza orquestada por Ariel Sharón en aquel entonces "uno de los errores más graves cometidos nunca por una democracia", pero en general me abstuve de las fórmulas "Lo dije" durante los dos años y medio transcurridos desde entonces. El análisis de Yossi Klein Halevi publicado por el Los Angeles Times hoy es demasiado tentador para pasarse por alto, no obstante, como algunos extractos y comentarios al respecto.
Yossi Klein Halevi reconsidera la retirada de Gaza. |
Su argumento básico, plasmado en el titular "El final del 'israelí culpable': empatía víctima de ataques palestinos desde Gaza", consiste en que la intifada de 1987-92 habría dado lugar a "un importante bloque de israelíes castigados por la culpa y dispuestos a asumir prácticamente cualquier riesgo por la paz". Llama a estos israelíes culpables "la fuente de autoridad palestina más contundente" porque "por primera vez tratan de entender la forma en que los palestinos experimentan el conflicto, tomando en la práctica las formas palestinas e incorporando elementos del discurso palestino a la propia interpretación israelí de la historia". Aun cuando Yasir Arafat demostró ser "un fraude", los israelíes insistieron en su esperanza en que las concesiones ganaran tranquilidad. Y aun después de cuatro años de violencia, 2000-04, "Los israelíes todavía se intuyen tan impacientes por acabar con la ocupación que replegaron su ejército y desahuciaron los asentamientos de Gaza".
Halevi, titular del Centro Shalem de Jerusalén, considera esa retirada la jugada fracasada final:
Si la población de Gaza hubiera creado a estas alturas un estado pacífico a partir de su nuevo territorio independiente, la opinión pública israelí habría apoyado casi seguro unas negociaciones de peso en torno a una retirada de Cisjordania. En lugar de eso, eligieron a un gobierno encabezado por Hamás, cuya teología insta a la destrucción de Israel y a la guerra contra los judíos de todo el mundo, y cuyos atentados son pequeñas manifestaciones de sus ambiciones genocidas. Los ataques palestinos con proyectiles que antes se lanzaban contra asentamientos se reorientaron hacia municipios y aldeas de Israel sencillamente… Gaza era la prueba de la retirada israelí, y el experimento salió rana. ¿Cómo podemos abandonar Cisjordania y exponernos a ataques balísticos contra Jerusalén y Tel Aviv, se preguntan los israelíes?
El "israelí culpable" queda en extinción, relevado por un israelí con un mejor entendimiento del problema palestino.
Igual que durante la primera intifada advertimos que la ocupación era insostenible, también ahora hemos advertido que la paz es imposible con unos líderes palestinos para los que la reconciliación es un mecanismo de sentido único… Mientras Gaza se niegue a cerrar heridas, los israelíes desconfiarán con razón del objetivo palestino de la destrucción de Israel. Ni siquiera una retirada integral de Cisjordania, se temen, acabará con el conflicto, igual que el repliegue de Gaza no detuvo los proyectiles. El crimen de Israel no es la ocupación, sino existir.
A nivel operativo, esto significa que los israelíes están dispuestos a volver a entrar en Gaza y hacer lo que haga falta.
Durante las próximas semanas, el ejército israelí podría volver a invadir la Franja de Gaza en un intento de detener los ataques balísticos contra municipios israelíes y, tal vez, deponer a su gobierno islamista de Hamás… Hasta los israelíes que en tiempos no deseaban otra cosa que se abandonara Gaza para siempre advierten ahora que podríamos no tener más opción que volver, al menos hasta que vuelva la tranquilidad relativa a nuestra frontera.
Comentarios: La implicación de Halevi es que el repliegue de Gaza ha servido de gran moraleja para los israelíes castigados por la culpa, y que les ha sacado del estupor a un precio real pero no devastador. Es una forma optimista de examinar lo que deja "uno de los errores más graves cometidos nunca por una democracia". (2 de marzo de 2008)