Una de las alternativas, entre el gran abanico de propuestas que se han planteado a lo largo de la histora para la solución del conflicto árabe-israelí, es la del "transfer". Consiste en el traslado, de manera forzosa, de árabes-israelíes y palestinos. Esta propuesta nunca fue tomada en serio por gobierno israelí alguno y solamente encuentra simpatizantes en un grupo extremista liderado por el asesinado Rav Meir Kahane.
Cuatro puntos de porque esta no es una solución adecuada:
1. Moralmente incorrecto: Este motivo es suficiente en sí mismo. Un gobierno no puede obligar a las personas a abandonar sus hogares debido a que sólo hablan el idioma equivocado, tienen la fe equivocada, o son partidarios de las políticas equivocadas. La limpieza étnica es inaceptable. (También se aplica a los judios, como por ejemplo, los que viven en Gaza.)
2. Alienta a los israelíes en contra de su propio estado: Una parte considerable de la población judía de Israel estaría alienada con un gobierno que participe en una transferencia. Algunos podrían emigrar de Israel. La causa sionista sufriría graves daños.
3. Enfurece al aliado americano: Israel, con una población de apenas 7 millones de habitantes, depende en gran medida de su aliado EE.UU.; si se aplicara el transfer cualquiera se la administración que este gobernando se replantearía su alianza con Israel.
4. Inflama, no desalienta, el enemigo árabe: Las guerras terminan cuando uno de los lados se da por vencido - y el traslado forzoso no sería motivo de los palestinos, y mucho menos sus partidarios árabes y musulmanes, a renunciar a su sueño de eliminar el Estado judío. Por el contrario, se indignaría y agitaría. El conflicto se extiende, no se resuelve.