Perdón por tener conocimiento de Jerusalén en el Corán, de Imrán N. Hosein, segunda edición acortada (Long Island, Nueva York: Masjid Dar-Al-Qur'an, 2003) casi una década tras su publicación, pero merece reseñarse no obstante, por dos razones.
Qué raro es, en primer lugar, encontrar un libro de 142 páginas acerca de un tema inexistente, porque Jerusalén no aparece en el Corán. Hasta tengo abierta la oferta de pagar 1 millón de dólares a cualquiera que sepa encontrar alguna mención a la ciudad en el texto, desierta todavía. En palabras del blog Elder of Ziyon, que llamó mi atención sobre este libro: "¡Anda! ¡Un libro relativo a Jerusalén en el Corán cuando Jerusalén no aparece en el Corán!" De hecho, para hacer más curiosas las cosas, hasta Hosein reconoce (en la página 31) que "Es cierto que la palabra 'Jerusalén' no se enuncia explícitamente en el Corán". Bueno, eso aclara la historia. Por lo demás, explica (con ligeros cambios editoriales para mejorar la legibilidad) que
El Corán se refiere a Jerusalén, una y otra vez, como "ciudad" o "municipio" – sólo que sin ponerle nombre... Esto parece formar parte del oscurantismo divino que envuelve la materia del papel de Jerusalén en la Edad Antigua.
Dejaré a Hosein la interpretación de los oscurantismos divinos que envuelven materias; yo me quedo con los textos terrenales.
En segundo lugar, Hosein explica que
Jerusalén en el Corán se escribe en parte como respuesta al artículo en prensa de Daniel Pipes publicado en el Los Angeles Times ("Jerusalén interesa más a los judíos que a los musulmanes", 21 de julio de 2000). En él trata de restar importancia a cualquier reivindicación islámica de Jerusalén, afirmando de Jerusalén, entre otras cosas, que: "No se menciona ni una sola vez en el Corán ni durante la liturgia…" El Dr. Pipes y sus fieles mediáticos, que nos obligan a responder, pueden desear revisar su opinión si llegan a leer este libro… Con independencia de que el Dr. Pipes acepte o no Jerusalén en el Corán, está claro que el estudio de esta cuestión es básico de cara a la interpretación del problema de Israel y el Corán.
Bueno, leo la perorata antisemita de Hosein y lamento decir que su laborioso argumento de que Jerusalén está realmente en el Corán a pesar de no aparecer su nombre ni una sola vez no me convence. Admito una especial sorpresa cuando el buen autor afirma que el Deuteronomio 9:6 es una falsificación y que el largo gobierno musulmán de Jerusalén ofrece "¡un claro Indicio de aprobación Divina al gobierno musulmán de Tierra Santa desde los cielos!" ¿Cómo van ellos a demostrar que Jerusalén aparece real y textualmente en el Corán?
Hosain también divaga al debatir irrelevancias tales como la muerte del faraón, el anticristo, los jázaros, la editorial Soncino, el movimiento mesiánico contemporáneo Ajmediyya, el estallido de la Primera Guerra Mundial, el concierto económico de Bretton Wood, el sistema israelí de justicia y la revolución feminista. También Henry Ford, Fidel Castro, Hal Lindsey y Louis Farraján entran todos en su relato.
Comentarios: Esta diatriba cogida con alfileres es tristemente característica de los intentos musulmanes de construir una historia adulterada de Jerusalén. ¿Cómo puede alguien tomarlo en serio? (29 de febrero de 2012)