El Ministro alemán de Economía Wolfgang Schaeuble realizaba una intervención que no se escucha a menudo entre los altos funcionarios europeos a tenor de la apuesta turca de adhesión a la Unión Europea: "No deberíamos aceptar a Turquía como socio... Turquía no forma parte de Europa".
¿Está en lo cierto?
Observe la minúscula parte de la República de Turquía, al extremo occidental, dentro de Europa. |
Geográficamente, no. Como se interpreta comúnmente, Europa acaba en el Bósforo y, definida así, la República de Turquía abarca claramente territorio europeo. Pero según ese criterio, si la historia hubiera resultado ser distinta, Marruecos en lugar de Gran Bretaña podría haber poseído Gibraltar estos últimos siglos; ¿habría convertido eso a Marruecos en parte de Europa? A mí me parece que no. De igual forma, el que la región de la Tracia Oriental histórica (Doğu Trakya en turco) sea parte de Turquía no convierte a Turquía en parte de Europa.
Gibraltar podría ser marroquí con facilidad. ¿Y entonces qué? |
En otras palabras, lo que cuenta es la civilización, la europea frente a la musulmana, no las rutas marítimas. Tanto Marruecos como Turquía han formado parte durante muchos siglos de Dar al-Islam, el mundo musulmán, la islamosfera, llámelo como quiera. Las reformas de Atatürk, claro está, hicieron a Turquía parecer más europea y menos islámica pero no alteraron la esencia de la cultura nacional, como se viene haciendo cada vez más patente durante la última década.
De manera que Schaeuble tiene razón en el meollo de la cuestión: Turquía no forma parte de Europa y no debería ser socio de la Unión Europea.