Desde el 3 de julio, el General Abdul-Fataj al-Sisi ha dejado claro quién gobierna Egipto: él. Se enfrenta a dos grandes desafíos. Uno es el elemento islamista, impaciente por encontrar el enfrentamiento que le devuelva el poder perdido de forma tan reciente. El otro, mi objetivo, es la economía.
El país otrora conocido como "el granero del Nilo" importa hoy alrededor del 70 por ciento de su alimento. Para agravar las cosas, la contracción de la riqueza podría traducirse en que no se destina dinero a ese terreno para evitar el hambre – aparte de los regalos de Arabia Saudí, entre otros gobiernos. Además, se avecinan importantes recortes del reparto nacional de aguas del Nilo. ¿Qué hacer?
Si Egipto pretende abandonar el cautiverio de la pobreza solamente hay una opción: sacar de la economía al ejército. Como detallan Shana Marshall y Joshua Stacher para MERIP y Nimrod Raphaeli en el MEMRI, lo que en ocasiones se conoce como "círculos militares" controla entre el 25 y el 40 por ciento de la economía. Sus productos
van desde bienes de consumo como portátiles, televisores de pantalla plana, máquinas de coser, ollas y sartenes, recubrimientos de plástico, bombonas de butano, aceite de oliva y agua embotellada a equipo médico, turismo, propiedades, gas y energía. El ejército es propietario y controla nueve fábricas de pasta nada menos.
Un anuncio de los productos Queen Macaroni que fabrica el ejército.
También invierte en proyectos de infraestructuras y es propietario de suelo. El ejército ha prosperado tanto a causa de su ventajoso trato fiscal, su mano de obra subvencionada, su inmunidad judicial y su red de amistades entre muchos otros privilegios, como no tener que bregar con la burocracia civil. Como puede imaginar, sus empresas funcionan según directrices socialistas y rebosan nepotismo y formas barrocas de corrupción.
La economía egipcia sólo podrá despegar si Sisi tiene el valor de decir a sus colegas que se acabó la fiesta, que las fuerzas armadas abandonan la pasta y los demás sectores de negocio para que los egipcios puedan levantar una economía funcional. No puedo imaginarme que haga esto por propia iniciativa, dado que los mandos militares se han acostumbrado a la buena vida, con montones de dinero y abundancia de servicio gratuito.
Imponer este mensaje es una de las acciones más importantes que los gobiernos extranjeros pueden emprender al reunirse con Sisi y la cúpula militar. (30 de julio de 2013)
8 de agosto de 2013: Un análisis del Centro Meir Amit de Información de Terrorismo e Inteligencia, "Implicación de la Guardia Revolucionaria en economía objeto de crecientes críticas tras victoria de Rowhani en presidenciales", apunta que Irán viene a enfrentarse al mismo problema de intromisión castrense en la economía que Egipto:
Desde la victoria de Rowhani en las presidenciales iraníes [en junio de 2013], se produce una creciente avalancha de voces en el país instando a limitar la implicación de las fuerzas armadas—y de la Guardia Revolucionaria en particular—en la economía. La pasada semana, el legislador del Majles Ajmed Tavakoli instaba al gobierno a limitar y redefinir la implicación de los mandos militares en la economía. Apenas unos días después, el portal Alef publicaba un editorial en el que alude a la infiltración de los militares en la economía como "la madre de todos los males". El portal advierte de que la creciente implicación de los mandos militares en la economía les anima a elevar el tono de su implicación política en la misma medida que a promover sus intereses económicos. El doctor en económicas Alí Ganbari instaba también al gobierno a poner fin a la implicación económica de los militares, aduciendo que ello pone en peligro la economía e impide jugar un papel relevante al sector privado, vital para el desarrollo económico.
Como resultado de las crecientes críticas a la intromisión en la economía de las fuerzas armadas, importantes mandos del estamento de la defensa, incluyendo al jefe del estado mayor de las fuerzas armadas y portavoz de la Guardia Revolucionaria, se han visto recientemente obligados a responder a los argumentos planteados a tenor de la cuestión, y a proporcionar justificaciones de la implicación del estamento castrense en los proyectos económicos nacionales.
Consulte el informe íntegro para tener los detalles.