A la repercusión del golpe en Egipto, ha surgido un consenso que dice, citando a un alto funcionario sin identificar de la administración Obama, que "Someter a grandes tensiones a la Hermandad [Musulmana] no será bueno para Egipto ni para la región".
El razonamiento tras esta opinión es que (1) es mejor incorporar al mecanismo político a los islamistas que tenerlos rebelándose de forma violenta y (2) la participación en la sociedad civil tiene potencial para aplacar a los islamistas, haciéndoles ver de primera mano los beneficios de la democracia y convirtiéndoles en otra patronal más simplemente.
¿Puedo discrepar con vehemencia?
Sí, queremos realmente forzar la mano de la hermandad porque es bueno para Egipto, para la región, y (no menos) para nosotros. Ambos supuestos de arriba están equivocados. (1) Los islamistas pueden causar más daño dentro del mecanismo político que fuera de él. De forma gráfica, me preocupa más una Turquía, con islamistas electos al frente, que Siria, donde participan de una guerra civil para hacerse con el poder. (2) Los islamistas tienen un largo historial de valerse del sistema político para alcanzar sus fines propios, y no se aplacan con ello: véase el año en el poder de Mohamed Mursi, por poner un ejemplo claro.
No debe haber tolerancia para el intolerante. Igual que fascistas y comunistas no son actores legítimos en una democracia, los islamistas tampoco. No importa lo elocuente del discurso, siguen siendo autócratas que se saltarán la voluntad popular. Mejor excluirlos por completo del mecanismo de participación. (29 de julio de 2013)
Actualización 1 de agosto: Casualmente, el Tribunal Supremo de Bangladesh ha prohibido hoy concurrir a los futuros comicios al sucedáneo de la Hermandad Musulmana en aquel país, la Jamaat-e-Islami, dejando a la poderosa formación islamista con un futuro incierto. Moazzem Husain, el magistrado al frente del tribunal que preside la vista, anunciaba que "Queda declarada ilegal en adelante. Por mayoría, se resuelve ilegal y nulo el registro y el permiso de la Comisión Electoral a la Jamaat". Esto resuelve el caso elevado el 25 de enero de 2009 por la Federación Tariqat de Bangladesh, un colectivo que predica la filosofía sufí y promueve el secularismo, en el que se alega que la Jamaat-e-Islami es una formación política de tintes religiosos que no es partidaria de un Bangladesh independiente y soberano.
Comentarios: No es el razonamiento que defiendo al prohibir una formación, pero lo apoyaré si se lleva por delante a estos antidemócratas de la política democrática.