Gente, este pasado domingo fue un gran día para el Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas. Se celebraba su "Conferencia Rectora y Decimoctava Recepción Anual" en el Marriott Crystal Gateway Hotel de Arlington, Virginia, de las 9 de la mañana a las 10 de la noche pasadas.
Por desgracia, me perdí el acto. No es que no estuviera impaciente por desembolsar 199 dólares de vellón por una entrada para escuchar a Linda Sarsour, Nihad Awad, Siraj Wahhaj, Al Sharpton o Dennis Kucinich. Todavía mejor, habría conocido de primera mano las "Estrategias de Cambio para Campañas y Legislaciones Anti-Islam" de CAIR. Sin embargo, esta pequeña cláusula me quitó la idea:
Conferencia Rectora y Decimoctava Recepción Anual del Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas son actos privados del Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas, y el Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas se reserva el derecho de admisión de cualquiera por cualquier motivo. CAIR también se reserva el derecho de expulsar a cualquiera del acto(s) por cualquier razón. Los invitados rechazados no tendrán derecho al reembolso de su entrada ni a compensación ninguna.
Todos los artefactos de sonido, imagen o audiovisuales, y la fotografía, grabación, edición o grabación para uso personal están estrictamente prohibidos.
Imagen de la cláusula de advertencia de CAIR a quien estuviera a punto de pagar un cubierto en su cena anual. |
Teniendo en cuenta que CAIR lleva detrás de mí desde 1999, colgándome todo tipo de apelativos, parecía probable que me negara la admisión y se quedara mi dinero, de forma que me quedé en casa. Pero esas 39 palabras dan unas cuantas ideas a tenor de mi organización musulmana norteamericana menos favorita:
(1) Esa advertencia no es algo puntual, sino la advertencia jurídica estándar de CAIR; por ejemplo, se valió de la misma formulación en su conferencia y recepción del año 2011, que puede verse citada aquí (busque la palabra "advertencia").
(2) Parafraseando a Bob Dole, "el lugar más peligroso de Washington está entre una cámara de televisión y el Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas". ¿De dónde sale entonces la súbita timidez al escrutinio público, prohibiendo estrictamente "la fotografía, grabación, edición o grabación para uso personal"? De que los actos en directo tienen salidas del guión y CAIR, sospecho, tiembla compulsivamente ante la salida de tono islamista esporádica. A su propio secretario le pasó en 1998, al anunciar en público que "el islam no está en América para ser igual que cualquier otra confesión, sino para ser la dominante", ataque de sinceridad que todavía hoy da problemas a CAIR.
(3) La cláusula de CAIR recuerda al patinazo de 2003 en la Universidad de Toronto. Al-Awda, un grupo antisionista que aspira a eliminar a Israel a base de inundarlo de arabeparlantes, obligaba a todos los asistentes a su acto a firmar una siniestra declaración "Cláusula de Unidad". En otras palabras, exigía a todos los participantes que suscribieran los términos de Al-Awda, incluyendo "Apoyamos el derecho del pueblo palestino a oponerse al colonialismo israelí a través de cualquier medio de su elección". Oye, CAIR, yo doy la idea.
(4) CAIR sí tiene razones para preocuparse por los detractores que se infiltran en sus actos. Chris Gaubatz no sólo pasó seis meses clandestinamente en la sede de CAIR en Washington, sino que a la sazón, en al menos una ocasión una activista anti-islámica asistió a un acto de CAIR disfrazada. Fue Debbie Schlussel, que equipada con un hijab oscuro ajustado se presentó como "Zainab Salih" y asistió a una asamblea de candidatos políticos celebrada en Detroit el 10 de octubre de 2004, para acabar siendo reconocida y expulsada.
Imagen de la cláusula de advertencia de CAIR a quien estuviera a punto de pagar un cubierto en su cena anual. |
Debbie Schlussel en un acto de CAIR celebrado en Detroit en octubre de 2004, al descubrirse su nombre.
(5) Desconozco si CAIR ha llegado realmente a expulsar a alguien con entrada pero David Gaubatz (el padre de Chris) cuenta que le impidieron asistir a un acto de la Sociedad Islámica de Norteamérica en 2009. Como explica Gaubatz, cuatro días antes de la conferencia de la Sociedad, un abogado de CAIR "me hizo llegar un amenazador escrito exigiendo que no asistiera a la Conferencia de la Sociedad en Washington"; y la Sociedad, que le había hecho llegar un número de confirmación y una carta de bienvenida, en la práctica no le permitió el acceso.
Al Sharpton pronunció el discurso en el acto de CAIR. (Fuente: Danielle Avel) |
(6) La reserva del derecho de admisión al acto por parte de CAIR, sin compensación y "por cualquier motivo", es legal en apariencia. Pero no tiene precedentes viniendo de una entidad que dice ser organización de derechos humanos. Este condicionamiento flagrante plasma el origen de CAIR en Hamás, el movimiento totalitario palestino, e ilustra la forma en que los islamistas amenazan a una sociedad libre – además de su principal empresa de implantar la sharía, un ordenamiento jurídico medieval.
Siraj Wagaj recaudó dinero para CAIR. (Fuente: Danielle Avel) |
2 de octubre de 2013: Aun para un veterano iniciado en la hipocresía y los doble raseros de CAIR (llamar a las fuerzas del orden cuando las necesitas y poner excusas cuando ellas necesitan ayuda, por ejemplo; tratar de encarcelar a un cristiano por amenazas y defender a un musulmán que vierte amenazas equivalentes), se trata de una actuación infrecuente: Compare el titular de arriba – "CAIR se reserva el derecho de admisión de cualquiera por cualquier motivo" – con las acciones de la delegación de CAIR en Mineápolis durante las decimosextas jornadas anuales de mujeres cristianas celebradas el 28 de septiembre en la Iglesia Baptista Chisholm de Hibbing, Minesota, como recoge el Hibbing Daily Tribune:
Las Jornadas Hibbing de la Mujer incluían un discurso de Cynthia Jan, conversa del islam al cristianismo que iba a hablar también de las necesidades de los refugiados y los nuevos inmigrantes, la historia y los elementos básicos del islam, de la mujer en el islam y de su conversión.
El Consejo de Relaciones Islámico-Norteamericanas en Minesota (CAIR-MN) afirma que una musulmana que asistió al acto cuenta que fue recibida y acompañada a la puerta y después escoltada fuera del templo durante las jornadas… CAIR-MN afirma que la mujer, identificada como Rania Elsweisy, se dio de alta y pagó para asistir al acto y le fue entregada una etiqueta. Elsweisy afirma que Jan pidió voluntarios para sacarla y ellos lo hicieron tras un intercambio de palabras.
Elsweisy dijo a CAIR-MN que Jan decía tener planes de proyectar vídeos y repartir materiales que podrían ser ofensivos para los musulmanes. Ella respondió a Jan, afirmando que sólo estaba como oyente y no interrumpiría. La directora ejecutiva de CAIR-MN Lori Saroya vertió la acusación de que los organizadores de las jornadas cometieron actos de discriminación al impedir participar en el acto a Elsweisy al tiempo que admitían al resto de los presentes. "Pedimos a todos los líderes de la comunidad en la zona que denuncien el injusto trato", añade en la circular de prensa.
¿Qué cosas, no? Al tiempo incluso que CAIR se reserva el derecho a expulsar a cualquiera de sus dependencias por cualquier motivo, se lleva las manos a la cabeza cuando un grupo cristiano ejerce esta misma prerrogativa legal.