¿Cómo está llevando la guerra contra el terrorismo la administración Bush?.
En conjunto, se merece notas altas, habiendo demostrado una seriedad de propósito impresionante, disciplina, y visión. Hizo de ganar la guerra el principio director de la política exterior de los Estados Unidos e impulsó sin desfallecer la campaña militar en Afganistán.
Seleccionó cuidadosamente los siguientes pasos a tomar (soldados a la Filipinas, presión sobre Pakistán y la Autoridad Palestina, señales de aviso a Yemen y Somalia). Hizo correctamente del contraterrorismo una alta prioridad en la vida nacional Americana.
Sólo hay un tachón que brilla débilmente: El equipo Bush rechaza numantinamente reconocer que existe una ideología que inspira a los enemigos de América, prefiriendo adscribir sus motivos al simple "mal".
Mal es, pero de desprende de un juego específico de ideas radicales utópicas conocido como Islam militante. Ignorar al Islam militante hoy es como luchar en la Segunda Guerra Mundial sin luchar contra el fascismo, o implicarse en la guerra fría sin desear lejos el comunismo.
Las consecuencias de este error son prácticas y de largo alcance. Por ejemplo, la seguridad aérea es una baja. Las directrices del Department of Transportation (DoT) de los Estados Unidos publicadas tras el 11 de Septiembre prohíben al personas fiarse de "estereotipos generalizados o actitudes o creencias acerca de la propensión de un grupo étnico, racial, religioso o nacional a entrar en actividades ilegales".
En apariencia provenir de Oriente Medio, hablar un idioma de Oriente Medio, o tener acento de Oriente Medio son bases inadmisibles para prestar atención especial a un pasajero, como lo son las características Islámicas tales como el velo de una mujer o la barba de un hombre.
El gobierno insiste en lo que llama el test del "pero por". "¿Pero por la raza, herencia cultural u orientación religiosa de esta persona", debe preguntarse a sí mismo el personal de seguridad, "sometería a este individuo a seguridad adicional o a escrutinio de seguridad?". Si la respuesta es no, el escrutinio extra no sólo no es aprobado, sino que es ilegal.
Es como prestar atención a informes de una persona alta, con barba de cuatro día pero que pidieran igual atención a mujeres bajitas.
Lo que es peor, las regulaciones del DoT permiten inspecciones adicionales solamente si el pasaje es "seleccionado apropiadamente sobre una base aleatoria". Detenerse en el pasajero número 10 o 20 es legal - pero detenerse en los que están nerviosos, evasivos, o que parecen sospechosos al ojo con experiencia no.
Esto imposibilita que el personal de tierra utilice su experiencia o utilice el sentido común, ignorando que muchos de los logros contraterroristas ocurrieron precisamente porque un inspector siguió una intuición. "Un montón depende del olfato" según John Beam, el anterior jefe de seguridad de la TWA.
Las regulaciones del gobierno demandan una torpeza militante y pretensión de no saber lo que todo el mundo sabe - que los proyectos de secuestrador vienen de manera abrumadora, si no exclusiva, de entre las filas del Islam militante. Envían la desafortunada señal de que es más fácil enviar tropas a Afganistán que hacer frente al hecho de que el enemigo tiene ciertas características.
¡Y olé por la línea aérea que tenga la mala fortuna de parar a un Árabe Americano que resulte que no es un terrorista sino una conexión política!. El Republicano Darrell Issa (R-Calif.) "provocó una escenita y . . . no fue muy educado" cuando Air France le retrasó un día, deacuerdo con el portavoz de la compañía. Un guardaespaldas presidencial de nombre Walied Shater se volvió "muy hostil" y manifestó "comportamiento de confrontación", en palabras del capitán de American Airlines que se negó a transportarle.
(No son terroristas, pero es interesante, ambos caballeros se asocian con el Islam militante. Issa ha manifestado su "tremenda simpatía" por el trabajo de Hezbolá, un grupo al que el gobierno de los Estados Unidos considera organización terrorista. Shater corrió con su caso al Council on American-Islamic Relations, un grupo con base en Washington con conexiones con otra organización designada terrorista, Hamas. La atención extra dada a ellos resulta no estar enteramente inmerecida).
Ha llegado el momento de que la administración Bush encuentre el coraje para reconocer que el enemigo no está hecho de "terroristas" aleatorios y sin características sino que está específicamente modelado según los cánones del Islam militante.
Cuanto antes lo haga, más eficientemente el país será capaz de protegerse a sí mismo cayendo sobre las fuerzas del Islam militante. Cuanto más lo retrase el gobierno, más probable será la continuación de los atentados.
La pregunta se resume a esto: ¿Cuántas vidas más deben perderse innecesariamente antes de que los líderes Americanos tengan el coraje de detenerse ante la exactitud política?.