El día después del 11 de Septiembre, la policía de Texas arrestó a dos varones Musulmanes hindúes que viajaban en tren y llevaban cerca de 5.000 dólares en efectivo, pelo teñido de negro y cúteres como los utilizados para secuestrar cuatro aviones justamente el día anterior.
[La policía retuvo a la pareja inicialmente bajo cargos de inmigración (sus visados para Estados Unidos habían expirado); cuando una investigación más exhaustiva destapó un fraude de tarjetas de crédito, se alargó la detención. Pero el interés real de la aplicación de ley, por supuesto, tuvo que ver con sus posibles conexiones con al-Qaeda].
Para investigar este asunto - y aquí nuestra información viene de uno de los dos, Ayub Ali Khan, después de que fuera liberado - las autoridades los dispensaron un tratamiento bastante rudo.
Khan dice que el interrogatorio "le aterrorizó". [Él recuerda cómo "de cinco a seis hombres me empujaran en diversas direcciones de modo muy rudo mientras hacían preguntas a discreción. Entonces me lanzaron repentina y brutalmente contra la pared".También le hicieron preguntas políticas, por ejemplo, "¿discutió alguna vez la situación en Palestina con amigos?"].
Eventualmente exonerado de los cargos de conexiones con el terrorismo y liberado de la cárcel, Khan es - no asombrosamente - amargo sobre su experiencia, diciendo que él y su compañero de viaje fueron seleccionados sobre la base del perfil. Esto cae por su propio peso. Si Khan no hubiera sido un Musulmán, la policía habría tenido poco interés en él y sus cúteres.
La tribulación de Khan trae a la atención el asunto más delicado y agónico en la persecución de la Guerra contra el Terrorismo. ¿Sirve de algo escrutar adicionalmente a Musulmanes?. Y si es así, ¿es legal y moralmente aceptable?.
En respuesta a la primera pregunta - sí, el escrutinio con detenimiento de Musulmanes tiene sentido, por varias razones:
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En el curso de sus asaltos contra americanos, los Islamistas - los partidarios del Islam militante - han asesinado a casi 4.000 personas desde 1979. Ningún otro enemigo tiene ni remotamente tal récord.
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Los Islamistas planean matar a muchos más americanos, como lo demuestran los arrestos de más de un grupo de ellos al mes desde el 11 de Septiembre.
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Mientras que la mayoría de los Musulmanes no son Islamistas y que la mayoría del Islamistas no son terroristas, todos los terroristas Islamistas sí son Musulmanes.
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Los terroristas Islamistas no aparecen espontáneamente, sino que emergen de un entorno de sanción religiosa, justificación intelectual, ayuda financiera y planificación corporativa.
Estas circunstancias - y ésta es la parte desagradable - señalan el imperativo de centrarse en Musulmanes. No hay escapar el hecho desafortunado de que los empleados Musulmanes del gobierno en aplicación de ley, los cuerpos militar y diplomático necesitan vigilar conexiones con el terrorismo, al igual que los capellanes Musulmanes de prisiones y de las fuerzas armadas. Los visitantes y los inmigrantes Musulmanes deben pasar por comprobaciones adicionales. Las mezquitas requieren un escrutinio más allá del aplicado a iglesias y templos.
La selección de una clase de personas por su religión parece incorrecta, por no decir completamente no Americana, despertando la pregunta: Incluso si es útil, debería permitirse tal escrutinio?.
Si los americanos desean protegerse contra el terrorismo Islamista, deben dan temporalmente una prioridad más alta a las preocupaciones de seguridad que a las sensibilidades de los libertarios civiles.
Evitar que Islamistas infrinjan un daño mayor implica el paso deplorable de centrarse en Musulmanes. No hacerlo es una invitación a más terrorismo.
Esta realidad solemne sugiere cuatro pensamientos:
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Primero, como la experiencia de Khan demuestra, los Musulmanes ya son objeto de escrutinio adicional; ha legado el momento de que los políticos se hagan a la idea y reconozcan formalmente lo que son ahora prácticas cuasi-clandestinas. Hacerlo pone en la arena pública estos asuntos, donde pueden ser discutidos abiertamente.
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En segundo lugar, porque centrar la atención incrementada sobre Musulmanes es intrínsecamente tan desagradable, esto necesita ser llevado con cuidado extremo y tacto extremos, recordando, sobretodo, que siete de cada ocho Musulmanes no son Islamistas, y menos aún están conectados con el terrorismo.
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Tercero, ésta es una medida de emergencia que debe terminar con el fin de la Guerra contra el Terrorismo.
Finalmente, los Musulmanes inocentes que deben soportar vigilancia puede consolarse con la idea de que su seguridad, también, es mejorada con estas medidas.
Arrestos y Condenas.
Lo que sigue a continuación es un listado parcial de los arrestados en los Estados Unidos en conexión con el terrorismo Islámico militante:
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Eagon, Minn. Agosto del 2001: Zacarias Moussaoui, acusado de ser el vigésimo secuestrador previsto en 9/11.
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Detroit y Dearborn, Mich. Septiembre del 2001: Karim Koubriti, Ahmed Hannan, Farouk Ali-Haimoud-Haimoud y Abdel-Ilah Elmardoudi (Abdella), acusados de ser parte de una célula operacional a la espera de combate de un movimiento Islámico militante aliado de al Qaeda. Específicamente, están acusados de intentar causar daño económico a los Estados Unidos, reclutar y entrenar a terroristas, buscar casas seguras y recolectar datos de inteligencia acerca de blancos para terrorismo.
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Peoria, Illinois Diciembre del 2001: Ali Saleh Kahlah al-Marri acusado de perjurio en sus contactos con Mustafa Ahmed al-Hawsawi, uno de los organizadores del 11 de Septiembre con base en los Emiratos Árabes Unidos;
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Ann Arbor, Mich. Diciembre del 2001: Rabih Haddad, acusado de filtrar dinero a terroristas vía la Global Relief Foundation;
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Virginia y Georgia del norte. Marzo del 2002: 15 cierres ejecutados contra varios negocios (incluyendo MarJac Investments, Mar-Jac Poultry, Reston Investments, la SAAR Foundation, Safa Trust y Sterling Management Group);organizaciones sin ánimo de lucro (incluyendo el Fiqh Council of North America, la Graduate School of Islamic and Social Sciences, el International Institute of Islamic Thought, la International Islamic Relief Organization and Muslim World League), y cuatro casas, todo conectado con M. Yaqub Mizra, acusado de lavar dinero para al Qaeda u otros grupos terroristas.
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Justice, Illinois Abril del 2002: Enaam Arnaout, acusado de filtrar dinero a al Qaeda y a otras organizaciones terroristas;
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Nueva York. Abril del 2002: Mohammed Yousry, Ahmed Abdel Sattar y Yassir al-Sirri acusado de pasar mensajes entre el jeque Omar Abdel Rahman (que cumple cadena perpetua debido a una tentativa de volar zonas de New York City) y sus seguidores;
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Chicago. Mayo del 2002: José Padilla, acusado de ser un miembro de al Qaeda que planeaba lanzar una bomba sucia en una ciudad de los Estados Unidos;
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Sunrise, Fla. Junio del 2002: Adham Hassoun, sospechoso de organizar operativos de al Qaeda en los Estados Unidos;
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Detroit. Julio del 2002: Omar Abdel-Fatahl al-Shishani, acusado de contrabando por valor de 12 millones de dólares en cheques de caja falsos en los Estados Unidos, posiblemente de parte de al Qaeda (su nombre apareció en los documentos encontrados en Afganistán);
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Seattle. Julio del 2002: James Ujaama, acusado de conspiración para proporcionar ayuda y recursos materiales a al Qaeda;
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Paterson, New Jersey Agosto del 2002: Mohamed Atriss, acusado de conexiones con conocidos terroristas;
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Lackawanna, N.Y. Septiembre del 2002: Yahya Goba, Shafal Mosed, Yasein Taher, Taysal Galab, Mukhtar al-Bakri y Sahim Alwan, acusados de proporcionar ayuda material a al Qaeda, y se acusa a varios de ellos de entrenar en los campos de al Qaeda. Taysal Galab ha confesado;
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Portland, Oregón Septiembre del 2002: Mohamed Kariye, acusado de vínculos financieros con al Qaeda a través de la Global Relief Foundation;
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San Diego. Septiembre del 2002: Syed Saadat Ali Faraz, Muhammed Abid Afridi e Ilyas Ali, acusados de tráfico de sustancias para misiles antiaéreos Stinger que vendían a al Qaeda (y cazados en Hong-Kong, entonces extraditados a los Estados Unidos);
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San Diego. Octubre del 2002: Syed Shah, Muhammed Apridi e Ilyas Ali, acusados de conspiración para distribuir drogas ilegales y proporcionar ayuda y recursos materiales a una organización terrorista extranjera;
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Portland, Oregón, y Detroit. Octubre del 2002: Jeffrey Battle, Patrice Ford, Ahmed Bilal, Muhammad Bilal, Habis al Saoub y October Lewis, acusados de formar parte de una célula terrorista de al Qaeda sospechosa de promover la guerra contra los Estados Unidos, conspiración para proporcionar la ayuda y recursos materiales a al Qaeda y contribuir a los servicios de al Qaeda y de los Talibanes y posesión de armas de fuego;
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Orlando, Fla. Noviembre del 2002: Jesse Maali, acusado de lazos con grupos violentos de Oriente Medio;
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Búfalo, Nueva York. Diciembre del 2002: Mohamed Albanna, Ali Albanna, Ali Elbaneh, acusados de operar un negocio ilegal de la transferencia del dinero a Yemen.
También ha habido dos detenciones importantes conectadas con estados villanos.
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Richardson, Tejas. Diciembre del 2002: Cinco hermanos Ghassan, Bayan, Basman, Hazim e Ihsan Elashi acusados de vender ordenadores y piezas de ordenador a Libia y a Siria, ambos destacados estados patrocinadores del terrorismo;
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Seattle, Nashville, St. Louis, Dallas, Phoenix y Roanoke, Virginia diciembre del 2002: Hussein Al-Shafei, Ali Noor Alsutani, Kaalid Amen, Salam Said Alkhursan, Ali Almarhoun y Malik Almaliki, acusados de enviar 12 millones de dólares en efectivo y mercancías a Iraq vía la AlShafei Family Connect Inc. de Seattle.
Además, ha habido por lo menos una condena:
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Hollywood, Fla. Agosto del 2002: Imran Mandhai y Shueyb Mossa Jokhan, declarados culpables de planear declarar la jihad destruyendo estaciones eléctricas, instituciones Judías y otros blancos en Florida meridional con el objetivo de atraer a otros Islamistas, vincularse con al Qaeda y crear un estado de anarquía. En el momento apropiado, publicarían sus exigencias, incluían ninguna ayuda para Israel, liberación de todos los Musulmanes en las cárceles de los Estados Unidos y el retirada de Estados Unidos de Oriente Medio.