Un día después de que terroristas suicida mataran a 29 personas en Marruecos a mediados de Mayo, el ministro del interior de ese país observó que los cinco ataques casi simultáneos "lleva la rúbrica del terrorismo internacional". Con más fuerza , el ministro Marroquí de justicia aseguró una "conexión con el terrorismo internacional" y el primer ministro habló de una "mano extranjera" detrás de la violencia.
Los Occidentales son más específicos acerca de la fuente: "al-Qaeda vuelve con una venganza", declaró el Senador Robert Byrd (D-W.Va.), refiriéndose a este ataque y a uno días antes en Arabia Saudí. "Al-Qaeda-Qaeda vuelve a la vorágine" convinieron BBC y muchos otros.
Pero fueron cogidos por sorpresa cuando la investigación policial averiguó que casi hasta el último de los 14 terroristas suicida en Casablanca, así como todos sus cómplices, eran nacionales Marroquíes. Grupos locales tales como Assirat al-Moustaqim o la Salafia Jihadia, al parecer perpetraron la operación. Como Newsweek resume la situación, "Aunque financiados por Al-Qaeda, los terroristas Marroquíes eran un grupo vástago".
Este incidente señala un hincapié rutinario excesivo en redes internacionales difusas, Al-Qaeda en particular, a la negligencia en los grupos locales. La documentación legal, que proporciona nuestra ventana principal sobre el Al-Qaeda, señala a su papel limitado en la mayoría de los casos. Consideremos la información a partir de dos casos:
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Embajadas en África del este: En un juicio en Nueva York en el 2001 que condenó a cuatro Islamistas por planear los atentados de 1998 contra las Embajadas de los Estados Unidos en Kenia y Tanzania, los testimonios establecieron que Al-Qaeda-Qaeda sirve como organización paraguas para grupos tales como la Jihad Islámica, al-Gam'a al-Islamiya y el Grupo Islámico Armado, cada uno de los cuales realiza su propio reclutamiento y operaciones. Sus líderes se reunieron periódicamente en Afganistán y coordinaron acciones vía Al-Qaeda. Las transcripciones del juicio demostraron cómo esta red podría sobrevivir a la pérdida de cualquier parte de ella, incluso a los cuarteles generales de Afganistán.
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Buques de Guerra en el Estrecho de Gibraltar: Una acusación Marroquí del 2002 de tres Islamistas Saudíes por planear ataques suicida contra barcos de guerra Británicos y de los Estados Unidos en el Estrecho de Gibraltar ofrece un vistazo a los entresijos dentro de Al-Qaeda. Jason Burke del Observer de Londres divulga cómo el líder del grupo, Zuher Hilal Mohamed Al Tbaiti, viajó en 1999 a Afganistán para solicitar la financiación de Al-Qaeda para una "misión de martirio" pero fue rechazado y se le dijo que debía desarrollar un plan detallado para recibir apoyo financiero. Así que Tbaiti fue a Marruecos, reclutó terroristas suicida, y después volvió a Afganistán armado con un plan específico. Satisfecha esta vez, Al-Qaeda le concedió los fondos para una operación.
Cuando el régimen Talibán cayó en Diciembre del 2001, Al-Qaeda perdió la mayoría de sus instalaciones de entrenamiento, comunicaciones y capacidad financiera. Algo del personal de Al-Qaeda se trasladó al Norte de Iraq - hasta que las fuerzas de la coalición asumieron el control allí; otros siguen estando en activo en Irán. Por todas partes, la organización carece de una base segura, lo que lleva a observadores informados a concluir que ya no opera de manera efectiva más; un funcionario de inteligencia de los Estados Unidos la llama "un animal herido". El Burke del Observer va más lejos: "Al-Qaeda, concebida como un grupo terrorista tradicional con círculos y capacidad omnipresentes, simplemente ya no existe".
Volviendo atrás, el papel de Al-Qaeda parece dividirse en dos: Algunos ataques (Somalia, Embajadas al Este de África, el USS Cole, el 11de Septiembre, quizá los recientes atentados de Riadh) en los que contó con su propio personal, mientras dependía de otros para ingredientes clave - energía, autoría y auto sacrificio. En la mayoría de las operaciones (el complot del Millennial, el Estrecho de Gibraltar, la ricina de Londres, quizá los atentados recientes de Casablanca), Al-Qaeda proporcionó una cierta dirección, financiando y entrenando, pero dejó la ejecución a otros. En palabras de la colorida formulación de Newsweek, "ha sido siempre más una federación pirata que una organización Estalinista piramidal".
La preocupación última no es Al-Qaeda sino una ideología militante difusa, global Islámica que depreda la creación de Al-Qaeda, localmente se organiza y recluta constantemente a nuevos voluntarios. Hasta el generalmente perverso presidente Sirio, Bassar al-Assad, entiende esto: "Culpamos de todo a Al-Qaeda, pero lo que sucedió es más peligroso bin Laden o Al-Qaeda.... Es un asunto de ideología, no de organizaciones". Bin Laden concurre, observando que su propia presencia es innecesaria para el montaje de nuevos actos de violencia. "Sin importar si Osama muere o sobrevive", dijo de él mismo, "el despertar ha comenzado".
Burke propone sustituir el concepto de Al-Qaeda de una organización estructurada, jerárquica por el de un "movimiento de Al-Qaeda" más amorfo. Cuando la aplicación de ley y las agencias de inteligencia adopten esta comprensión más flexible, podrán luchar mejor contra el terrorismo militante Islámico.