Se dice que el Islam tiene 6 millones de creyentes en los Estados Unidos y que es la religión que crece más rápidamente en este país; en 1960, se estimaba que había 100.000 Musulmanes residentes aquí. En sentidos importantes, esta es una comunidad única, al contrario de cualquiera que llegase antes, y que afronta opciones que es probable que tenga un impacto importante tanto en los Estados Unidos como en los Musulmanes por todo el mundo.
Los Musulmanes Americanos -- inmigrantes y nativos conversos por igual -- miran a los Estados Unidos de una de dos maneras predominantes. Los miembros de un grupo, los integracionistas, no tienen ningún problema en ser simultáneamente Americanos patriotas y Musulmanes confiados. Simbólico de esta perspectiva positiva en los Estados Unidos, el Islamic Center of Southern California que exhibe una bandera Americana.
Estos integracionistas insisten en que las normas de Occidente -- relaciones amistosas, diligencia en el trabajo, honradez -- son esencialmente lo que enseña el Islam. Inversamente, presentan el Islam como el cumplimiento de los valores Americanos y ven a los Musulmanes como fuerza muy positiva para mejorar América. Como lo expresó un integracionista, para ser un buen Musulmán, tienes que ser un buen Americano y viceversa. O, como el líder negro Americano W. Deen Mohammed lo expresó, "el Islam puede ofrecer algo a Occidente, más que representar una amenaza para Occidente". Los integracionistas aceptan que los Estados Unidos nunca se convertirán en un país Musulmán y están reconciliados con la idea de vivir dentro de un marco no-Islámico; piden a los Musulmanes que se sumerjan en la vida pública para hacerse útiles e influyentes.
En contraste, los chauvinistas aspiran a hacer de los Estados Unidos un país Musulmán, quizá tras la estela de los modelos Iraní o Sudanés. Creen que la civilización Islámica es superior a cualquier cosa Americano, promueven el Islam como la solución a todas las enfermedades del país. En palabras de su líder teórico, Ismail Al-Faruqi, "Nada podría ser mayor que este continente joven, vigoroso y rico (de Norteamérica) cambiara de su pasado de mal y marchara bajo el anuncio de Allahu Akbar (Dios es grande)". O, en palabras de un profesor de la Al-Ghazly Islamic School en Jersey City, New Jersey, "Nuestra meta a corto plazo es introducir el Islam. A largo plazo, debemos salvar a la sociedad Americana. Alá preguntará porqué no hablé sobre el Islam, porque este pedazo de tierra es propiedad de Alá".
Algunos de este grupo incluso hablan de derrocar al gobierno de los Estados Unidos y de sustituirlo por uno Islámico. Aunque suene extraño, esta actitud atrae apoyo serio y extenso entre Musulmanes, algunos de los cuales debaten si los medios pacíficos son suficiente o si la violencia es una opción necesaria. (El jeque Omar Abdel Rahman, la figura del atentado del World Trade Center, pertenece claramente a los que creen violencia es necesario.)
En pocas palabras, los integracionistas están encantados de vivir en un país democrático donde el gobierno de la ley prevalece, mientras que los chauvinistas desean importar las costumbres de Oriente Medio y Asia del Sur. Si un grupo acepta el concepto de un Islam Americanizado como no menos válido que un Islam Egipcio o Pakistaní, el otro encuentra muy poco que sea atractivo en el estilo de vida Americano.
Cuál de estos dos elementos prevalezca tiene gran significado para los Estados Unidos y para el mundo de Islam. Si la gran mayoría de Musulmanes Americanos adoptan el acercamiento integracionista, la comunidad Musulmana encajará bien en el tejido de la vida Americana. Está también el beneficio añadido de que la comunidad de Musulmanes Americanos instruida, concordante y ambiciosa extenderán su versión de un Islam tolerante y moderno a Oriente Medio, Asia del Sur y por todas partes.
Pero si los chauvinistas son numerosos y (como hoy) gobiernan la mayoría de las instituciones Musulmanas en los Estados Unidos, las consecuencias podrían ser amargas de hecho. Está el incidente de Marzo de 1996 cuando Mahmoud Abdul-Rauf, un negro de 27 años convertido al Islam que jugaba entonces en la National Basketball Assn., decidió para sentarse mientras el himno nacional Americano sonaba antes de cada partido. Como un Musulmán, dijo, no podía mostrar tal respecto a la bandera Americana, que él consideraba "un símbolo de la opresión, de la tiranía". El desafecto de este Musulmán rico y con éxito tiene implicaciones calamitosas si llega a ser extenso.
Hay un papel aquí para cada uno -- Musulmán, no-Musulmán, ejecutivo de negocios, productor de Hollywood, periodista, profesor, líder religioso -- para explicar lo que significa ser un Americano y discutir contra el chauvinismo Musulmán. Uno podría pensar que es obvio que la vida en este país es infinitamente preferible a ésa en Irán o en Sudán, pero eso no es claramente obvio para todos. Aquellos de nosotros que entienden esta simple verdad deben explicarla a nuestros ciudadanos compañeros.