La semana pasada sucedió algo sin precedentes y probablemente altamente significativo en Australia, cuando el gobierno recurrió a la fuerza militar para mantener a ralla a 434 supuestos refugiados, casi todos de Afganistán, junto con algunos procedentes de Pakistán y Sri Lanka.
La historia comienza el 24 de Agosto, cuando los 434 dejaron la parte occidental de Indonesia a bordo del Palapa 1, un trasbordador de madera no apto para mar abierto que supuestamente los dejaría ilegalmente en Australia, haciéndolos aptos para asilo. Pero un día después, estando aún cerca de Indonesia, el trasbordador comenzó a hundirse y cundió la alarma. El carguero noruego Tampa, una de los mayores cargueros de trasbordo del mundo, respondió a su llamada de auxilio y el 26 de Agosto rescataba al pasaje y a cuatro miembros de la tripulación incluso mientras el trasbordador se estaba de hecho partiendo.
El Tampa entonces fijó rumbo hacia el puerto más cercano, en Indonesia. A unas cuantas horas de viaje, sin embargo, una delegación de Afganos de la que se dijo actuaba "de manera agresiva y altamente excitada" amenazó a la minúscula tripulación del Tampa si la nave viraba y los llevaba a Australia. Aterrorizado, el capitán cumplió sus exigencias.
Cuando los Australianos se dieron cuenta de que el Tampa iba directo hacia ellos el 27 de Agosto, el Primer Ministro John Howard prohibió su entrada en aguas del país, diciendo que Australia no se verse "como país de destino fácil". El capitán obedeció, parando a sólo nueve kilómetros de aguas Australianas.
Pero dos días después, citando problemas de salud entre los Afganos, llevó al Tampa a aguas Australianas, rumbo a tierra. En respuesta, diciendo tener que "trazar un tope en lo que se está convirtiendo es un número incontrolado de llegadas ilegales" Howard envió tropas Australianas especializadas a abordar el buque y evitar que llegase a tierra.
Una callejón sin salida siguió cuando el buque gigante 44.000 toneladas atracó en una pequeña isla Australiana. Qué hacer con sus pasajeros se convirtió en una crisis internacional hasta que el 31 de Agosto, Nueva Zelanda anunció la buena voluntad de acoger a 150 de los buscadores de asilo y Nauru (una minúscula isla estado del Océano Pacífico, empobrecida) aceptó a los restantes a cambio de una inyección de efectivo Australiano frío. Pendiente de la decisión de una tribunal Australiano, este resultado extraño resolvió el problema.
El episodio del Tampa marca la primera vez en la historia reciente en que un gobierno Occidental utiliza la fuerza militar para evitar que un grupo de personas en su umbral pidiese asilo.
Predeciblemente, la acción del gobierno fue criticada masivamente por líderes extranjeros ("destruyendo su reputación"), agencias internacionales ("inaceptable"), y despedazada por la opinión de la élite en Australia, tanto los medios de comunicación ("absurdo") y como el mundo académico ("nos estamos moviendo en dirección a convertirnos en un estado parias").
Igual de predeciblemente, las encuestas mostraron que el 78 por ciento de los Australianos respaldaban resueltamente la "solución" de Howard, y su partido ganó cinco puntos porcentuales de popularidad. Este amplio apoyo refleja dos preocupaciones públicas.
La primera es un crecimiento importante de la inmigración ilegal, sobre todo de Afganos, Iraquíes e Iraníes. Los 11 días antes de la llegada del Tampa vieron más de 1.500 llegadas ilegales a Australia en barcos pequeños, y los informes que circulaban hablaban de otros 5.000 presuntos inmigrantes preparados para poner rumbo desde Indonesia. Muchos Australianos se sintieron bajo sitio.
En segundo lugar, los últimos informes policiales que hablaban de cuadrillas de varones Libaneses violando en grupo a mujeres no Musulmanas específicamente para humillarlas (una víctima cita a su violador, "Te lo mereces por ser Australiana") despertaron cólera. Según la Agencia France-Presse, "gran parte del apoyo sobre el que se basa el gobierno se debe al sentimiento anti-Musulmán más que sentimientos anti-gente en barca".
Una divergencia similar de opinión está emergiendo por todo Occidente (de la manera más notable posible, en Austria), con el acuerdo de dar la bienvenida básicamente a casi cualquier persona que toque la puerta mientras que la población acusa profundamente la afluencia de la gente con costumbres y visiones extranjeras.
La acción de Howard al inclinarse por el ejército para cerrar las fronteras del país a inmigrantes ilegales pudo haber sido algo inusual. Más probablemente, sin embargo, ha fijado un precedente que será imitado conforme la inmigración incontrolada se convierta en un asunto más y más importante para las sociedades Occidentales. Cuatro factores principales están alimentando esta tendencia.
- La disparidad cada vez mayor entre las condiciones terribles en muchos estados fracasados y la buena vida en Occidente (que incluye a países tales como Japón, Singapur o Israel).
- Un conocimiento creciente de Occidente en los pueblos de estados fracasados.
- Los costes de transporte cada vez más baratos de estados fracasados a Occidente.
- El tratamiento favorable de Occidente a aquellos que llegan a sus territorios, incluso si llegan ilegalmente.
Veamos si la "solución de Howard" es una excentricidad de una sola vez o es el comienzo de una tendencia. Apuesto por lo último.