¿Qué tienen que decir los cuatro principales candidatos a presidente de los Estados Unidos, dos Republicanos y dos Demócratas, sobre Oriente Medio?. Es una pregunta oportuna dado que la campaña para presidente ha comenzado en serio.
Quizá la perspectiva más clara sobre las posiciones de los candidatos sea la de James Zogby, presidente del Instituto Árabe Americano y un operario político importante Árabe - Americano. Es un hombre que el Presidente Bill Clinton ha elogiado como "voz notable a la calma y la claridad, no importa lo acalorado del tema" y "una de las personas con más fuerza, más intensidad y brutal honestidad que nunca haya venido a verme a la Casa Blanca". Es también un demócrata liberal y uno de los enemigos más declarados de Israel en los Estados Unidos.
El informe de Zogby recién publicado, "El Estado del Debate de la Política de Oriente Medio", comienza con un vistazo a la opinión pública. Encuentra que existe "una ruptura partidaria significativa" en temas de Oriente Medio. Específicamente, los Republicanos son "de miras más férreas y pro - Israel" que los Demócratas.
Esta diferencia es muy sustancial, con los Republicanos tres veces más amistosos con Israel que los Demócratas. Así, en respuesta a la pregunta, "Con respecto a Oriente Medio, cómo cree que el siguiente presidente debe relacionarse con la región", el 22 por ciento de los Republicanos dijeron que debe ser favorable a Israel, mientras que solamente el 7% de los Demócratas optaron por esta respuesta. (También vale la pena notar que entre los renacidos Cristianos, el porcentaje en el bando favorable a Israel se eleva hasta el 29%).
Sin que sea asombroso, los candidatos presidenciales reflejan esta diferencia en sus filas, con los Republicanos bastante más favorables a Israel que los Demócratas. En la cuestión clave de la política de los Estados Unidos hacia el proceso de la paz, por ejemplo, Al Gore y Bill Bradley aprueban el acercamiento uniforme de presionar a Israel y a los Árabes por igual por concesiones. En fuerte contraste, George Bush y John McCain (así como cada candidato inferior) denuncia este enfoque e insiste en que, de ser elegido presidente, no ejercerá presión alguna sobre el Israel democrático para que haga concesiones a iguales como Yasser Arafat o Hafez Assad.
Lo mismo sucede con la cuestión de mudar la Embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. A un lado, Zogby halla que, "cada candidato Republicano ha prometido hacer del movimiento de la embajada una prioridad para su administración". En contraste, tanto Gore como Bradley "han tomado posiciones más cautas", al no aprobar un movimiento de la embajada fuera del contexto de las negociaciones de Israel con los Palestinos.
Y así también en Iraq. Los cuatro principales candidatos aprueban el duro enfoque actual respecto a Iraq, lo que conduce a Zogby a describir su perspectiva como "cercana al consenso". Pero los Republicanos toman lo que Zogby llama "un acercamiento característico más duro", al abogar todos ellos por tomar medidas para derrocar al régimen de Saddam Hussein, algo que los dos Demócratas evaden.
Con todo, sea la cuestión Israel o Iraq, los candidatos están deacuerdo en los fundamentos (amistosos con Israel, duros con Iraq), con los Republicanos más enfáticos en sus opiniones que cualquier Demócrata. Esto tiene bastantes implicaciones importantes.
Primero, los lobbies Árabe y Musulmán siguen siendo incapaces de influenciar la perspectiva política de los candidatos presidenciales. Zogby puede dar una reprimenda contra el acuerdo de los candidatos como "obsequiar" a los votantes Judíos con "clichés gastados" y "posiciones peligrosas y provocativas", pero poco puede hacer al respecto.
En segundo lugar, varias veces más miembros del Partido Republicano son amistosos con Israel que los Demócratas, y sus cúpulas reflejan esta disparidad.
Tercero, los Judíos no obstante todavía favorecen de forma aplastante al Partido Demócrata.
Esto es porque en un cierto plazo les importa menos la política hacia Israel y más los quebraderos de cabeza domésticos Americanos. Un observador profundo de la escena Judía de los Estados Unidos, Jonathan S. Tobin, explica que "una opción favorable al aborto y buena voluntad para vilificar a la Asociación Nacional del Rifle es el filete por el que la mayoría de las audiencias Judías tienen apetito, no discursos acerca de Jerusalén".
Finalmente, a pesar de un difuminado enfoque sobre Oriente Medio entre los Judíos Americanos, existe un consenso en los Estados Unidos en conjunto acerca de lo correcto y lo erróneo en el conflicto Árabe - Israelí e Iraq, y este consenso ya no depende más de que un lobby Judío lo apoye.